Las consecuencias de las reformas [1]

La última década del siglo XX en Rusia fue un período de cambios a gran escala. El desmantelamiento del sistema de planificación y el fuerte declive económico provocaron un colapso en materia monetaria y del presupuesto, aceleraron la inflación y tuvieron como efecto una caída de la producción industrial. El carácter simultáneo de los cambios económicos, políticos y estructurales contribuía a agravar la situación.

Para finales de 1991, Rusia se había quedado prácticamente sin instituciones llamadas a garantizar una evolución sostenida en cualquier país. La ruina de las instituciones económicas se traducía en un impresionante desequilibrio del mercado, el declive económico y la escasez de mercancías. Lo que resultaba aún más peligroso era el colapso de las estructuras del poder estatal en Rusia, como consecuencia de la desintegración de la URSS. De aquí que la tarea prioritaria del primer Gobierno poscomunista en Rusia fuera la de restablecer las instituciones básicas –indispensables para el funcionamiento de cualquier Estado, en primer término, en el ámbito público–, los mecanismos económicos más vitales y las relaciones de propiedad.

Durante los años noventa, Rusia se dedicó a crear las instituciones básicas de una democracia de mercado, así como a restablecer la estabilidad macroeconómica y política. A grandes rasgos, esas tareas podían darse por cumplidas a finales de aquella década. Rusia reforzó sus principales instituciones políticas, adoptó una nueva Constitución, que ha sido todo un hito, y puso en orden las relaciones entre el Centro y las entidades federadas. La situación macroeconómica pudo estabilizarse gracias a una serie de medidas estándar: liberalización de los precios, estabilización presupuestaria y monetaria. Paralelamente se llevó a cabo una privatización a gran escala para cimentar la transición de la economía nacional al mercado. Aquellas reformas eran un primer paso para separar al Estado de la economía, y una premisa muy importante para la formación del mercado.

Cuando se produjo la crisis financiera de 1998 y el desplome del rublo, se hizo claro que los mecanismos de mercado en Rusia eran todavía muy imperfectos. Para finales de 1998, el PIB de Rusia se había reducido en un 5,3% en comparación con 1997, la inflación llegó a un 84%, y las reservas nacionales en oro y divisas disminuyeron en más del 30%. La política de austeridad aplicada en materia monetaria, crediticia y de presupuesto a lo largo de 1999 permitió elevar el volumen de la recaudación, frenar la inflación y estabilizar el rublo. Desde el otoño de 1998, la economía rusa empezó a presentar los primeros síntomas de reanimación visible. Gracias a la devaluación de la moneda nacional, que colocó la cotización real del rublo al nivel del año 1994, y a una coyuntura más favorable en los mercados mundiales de materias primas, empezó a crecer la producción en los sectores exportadores y en aquellos que sustituyen las importaciones [2].

El período de estabilización estaba concluido, y era una base para que Rusia entrase nuevamente en una fase de crecimiento económico.

A ello siguió un período de intenso desarrollo de las instituciones de mercado. La estabilidad permitió proceder a la formación de las instituciones económicas propias de la sociedad moderna y que estuvieran más orientadas a las peculiaridades de Rusia. Se hizo especial hincapié en los Códigos Civil, Tributario, Presupuestario, Laboral y Agrario, así como en la legislación en materia de pensiones. Poco a poco, se fueron levantando las barreras administrativas que entorpecían la gestión empresarial; se hizo un esfuerzo por optimizar las relaciones entre los presupuestos federales, los de las regiones y los del autogobierno local; se procedió a una reforma de los monopolios naturales, etc. Rusia dio los primeros pasos para adherirse a la OMC, movilizó los procesos de integración con los Estados vecinos, miembros de la CEI, aumentó considerablemente sus reservas en oro y divisas y consiguió reducir gradualmente la tasa de la inflación, como vemos en el cuadro y la tabla siguientes.

