¿Qué prefiere tener en su ciudad, un ataque terrorista en el centro o revueltas en la periferia? Los habitantes de Londres preferirían sin duda las revueltas, pero, por otra parte, los terroristas que golpearon a Londres pueden contarse con los dedos de la mano mientras que se ignora el número de revoltosos y existen buenas razones para pensar que los problemas franceses son mayores.
Nicolas Sarkozy, el ambicioso ministro francés del Interior calificó a los revoltosos como «bandidos» y «la chusma» prometiendo «limpiar» las zonas violentas. Esas palabras fueron condenadas por la izquierda, pero la derecha acusa a la inmigración. Sin embargo, el problema no es la inmigración (que es muy débil en Francia, al igual que la acogida de refugiados políticos) sino la integración de las poblaciones que llegaron a Francia hace a veces varios decenios.
Esos ex inmigrados no se integran y se encuentran hacinados en guetos. Están afectados por una alta tasa de desempleo y detenciones. En los Estados Unidos, la población inmigrante está más integrada y se beneficia de las oportunidades económicas del mercado libre. Sin embargo, en Francia, poco nos preocupa la integración, mientras que en los Estados Unidos, los hombres como Samuel Huntington se alarman por la integración de los latinoamericanos. No obstante, es evidente que las poblaciones musulmanas son a las que más difíciles resulta el integrarse. Las llamas de la desintegración no arden en los Estados Unidos sino en la Francia de Nicolas Sarkozy.

Fuente
Los Angeles Times (Estados Unidos)
La Vanguardia (España)

«The fires of disintegration», por Niall Ferguson, Los Angeles Times, 7 de noviembre de 2005.
«París se desintegra », La Vanguardia, 9 de noviembre de 2005.