Un acuerdo alcanzado en la víspera de la Cumbre como resultado de
concesiones recíprocas dejó el control tecnológico de la red mundial de
computadoras a cargo de la Corporación de Internet para la Asignación de
Nombres y Números (ICANN, por sus siglas en inglés), una entidad privada
contratada por el Departamento de Comercio de Estados Unidos y con sede en
ese país.

"Esta conferencia fue presentada como ’la cumbre de las soluciones’",
recordó Chantal Peyer, de la organización no gubernamental suiza Pan para
Todos. "Pero hay una clara falta de voluntad política de los países
ricos",
agregó.

El documento surgido de la continuación de la PrepCom-3 también estableció
un foro sobre la gobernanza de Internet para discutir la futura estructura
de la red. El foro incluirá a representantes de la sociedad civil y del
sector empresarial, pero sus decisiones no serán vinculantes.

Las organizaciones no gubernamentales (ONG) parecen divididas en cuanto a
los posibles beneficios de ese foro.

"Es un buen resultado para nuestra participación en el proceso de la
cumbre, y es una forma de que la sociedad civil tenga voz",
celebró Sally
Burch, de la Agencia Latinoamericana de Información.

Pero otros consideran que el foro no es suficiente. "La CMSI habla en
forma vaga de Internet como un medio. Nosotros creemos que es una
herramienta pública universal, que debe estar disponible para todos",
dijo
Anita Gurumurthy, de la asociación india Informática para el Cambio, a
IPS/TerraViva.

Menos satisfactorio aún fue el debate sobre la financiación de la
infraestructura digital de los países pobres.

"Las posiciones de la Unión Europea y Estados Unidos son incoherentes. Los
países occidentales no quieren comprometer más dinero y se manejan con los
mecanismos de financiación existentes, que no son suficientes",
lamentó
Peyer.

"Ahora resulta que sólo los gobiernos de los países en desarrollo son
responsables de salvar la brecha digital. Parece que no hubiera noción de
cooperación y coordinación internacional",
añadió.

Los países en desarrollo pedían un mandato claro para que la Organización
de las Naciones Unidas (ONU) se hiciera cargo de la implementación y el
control de la financiación, pero los países occidentales, y en especial
Estados Unidos, se opusieron a cualquier compromiso concreto.

La palabra clave para la fase posterior a la CMSI parece ser "voluntarismo".

Se ha creado el Fondo de Solidaridad Digital a fin de recabar fondos para
salvar la brecha digital, pero la participación es voluntaria. Además, no
cuenta con el apoyo financiero de ningún país rico, excepto Francia.

Líderes de la sociedad civil señalaron que la Cumbre ignora otros asuntos
que deberían formar parte de la agenda de desarrollo.

"La igualdad de género, la concentración de los medios periodísticos, el
software libre y la diversidad cultural han sido excluidos de la
conferencia. No se han hecho propuestas concretas sobre la forma en que
grupos sociales del Sur podrían adquirir tecnologías sin infringir leyes",

observó Burch.

Las ONG reclaman un papel activo de la sociedad civil después de la CMSI.
"Controlaremos lo que se haga y presionaremos a los gobiernos, y
seguiremos trabajando en asuntos nacionales e internacionales excluidos
del temario de la Cumbre",
anunció.

Asimismo, las ONG planean ocuparse del vínculo entre las nuevas
tecnologías y los Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados por los
países miembros de la ONU en 2000.

"Hay espacio para una agenda de políticas públicas sobre desarrollo",
observó Peyer.

"Los gobiernos reconocieron que no se ha hecho lo suficiente para la
inclusión de las zonas rurales. Ahora, los documentos oficiales de la CMSI
mencionan la necesidad de inversión pública y políticas para el acceso de
las zonas rurales y desfavorecidas (a Internet), y empezaremos a avanzar
desde este punto",
dijo.

Un grupo de trabajo de la sociedad civil comenzó este miércoles a redactar
una declaración alternativa para su adopción por la asamblea plenaria de
la sociedad civil el próximo viernes, día final de la conferencia.

IPS