La animadora de la asociación Prochoix y periodista del semanario satírico francés Charlie Hebdo, Caroline Fourest, publicó en Ediciones Grasset La Tentation obscurantiste [La tentación oscurantista]. En ese ensayo, continúa sus trabajos de denuncia de los movimientos franceses de izquierda antiimperialistas, culpables, en su opinión, de complacencia con los «islamistas». Ya habíamos descrito en nuestras columnas cómo Prochoix, mediante los escritos de sus principales animadoras, Caroline Fourest y Fiammetta Venner, y Charlie Hebdo, sobre todo a través de los editoriales de Philippe Val, habían ampliado la definición del «islamismo» para finalmente incluir en él a la mayoría de los movimientos antiimperialistas de inspiración musulmana [1].
Al presentar como diabólicas a las organizaciones musulmanas, gracias a repetidas amalgamas, Caroline Fourest, Fiammetta Venner y Philippe Val participan de un movimiento más amplio orquestado por periodistas, dirigentes políticos y responsables de asociaciones que quieren prevenir, por diversas razones, la formación de un vasto polo antiimperialista que englobe tanto a las organizaciones musulmanas como a las contestatarias. Sin embargo, para tener cierta eficacia, el discurso que diaboliza a las organizaciones musulmanas ante los ojos de los movimientos contestatarios debe ser pronunciado por personas con cierta aureola de prestigio o que cuenten al menos con una buena audiencia en esos movimientos. Ahora bien, la imagen de Prochoix y de Charlie Hebdo fue deshecha ante esos movimientos gracias al trabajo de explicación y análisis críticos de las asociaciones [2] o publicaciones [3] dedicadas a señalar las hipótesis y distorsiones de la realidad en las cuales se basaban los escritos de las conductoras de Prochoix y el director de Charlie Hebdo.
La Tentation obscurantiste no aporta mucho de nuevo a los lectores de las anteriores obras de Caroline Fourest o Fiammetta Venner. En sus libros contra Tariq Ramadan [4], la UOIF [5] o Thierry Meyssan [6], siempre se dedicaron capítulos a las redes, más o menos fantasiados, de esos adversarios designados. Las «amistades peligrosas» que ese libro pretende mostrar públicamente deben mucho a esos capítulos. La innovación reside en la teorización de una división de la izquierda francesa en dos polos: un polo «antitotalitario» y otro «tercermundista». Para el autor, la izquierda está dividida en dos vertientes: la «Vertiente A (prioritariamente antitotalitaria): Al referirse al nazismo, esta vertiente está profundamente relacionada con el concepto de libertad y persigue de forma permanente la amenaza de un nuevo peligro totalitario y/o genocida.» [7] y la «Vertiente B (prioritariamente tercermundista): Al referirse al colonialismo, esta vertiente está profundamente vinculada con el derecho a la libre determinación y persigue, de forma permanente, la manifestación del colonialismo y del imperialismo» [8].
Ahora bien, según C. Fourest, si bien la «vertiente A» también es sensible a las cuestiones del colonialismo, una parte de la «vertiente B» está totalmente ciega ante las desviaciones en cuanto a las libertades que el «movimiento islamista» haría pesar, en su opinión, sobre las sociedades «occidentales». Incluso algunas organizaciones, como la Red Voltaire, serían «colaboradores activos» del «Islamismo» [9]. Por consiguiente, existiría una izquierda responsable y deseosa de aliviar tanto la miseria del mundo como de proteger las libertades de cada cual y otra que, por ceguera, abriría las puertas de «Occidente» al islamismo.
Esta distinción entre dos izquierdas, una virtuosa, la otra, ciega o cómplice, no está aislada en el campo mediático actual. C. Fourest no la mantiene totalmente en secreto ya que presenta como una referencia el editorial de Philippe Val de Charlie Hebdo del 31 de agosto de 2005, titulado «Traîtres et Crétins» [10]. No obstante, olvida precisar que la argumentación de Philippe Val no era algo aislado y que al día siguiente de su publicación, Bernard Henri Lévy en Le Point y Jacques Julliard en Le Nouvel Observateur desarrollaban una argumentación totalmente idéntica, retomando el argumento que opone a la izquierda inspirada en Jules Guesde y la otra, inspirada en Jean Jaurès [11]. Aunque la autora omite mencionar ese elemento, no olvida en cambio citar a Bernard Henri Lévy (además, miembro eminente de la Casa Grasset que la publica) y a Jean Daniel (cofundador y director del Nouvel Observateur) entre las fuentes intelectuales de la «Vertiente A». Por ende, se puede ver en esta distinción entre dos vertientes de izquierda, la reactivación por un pequeño grupo de editorialistas influyentes de la antigua división entre izquierda comunista y anticomunista, reescrita y readaptada al estilo de «Choque de civilizaciones».