Cuadro 1. Índice de los precios de consumo en Rusia en los últimos 10 años (diciembre de cada período, en % sobre el mismo mes del año anterior). Fuente: Banco Central de Rusia

Reservas en oro y divisas de Rusia (en miles de millones de dólares)

May 1998 Ene 1999 Ene 2000 Ene 2001 Ene 2002 Ene 2003 Ene 2004 Ene 2005 Nov 2005
Volumen 14,6 12,2 12,8 28 36,7 47,8 77,1 124,6 164,7

Fuente: Banco Central de Rusia

La exitosa evolución de Rusia en el terreno económico y social quedó reflejada en el ascenso gradual de sus calificaciones crediticias, así como en la decisión de la UE y EE.UU. de concederle el rango de economía de mercado.

En estos últimos años, Rusia fue ascendida al grado de inversión por las mayores agencias internacionales de calificaciones. En octubre de 2003 lo hizo Moody’s; en noviembre de 2004, Fitch; y en enero de 2005, Standard and Poor’s.

En octubre pasado, Moody’s elevó de Baa3 a Baa2 la calificación de Rusia en obligaciones emitidas en moneda local y extranjera. Fitch había hecho lo mismo en el verano de 2005.

Dichos cambios confirman, en primer término, que la estabilización macroeconómica en Rusia es un hecho consumado. El PIB creció en el primer semestre del presente año un 5,6% en comparación con el respectivo período de 2004, según los datos del Ministerio ruso de Desarrollo Económico y Comercio. La producción industrial se incrementó en un 4%, y las inversiones en fondos básicos, en un 9,4%. El continuo aumento del Fondo de Estabilización, que ya supera US$29.000 millones, así como de las reservas en oro y divisas, de más de US$150.000 millones, contribuye a proteger la economía rusa contra los choques externos. De esta manera, las reformas de mercado permitieron a Rusia asegurar el crecimiento económico, como ejemplifica el cuadro siguiente.

Cuadro 2. Evolución del volumen real del PIB en 1996-2004 (en % sobre el año anterior). Fuente: Goskomstat (Comité ruso de Estadística)

Peculiaridades del desarrollo económico de Rusia en 1999-2004

Si miramos las estadísticas, la evolución económica de Rusia después de la crisis financiera y hasta 2004 puede considerarse bastante exitosa.

El período de 1999-2004 se ha caracterizado por un desarrollo dinámico de casi todos los sectores de la economía rusa. En los últimos seis años, el PIB aumentó en un 48%; el consumo final en los hogares, en un 48,1%; y las inversiones en fondos básicos, en un 72%. La movilización de las actividades empresariales se sustentaba en un acelerado incremento de la inversión frente a la dinámica de la producción y el consumo, y fue decisiva para los cambios estructurales dentro del PIB. Si comparamos los datos del año pasado con 1998, el volumen de la producción industrial experimentó una subida del 53,4%, y la agricultura creció un 26,4%. El incremento de la producción de bienes, de un 57,5% en 1998-2004, era acompañado de la misma tendencia en el mercado de servicios, cuya infraestructura se había desarrollado en el período de las reformas y registró, en los años citados, una subida del 43,4%. En el mercado de comunicaciones, por ejemplo, el volumen de servicios aumentó en un 238,7% en relación con 1998, y el comercio minorista subió un 49,3%.

Principales indicadores macroeconómicos de Rusia en 1999-2004 (en % sobre el año anterior)

1999 2000 2001 2002 2003 2004
Producto interno bruto 106,4 110,0 105,1 104,7 107,3 107,1
Consumo final en los hogares 97,1 107,3 109,5 108,5 107,5 111,3
Inversiones en fondos básicos 105,3 117,4 108,7 102,6 112,5 110,9
Volumen de la producción industrial 111,0 111,9 104,9 103,7 107,0 106,1
Producción agropecuaria 104,1 107,7 107,5 101,7 101,5 101,6
Servicios de comunicaciones 133,1 113,8 119,1 115,6 127,5 127,3
Comercio minorista 93,9 108,8 110,7 109,1 108,0 112,1
Servicios a la población 107,0 105,0 102,8 100,4 105,1 107,1
Comercio exterior 86,7 129,7 105,4 108,1 124,6 131,1
Ingresos reales disponibles 86,4 109,1 108,5 108,8 114,5 107,8
Salario real 78,0 121,0 119,9 116,6 110,4 110,8
Media anual de empleados 100,5 100,6 100,6 101,0 99,2 101,8
Desempleo (a finales del año) 102 77 90,0 98,0 106,0 96,4
Índices de precios:
Precios de consumo 136,5 120,2 118,6 115,1 112,0 111,7
Precios industriales 167,3 131,6 110,7 117,1 113,1 128,3

