Le Figaro, diario de la derecha francesa, no difiere de los periódicos atlantistas: lanza invectivas ante el restablecimiento del proceso electoral en Chechenia.

En su edición de 28 de noviembre de 2005, aparece el título «Farsa electoral en la Chechenia devastada». El artículo de la enviada especial a Grozny, Irina de Chikoff, no trata de defender a los independentistas, que no tienen base popular, sino que los pone al mismo nivel de las fuerzas de seguridad. Tanto unos como otros sólo serían carniceros y la población sus víctimas.

Viraje en la edición de 29 de noviembre: Rusia Unida, el partido del presidente Putin, obtuvo el 61% de los votos y, si hubo fraude, es de escasa importancia. De mal humor, el periódico titula entonces «Los electores chechenos se entregan a los partidos pro rusos». La elección del término «pro ruso» refleja la opinión atlantista según la cual Chechenia no sería rusa, sino colonizada por los rusos.

«Se pueden impugnar los resultados como no dejaron de hacerlo los separatistas. Dudar de su perfecta legalidad como lo hizo el Consejo de Europa. También se puede admitir que reflejan, en el contexto actual, la voluntad de una población harta, desencantada, profundamente herida», escribe Irina de Chikoff. En otras palabras, ya no es necesario, para afirmar que Vladimir Putin es un tirano, pretender que los chechenos lo odian. Por el contrario, el hecho de que la población vote masivamente por su partido es a todas luces la prueba del terror que inspira. Para los atlantistas, el único signo aceptable de democracia es votar por los partidos pro Estados Unidos.