Por otra parte, C. Fourest no es la única que expresa esta idea ya que Le Point del 3 de noviembre de 2005 coloca al mismo nivel tres ensayos publicados recientemente y que tienen como punto común, según el semanario, denunciar las «alianzas con los islamistas» en la izquierda [12]: La Tentation obscurantiste de Caroline Fourest, SOS Antiracisme [13] de Dominique Sopo (presidente de SOS Racisme cuyas posiciones son elogiadas por C. Fourest en su ensayo, así como la de su predecesor Malek Boutih, hoy en el Partido Socialista) y el Socialisme des Imbéciles [14] de Alexis Lacroix. Este artículo que alaba los tres libros aparecía una semana después de que Le Point publicara un gran dossier que esgrimía «la amenaza islamista» [15].
El ensayo de Caroline Fourest, colocado en su contexto mediático y editorial, aparecía pues como un nuevo episodio de la estrategia que tenía por objetivo romper las alianzas antiimperialistas. Ello no impide a la autora tratar de presentar la imagen de una militante sincera de izquierda, matizando ligeramente la tonalidad agresiva que caracterizaba sus obras o artículos anteriores e indignándose por la suerte de los palestinos que sufren la política de Israel, lo que no es frecuente en ella.
Sin embargo, ¿qué crédito podemos darle a esta súbita demostración de preocupación ignorada durante tanto tiempo antes? En efecto, podemos preguntarnos si Caroline Fourest utiliza un «doble lenguaje», empleando palabras dirigidas a la opinión de la izquierda francoparlante y por otra parte dando garantías a los círculos atlantistas o neoconservadores. Mientras que C. Fourest insiste en afirmar que Tariq Ramadan mantiene un «doble discurso» basándose en los textos del autor y sus supuestas intenciones [16]; es fácil demostrar el «doble discurso» de Caroline Fourest, si nos basamos en su último libro y se compara con lo que escribía en la edición europea del Wall Street Journal del 2 de febrero de 2005.
En la La Tentation Obscurantiste, C. Fourest declara a propósito del «islamismo»: «Cuando [los demonios del nazismo y del estalinismo parecen lejanos, recibimos la espuma de esta tercera ola, la del tercer totalitarismo en marcha.[…] Youssef al-Qaradhawi cree en la posibilidad de conquistar a Europa por el proselitismo.[…]Personalmente, no creo en ese riesgo. No como islamización. Los grupos integristas musulmanes son minoritarios entre los musulmanes de Europa. El riesgo no viene de los franceses de origen magrebí, en su inmensa mayoría laicos, sino más bien de la izquierda oscurantista dispuesta a suministrar los comisarios políticos y los pequeños soldados que faltan a los integristas.» [17]. Si bien el comienzo de nuestra cita es alarmista, la conclusión calma la imagen paranoica y presenta a la autora como una militante preocupada únicamente por las desviaciones de la «Vertiente B» y no por el comportamiento de los musulmanes en Europa. En una tribuna titulada «The war for Eurabia» y publicada en el archineoconservador Wall Street Journal, el tono es otro muy distinto: «A partir de sus intentos abortados de tomar el poder en Egipto, y más todavía desde que perdieron la guerra civil en Argelia, Europa se ha convertido en la principal prioridad: el tercer round de los islamistas». No se trata aquí de las dudas de la autora referentes al riesgo de islamización de Europa. Más adelante, C. Fourest precisa las razones del «peligro» que cree observar: «En Europa, sacan ventaja de la libertad de expresión y de la democracia al igual que del fracaso de los árabes para integrarse. Aquí, reclutan como bien les parece.[…]Occidente es utilizado como un formidable campo básico para reclutar nuevas tropas. Con ellas, los islamistas esperan tomar la revancha en Oriente». [18]. No se trata ahora de la resistencia de los franceses de origen magrebí, profundamente laicos, sino de un foco de reclutamiento importante, por lo tanto, de una amenaza, y sobre todo de una amenaza fundamentalmente exógena ya que son «los árabes» quienes no logran integrarse; la cuestión de las discriminaciones no se menciona. La autora concluye su tribuna pidiendo medidas para restringir la libertad de expresión a fin de que los «islamistas» no puedan utilizar los instrumentos democráticos para su «propaganda».
Extraña conclusión para una autora que, como buena representante de la «Vertiente A» está «íntimamente apegada al concepto de libertad». Es cierto que no nos dirigimos al mismo público cuando se escribe en Charlie Hebdo y cuando se hace en el Wall Street Journal; en este último se puede utilizar como título el término «Eurabia», concepto racista inventado por la militante sionista Bat Ye’or y que debe describir la próxima anexión de Europa por el mundo islámico.