Fuente: Goskomstat, Servicio Federal de Estadística

Inversiones. Las inversiones en fondos básicos fueron creciendo en 2000-2004 a un ritmo más acelerado que el volumen del PIB o la producción de los sectores básicos de la economía rusa. El presidente de Rusia firmó en 2004 una serie de leyes sobre el mercado de valores, en particular, encaminadas a proteger los recursos de los clientes que operan en este mercado, así como varias enmiendas a la Ley Federal de Sociedades Anónimas, con el objetivo de optimizar su política de dividendos, mejorar la transparencia de gestión y financiera y, gracias a ello, perfeccionar las actividades de inversión en general. Otras normativas adoptadas apuntan a minimizar los riesgos en el mercado de valores, desarrollar nuevas herramientas financieras para captar inversiones extranjeras e internas, simplificar el sistema del registro de valores e impulsar los mecanismos de presentación de datos desde las sociedades emisoras al inversor.

En julio pasado, el mandatario ruso firmó las enmiendas a la Ley federal contra el blanqueo de ingresos criminales y financiación del terrorismo, gracias a las cuales será posible controlar la gestión de bancos, inversores institucionales, operaciones inmobiliarias, así como transacciones de recursos monetarios y valores. Hace poco, fueron aprobadas también las enmiendas a la Ley federal sobre la insolvencia de las instituciones crediticias, para perfeccionar los aspectos legales del procedimiento de quiebra o prevención de la misma en este sector.

Inversiones foráneas en la economía rusa. El desarrollo económico de Rusia en estos últimos cuatro años se destaca por un incremento de las inversiones extranjeras, comparado con la dinámica del PIB y la actividad de los inversores locales. En 2004, el volumen de las inversiones foráneas creció un 36,4% sobre el año anterior, hasta US$40.500 millones.

El ascenso de Rusia en las calificaciones crediticias soberanas contribuyó a aumentar su atractivo a los ojos de los inversores. Desde 2003 se observa una tendencia al incremento de las inversiones directas. En 2004, por ejemplo, las inversiones directas subieron en un 138,9%, pasando a representar un 23,3% en la estructura total de la inversión foránea. Otras inversiones se mantienen al nivel del 75,8%, mientas que las inversiones de cartera bajaron al 0,8%.

Volumen de inversiones extranjeras en el sector no financiero de la economía rusa (en millones de dólares)*

2000 2001 2002 2003 2004
Total 10 958 14 258 19 780 29 699 40 509
Directas 4 429 3 980 4 002 6 781 9 420
De cartera 145 451 472 401 333
Otras 6 384 9 827 15 306 22 517 30 756

* Sin tomar en cuenta los organismos de regulación monetaria y crediticia, bancos comerciales y de ahorro, incluidas las inversiones en rublos recalculadas en dólares EE.UU.
Fuente: Instituto de economía en transición, Servicio Federal de Estadística

La inversión extranjera en Rusia, en 2003-2004, fue superior en volumen a los recursos invertidos por las empresas rusas en otros países. En 2003, esa diferencia fue de US$6.440 millones, y en 2004, de US$6.740 millones.

Los principales inversores del sector del petróleo y el gas, según los datos de la consultoría internacional A.T.Kearney, mencionaban el pasado año a Rusia como el segundo mercado prometedor del planeta, después de Australia.

Aunque el grueso de las inversiones directas beneficia a la industria petrolera y del gas, últimamente se observa una expansión más activa de capitales extranjeros hacia otros sectores de la economía rusa, en particular, hacia las cadenas comerciales, diversos proyectos en el sector del consumo y medianas empresas.

La industria de transformación rusa muestra algunos síntomas de reanimación y en el primer semestre del presente año registró mayores tasas de inversión que el sector primario, según las estadísticas del Ministerio ruso de Desarrollo Económico y Comercio. Las inversiones extranjeras, en el citado período, pasaron a representar un 28,4% en la industria de transformación, mientras que en el sector de extracción fue de un 21,2%. El hecho infunde la esperanza de que la industria de transformación pueda mantener en el futuro su atractivo para los inversores.

