Menos de dos semanas atrás, en las instalaciones de Barrick que explota el yacimiento aurífero de Alto Chicama a menos de 140 kms. de Trujillo, se produjo una intoxicación que puso a muy mal traer a por lo menos 10 trabajadores de ese centro minero. Como no podía ser de otro modo, reeditando actuaciones similares en otras partes del Perú, la firma responsable fue Sodexho, transnacional francesa que tiene muchos privilegios en nuestro país.

Sería muy importante, por el propio prestigio que todos reconocemos, que Carlos Burmester y su valioso equipo de La Voz de la Calle de Trujillo investigara, ampliara y difundiera el detalle del siniestro cuya ocurrencia nos llegó por correo de brujas porque Sodexho se encarga muy mucho de silenciar esta clase de acontecimientos, por desgracia, bastante frecuentes en su accionar en Perú.

Años atrás, 2002, también Sodexho fue protagonista, en Camisea, de este asunto que debiera concitar la alarma y todas las medidas correctivas y punitivas más severas. ¿Cómo se puede, merced a alimentos vencidos o en mal estado, generar una ingesta entre los trabajadores que se intoxican, pasan momentos premiosos y encima deben faltar a su centro de trabajo, con el riesgo, nada raro, que se les ¡descuente! por la ausencia? Entonces, Sodexho se encargó de comprar un silencio sepulcral.

Me cupo la suerte de estar en el Valle de La Convención en el 2002 y filmé, cámara en mano e in situ, cómo los desperdicios de alimentos comprados por Sodexho, ciertamente ningún insumo peruano porque todo lo trae del extranjero, eran botados a la Selva por esta empresa, generando putrefacción contaminante y atentatoria contra el medio ambiente. El testimonio está en el vídeo Valle de La Convención, Cusco: Tierra de Nadie en que denunciaba las irregularidades fragrantes en que habían incurrido las empresas Pluspetrol, Techint, SK y TGP en la construcción del gasoducto. Todo parece indicar que aquellos vibrantes momentos captados, tienen ¡plena vigencia acusatoria!

Sodexho fue expectorada de Yanacocha en Cajamarca. El remedio salió peor que la enfermedad porque la reemplazante, la empresa chilena CDR, ha sido denunciada por el vicepresidente regional Alejandro Rebaza Martell porque “tiene un conjunto de problemas que van desde el maltrato, la soberbia, la arrogancia de sus gerentes, sus directores, hasta la imposición de largas jornadas de trabajo violando las normas constitucionales que establecen una jornada máxima laboral, y a muchos trabajadores no se les reconoce el salario mínimo vital”. Esta información la pude ratificar en el aire desde Lima, vía dos o tres radios cajamarquinos.

Pareciera ser que a los que vienen de afuera se les abren las puertas, para, como el caso de Sodexho en Alto Chicama y en Camisea, intoxiquen a los trabajadores peruanos. ¿No hay empresas nacionales que puedan dar el mismo servicio –y con estándares de calidad mundial- de alimentación que Sodexho? ¿O qué clase de gato encerrado hay aquí con el privilegio que sólo “alguna” sea la escogida para esta clase de malos servicios?

No sólo eso. Sodexho es la gran beneficiada de la ley de prestaciones alimentarias aprobada por este gobierno el 2003 y gracias al suministro indirecto (art. 2, inciso b.1) que dice a la letra: “El que se otorga a través de Empresas Administradoras que tienen convenios con el empleador, mediante la entrega de cupones, vales, u otros análogos, para la adquisición exclusiva de alimentos en establecimientos afiliados.”. Por supuesto que Sodexho en sus cartas a clientes los enamora con estos beneficios.

Sin embargo, como hemos escrito semanas atrás, un aumento del sueldo mínimo y que se verificaría únicamente en el sector estatal, promovería un negocio financiero de quien extienda vales de consumo, cupones u otros análogos, para la adquisición exclusiva de alimentos en establecimientos afiliados, es decir, quien monopolice estas prácticas (Sodexho) tendría caja mensual por varios millones de soles ¡del Estado! de manera monopólica, directa y ¡lo que es peor, del bolsillo de los contribuyentes! ¿Quién o quiénes empujan este círculo vicioso y muy lucrativo para cierta empresa gala especialista en silenciar las intoxicaciones criminales en que ha incurrido durante los últimos cinco años?

Los trabajadores de Repsol, empresa que ha contratado a Sodexho para la alimentación de éstos, deberán estar muy atentos con la calidad de servicio que reciban. Saben ya que hay precedentes y antecedentes muy malos de Sodexho y el dinero puede hacer de todo, lo que no será jamás capaz de hacer es revivir a los caídos por envenenamientos o intoxicaciones.

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!