De igual forma, ¿qué se debe pensar de las palabras de Caroline Fourest que condenan la invasión de Irak cuando Fiammetta Venner, compañera de C. Fourest y coanimadora de Prochoix, considera a la resistencia iraquí como un grupo de «yihadistas» y el apoyo a los resistentes iraquíes como una prueba de «islamismo»? Eso es lo que se puede sacar en claro de una tribuna escrita por F. Venner tanbién en la edición europea del Wall Street Journal [19].
Recordemos por último que La Tentation Obscurantiste fue publicada por Grasset, casa editora cuyo director literario es Manuel Carcassonne, miembro de la French-American Foundation, organización presidida anteriormente por John Negroponte, hoy director de la inteligencia estadounidense luego de haber sido embajador de los Estados Unidos en Bagdad para controlar la ocupación, y responsable de la organización de los Escuadrones de la Muerte en América Central en los años 80.
¿Acaso Negroponte también debe considerarse como un inspirador de la «Vertiente A», ante todo «antitotalitaria»?
[1] «Vendre le « choc des civilisations » à la gauche», por Cedric Housez, Voltaire, 30 de agosto de 2005.
[2] por haber realizado ese trabajo, Les Mots sont importants, Une École pour Tous, ACRIMED o la Red Voltaire sufren las descargas iracundas de Caroline Fourest en La Tentation obscurantiste y regularmente son denigradas en el Blog de Prochoix
[3] CQFD, Voltaire o PLPL, por ejemplo. Sobre todo en el PLPL n° 26 conocimos las Tribunas de Caroline Fourest y Fiammetta Venner en el Wall Street Journal que citamos más adelante.
[4] Frère Tariq, discours, stratégie et méthode de Tariq Ramadan, Caroline Fourest, Grasset, octubre de 2004
[5] OPA sur l’islam de France, les ambitions de l’UOIF, Fiammetta Venner, Calmann-Lévy, abril de 2005.
[6] L’Effroyable Imposteur, Fiammetta Venner, Grasset, febrero de 2005.
[7] La Tentation Obscurantiste, Caroline Fourest, Grasset, p. 48.
[8] Ibid.
[9] «También existe un grado de colaboración adicional: la colaboración activa, que consiste en tomar abiertamente el partido de los islamistas contra los Estados Unidos. El éxito ante algunos círculos de un libro comoLa Gran Impostura[…], es muy sintomático de la opción tomada por algunos progresistas sin confesarlo. C. Fourest, op. cit. p. 29, 30.
[10] «Leer sobre este tema, el editorial de Philippe Val, «Traites et Crétins» donde explica que este asunto es sintomático de la brecha que sigue existiendo: la que existe entre los revolucionarios, simbolizados por Guesde –«el primer cretino»– y los socialdemócratas, simbolizados por Jaurès –«el primer traidor».», C. Fourest, op. cit., nota de fin de obra, referencia a la página 54.
[11] Similitudes que habíamos destacado: «Marketing : trois journaux différents pour un même éditorial», Voltaire, 13 de septiembre de 2005.
[12] Sus à l’« obscurantisme de gauche !», Le Point, 3 de noviembre 2005.
[13] SOS Antiracisme, Dominique Sopo, Denoël, octubre de 2005. Señalemos que el título SOS Antiracisme también es el título de un editorial de Philippe Val en Charlie Hebdo del 3 de noviembre de 2004. Este editorial instaba a los militantes de izquierda a no participar en la manifestación unitaria antirracista que organizaba un gran número de organizaciones antirracistas francesas pero a la cual SOS Racisme se había negado a unirse.
[14] Le Socialisme des Imbéciles, Alexis Lacroix, Table ronde, abril de 2004.
[15] « Les islamistes et Nous », Le Point, 20 de octubre de 2005. Este tema fue analizado en nuestra sección «Titulares que engañan»: ««Le Point» y el Islam, por Ossama Lotfy, Voltaire, 2 de noviembre de 2005.
[16] Esta temática es desarrollada conjuntamente con Antoine Sfeir, otra referencia de la «Vertiente A» según La Tentation Obscurantiste.
[17] C. Fourest, op. cit. p. 150, 151.
[18] « The War For Eurabia », por Caroline Fourest, Wall Street Journal Europe, 2 de febrero de 2005.
[19] «Dangerous Liaisons», por F. Venner, Wall Street Journal Europe, 15 de julio de 2005. En esa tribuna publicada una semana después de los atentados de Londres, afirma que los atentados ponen fin a un acuerdo entre los «islamistas» y los servicios de inteligencia británicos que permitían a los primeros desarrollar sus actividades desde Londres a cambio de la inmunidad británica a los atentados. Se trata en ese caso de un análisis comparable al del teórico racista Daniel Pipes.
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