El continuo crecimiento de la economía rusa atrae a los inversores del sector del comercio mayorista y minorista, quienes han desplazado a Rusia del 13º al 5º lugar en la lista de las naciones más atractivas para la inversión directa. El mercado de los bienes de consumo, el comercio detallista y el sector de la restauración también están atravesando por un proceso de expansión vertiginosa. Según los informes de A.T.Kearney, Rusia pasó en 2004 de la undécima a la tercera posición en cuanto al atractivo de la industria de alimentación, tabaco y artículos de confección.

Uso de ingresos por la exportación de materias primas

Una coyuntura exclusivamente favorable en el mercado mundial de hidrocarburos y otras materias primas se ha revertido, sin duda alguna, en beneficio de la evolución económica de Rusia en estos últimos años.

La industria del gas y el petróleo es el sector básico de la economía y que juega un papel decisivo en la formación del presupuesto nacional y de la balanza de pagos activa. Los precios del mercado internacional son determinantes para la situación de este sector que exporta más del 70% de su producción, en forma cruda o como productos ya transformados, y habida cuenta de que las ventas en el mercado interno son a un precio que está muy por debajo de la media mundial.

Últimamente, los precios del petróleo en el mundo se mantienen por las nubes gracias a la elevada tasa del crecimiento de la economía internacional y a la creciente demanda de materias primas por parte de los Estados asiáticos. El crudo ruso de la marca Urals se vendió el pasado año en el mercado mundial a un promedio de US$34,45 por barril, es decir, un 27,4% más caro que en 2003.

Precios mundiales del petróleo en 1994-2004 (US$ por barril)

1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Crudo Brent, Gran Bretaña 19,12 12,72 17,97 28,50 24,44 25,02 28,83
38,21

Crudo Urals, Rusia 18,33 11,83 17,30 26,63 22,97 23,73 27,04
34,45

“Cesta petrolera” de los países miembros de la OPEP 18,68 12,28 17,47 27,60 23,12 24,34 28,13
36,05

Fuente: Agencia Internacional de Energía de la OCDE, OPEP

El año 2004 fue el más beneficioso para el comercio exterior de Rusia en toda la historia postsoviética. Los precios del crudo alcanzaron su máximo histórico, situándose a lo largo de prácticamente todo el año por encima de US$30 por barril y superando en algunos períodos medio centenar de dólares por barril. Para la economía rusa tienen enorme importancia tanto la demanda de materias primas como el uso que se da a los recursos procedentes de su exportación. La fuerte relación entre los ingresos del sector energético y los del presupuesto público (la subida del petróleo en apenas un dólar por barril supone para el fisco ruso un recurso extra de US$1.000-1.500 millones) explica que el uso del dinero acumulado en el Fondo de Estabilización sea una de las cuestiones clave para la economía de Rusia. En las arcas del Fondo, formado con los ingresos por la exportación de hidrocarburos, había un trillón 94.000 millones de rublos, según los datos de Hacienda correspondientes al 1ro de enero pasado.

Ante la creciente influencia del ala dirigista dentro del Gabinete ruso era predecible que se planteara la necesidad de usar dichos recursos para las inversiones industriales. Sin embargo, esa propuesta supondría una renuncia tanto a la función estabilizadora del Fondo como a la política de contracción del sector público, iniciada en la década del 90. En teoría, es posible gastar los recursos para la financiación de los proyectos corrientes pero en este caso el Fondo no podrá cumplir su misión fundamental que es prevenir la excesiva dependencia del presupuesto público, y por tanto, de sus destinatarios, con respecto a la coyuntura económica externa.

Se ha acordado una solución de compromiso, la cual compagina el gasto parcial de las arcas del Fondo en los denominados ‘proyectos de infraestructura’ con la liquidación anticipada de la deuda externa de Rusia. Este último objetivo ya se está logrando con éxito. No obstante, esa fórmula de compromiso no puede considerarse estable, así que el forcejeo político en torno al Fondo de Estabilización va a continuar seguramente en el futuro. Se trata de una fuente de grandes recursos disponibles, así que será muy difícil para Hacienda resistir ante la presión consolidada de los departamentos sectoriales y demás grupos de intereses.

