Por cuarta vez, en menos de un lustro, en reporte oficial (¿cuántos habrán sido ocultados o desaparecidos?), se informa de un “incidente” en el ducto de Camisea que opera TGP (Transportadora del Gas Peruano) y que construyó el Consorcio Camisea (Pluspetrol, Techint –ingresada por la ventana a través de Tecpetrol y en lugar de Hidrocarburos Andinos SAC, SK y Hunt Oil) desde el Valle de La Convención, pasando por Ayacucho, hasta Pisco en Ica. Una simple comparación con el oleoducto en el norte peruano no admite ninguna clase de reticencias: ¡algo se pudre en Camisea!

No sólo que estas empresas del Consorcio hayan destruido la cabecera de los cerros en La Convención, provocando daños irreparables al medio ambiente contaminando ríos y desapareciendo la vida en sus aguas; también que en asimétricas y sospechosas componendas colocaran tubos que, todo así lo indica, colapsarían más pronto que tarde, como se está viendo, sino que la estadística de siniestros empieza a alarmar hasta a los más calmados. ¿Cómo puede fallar tan clamorosamente y con tanta frecuencia un gasoducto de tan largo y peligroso recorrido?

La propaganda oficialista que ha engañado a millones con el cuento que con la llegada del gas a Lima, múltiples precios bajarían por la circunstancia, oblitera un tema que merecería, si existieran parlamentarios de veras, una investigación exhaustiva, severa, castigadora de imposturas y de no pocos actos inmorales en el decurso de todo este gran proyecto que ha costado la vida a decenas de obreros peruanos y extranjeros, tema que tampoco parece suscitar cosquillas a los legiferantes tan nerviosos como están, los muy cretinos, en alimentar las faltriqueras de dinero. Si el consorcio que viene al Perú “gana” un contrato (Camisea) con dedicatoria, que ni siquiera el delincuente Kenya Fujimori se atrevió a autorizar, pero que sí lo hizo Valentín Paniagua, hay 120 en la Plaza Bolívar que se sienten en el derecho de expoliar el erario nacional a costa de los sufridos contribuyentes.

“Osinerg, el organismo regulador, informó que la próxima semana presentará un reporte detallado sobre el cuarto incidente registrado en el ducto de líquidos de Camisea, operado por la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP). TGP reportó ayer que a las 4 horas con 53 minutos del día 24 de noviembre se registró una caída de presión en el ducto de líquidos de Camisea ubicado en el distrito de Echarate, provincia de La Convención (Cusco). Osinerg ya ha tomado las acciones necesarias para hacer la revisión correspondiente a cargo de nuestros supervisores que están en la zona del incidente, dijo una fuente del organismo regulador a la agencia Andina.”, se da cuenta en el reporte periodístico (La República de hoy).

Más allá de las obvias y muy preocupantes irregularidades que se presentan con abominable frecuencia en Camisea, hay un tema no menos abyecto: ¿por causa de qué los medios procuran, de cualquier forma, minimizar lo que podría ser causa de grandes explosiones y combustión masiva si hay escapes de mayor volumen? En Perú somos los clásicos lamentadores profesionales luego que ocurren las desgracias, sin embargo de lo cual, hay que alertar a la opinión pública con franqueza directa y demoledora: ¡esto no es un juego, algo se pudre en Camisea!

¿Qué dicen los partidos políticos tan estupidizados en la encuestocracia, término que ha repetido pocas horas atrás Valentín Paniagua? ¿por causa de qué los “defensores” de los derechos humanos, cuyas guaridas las ONGs comercializaron estos mismos derechos, no se pronuncian en torno a un asunto de vital importancia? ¿O queremos también tener nosotros nuestros Chernobyls adrede para luego “negociar” las “soluciones”? ¡Aquí hay gato encerrado y una complicidad criminal!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!