Ulterior avance de las reformas

Cabría destacar que el crecimiento económico de Rusia después de la crisis financiera de 1998 y hasta el año 2004 aproximadamente, se ha limitado esencialmente a la recuperación, o sea, se ha sustentado en la explotación activa de las capacidades industriales que permanecían ociosas durante la crisis. Una de las características de tal crecimiento recuperatorio es que tiende a extinguirse a medida que se van agotando esas capacidades ociosas, algo que se puso de manifiesto en 2003 (Vs. Cuadro 2). De aquí, la necesidad de pasar a una política que pueda asegurar la transición desde una fase recuperatoria a un crecimiento basado en las inversiones. Lo cual, en gran medida, dependerá del exitoso desarrollo de las instituciones políticas y legales en Rusia, no de las reformas económicas.

El funcionamiento del mercado en Rusia dista mucho del ideal. En la economía subsisten sectores monopolizados, no hay protección fuerte de los derechos de propiedad, y el mundo de los negocios todavía está muy influido desde el poder. Con todo, deberíamos recordar que las principales instituciones de mercado han surgido prácticamente desde cero en estos últimos quince años. Para garantizar un desarrollo eficiente, ya no basta con tener buenas leyes económicas. Cualquier normativa o regla vigente debería implementarse con eficacia en la práctica, lo cual implica la necesidad de crear un sistema de justicia equitativa y un engranaje público eficiente. Las elites política y empresarial en Rusia empiezan a darse cuenta de la importancia que tienen esos problemas. En la actualidad, se pone especial énfasis en los temas de la reforma judicial y administrativa.

Mediante esta última, las autoridades aspiran a eliminar las barreras administrativas que obstruyen las actividades empresariales. Paralelamente se está promoviendo una reforma del sistema de gestión pública que apunta a reducir la excesiva intervención del Estado en la economía. Una reforma de regulación técnica está encaminada a la armonización de los estándares internos con los internacionales, con el fin de asegurar las condiciones para un desarrollo exitoso del negocio. La ley base ha sido adoptada ya, de modo que en la actualidad se están redactando las normativas derivadas.

En el proceso de la reforma legal se están elaborando los mecanismos para defender los derechos de propiedad, en particular, los del inversor y el accionista, así como para solucionar los conflictos corporativos y agilizar la administración de la justicia en los tribunales de arbitraje. Continúa la reforma judicial encaminada a elevar la eficacia y la independencia de los tribunales.

Se hacen nuevos intentos por atenuar la presión fiscal sobre la economía. De acuerdo con las enmiendas introducidas en el Código Tributario en el verano pasado, los contribuyentes tendrán derecho a deducir de entrada, a partir del 1ro de enero de 2006, un 10% de las inversiones básicas. Las ulteriores reformas en esta materia, según el Gobierno, contribuirán a perfeccionar los mecanismos de administración fiscal y, en particular, ordenar el procedimiento de las inspecciones.

La existencia de una legislación antimonopolio eficiente y que fomente la competencia constituye una de las condiciones imprescindibles para proteger los derechos de los actores económicos. Por consiguiente, se intenta mejorar el sistema del control preventivo contra las entidades que abusan de su posición dominante en el mercado.

En marzo de 2005, el presidente de Rusia firmó una serie de enmiendas a la ley de competencia y restricción de las prácticas monopolistas, aprobando entre otras cosas un incremento de los niveles máximos admisibles en lo que respecta a los activos de las entidades económicas.

Para asegurar el flujo de inversiones a la economía rusa, las autoridades se empeñan en reformar la infraestructura financiera y el sistema de mediación financiera. El Gobierno y el Banco Central de Rusia aprobaron en abril de 2005 una Estrategia para el desarrollo del sector bancario. En diciembre de 2004, el presidente puso su firma bajo la Ley de historiales crediticios que define el procedimiento de formación, procesamiento, almacenamiento y divulgación de antecedentes crediticios.

También se están creando nuevos mecanismos de inversión, entre ellos, las zonas económicas especiales y las asociaciones de empresas privadas y públicas. En el verano pasado fueron aprobadas las leyes de zonas económicas especiales y acuerdos de concesión, que tienen por objetivo establecer un mecanismo para la captación de capitales privados hacia diversos proyectos, así como contribuir a la diversificación de la economía rusa y al desarrollo de las provincias.

Paradigma del desarrollo económico

La postura del Gabinete ruso con respecto a los problemas del crecimiento económico queda reflejada en dos documentos de carácter programático: Las directrices básicas de la gestión del Gobierno hasta el año 2008 y el Programa del desarrollo económico y social a mediano plazo (2005-2008).

Este último hace hincapié en la tarea de formar instituciones que aseguren una evolución sostenida y dinámica de la moderna economía de mercado. En la política económica para los próximos años se proclaman las siguientes prioridades:

 Crear las condiciones para la mayor competitividad del individuo; aumentar la eficiencia del sistema de sanidad, educación, pensiones, protección social, vivienda y servicios municipales; superar gradualmente la pobreza.
 Potenciar el Estado, incluida la implementación de una reforma administrativa; elevar la eficiencia del sistema judicial y legal, así como de las instituciones implicadas en la ejecución de las leyes.
 Promover las estructuras de la sociedad cívica, que es un factor de suma importancia para la consolidación del crecimiento económico.
 Reforzar las garantías de los derechos de propiedad, en particular, de propiedad intelectual; continuar la privatización; incrementar la eficiencia en la gestión del patrimonio público.
 Fomentar la competencia, reducir el peso del sector que no es de mercado, conseguir una mejora radical de la legislación antimonopolio y de la gestión de las estructuras antimonopolio; liberalizar las transacciones de fusión; reforzar el grado de responsabilidad por las acciones monopolistas.
 Eliminar los “cuellos de botella” en el desarrollo económico, en primer término, los de carácter infraestructural o tecnológico; reformar los monopolios naturales y hacer su gestión más eficiente.
 Aumentar la competitividad de las empresas rusas, promover el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, que son un factor necesario para acaparar las inversiones y modernizar la economía.
 Estimular la innovación en el desarrollo económico, ampliar el protagonismo de I+D en esta materia y su contribución a la tarea de diversificar la economía.
 Impulsar el desarrollo de las regiones, apoyas las estrategias regionales del desarrollo económico y social, crear las condiciones que empujen a las entidades federadas y municipales a movilizar los recursos disponibles para el desarrollo económico.
 Promover la integración en la economía mundial, elevar el grado de apertura de la economía rusa, lo cual implica las tareas de ingresar en la OMC, fomentar la integración en el marco de la CEI y los demás organismos (Comunidad Económica Euroasiática, Espacio Económico Único, Unión de Rusia y Bielorrusia), y profundizar la cooperación con la UE.

Este último punto tiene especial importancia para Rusia. Durante el período de la crisis económica y las reformas de mercado, Moscú se dedicó de lleno a los problemas internos mientras que en el escenario internacional se iban formando nuevos grupos de integración e iba cobrando vigor el proceso de la globalización. Ahora que Rusia ha superado la crisis, conseguido la estabilización macroeconómica y quiere asegurarse un desarrollo eficaz de la economía, es posible movilizar las gestiones a escala global. El presidente Vladímir Putin ha declarado en reiteradas ocasiones que muchos Estados aspiran a que Rusia tenga un mayor protagonismo en los asuntos internacionales. Hoy se tienen las premisas para profundizar el diálogo político con diversos países, regiones y organismos de integración, ampliar la cooperación económica y comercial, así como promover el intercambio cultural y los más diversos contactos, en particular, entre los empresarios.

Versión en español amablemente traducida por Ria-Novosti.

[1En el presente artículo se han usado los informes de Economía rusa: tendencias y perspectivas, del Instituto de economía en transición

[2En octubre de 2005, la cotización de la moneda rusa acabó por recuperar el nivel previo a la crisis de 1998. El Gobierno, por boca del ministro de Hacienda Alexey Kudrin, anunció que en los próximos tres años no habrá correctivos serios en el tipo de cambio, que será del orden de 28,6 rublos por un dólar.