Los resultados asignarán 167 bancas de la Asamblea Nacional, 12 al Parlamento Latinoamericano y 5 al Parlamento Andino, un total 184 curules disputadas por 4.960 candidatos válidamente inscritos.
La renuncia debía hacerla efectiva individualmente cada candidato. Participaron 337 listas de un total de 355 primitivamente inscritas, es decir, quedaron desactivadas 18 (5,1%), que si reciben votos serán nulos.

Los comicios fueron presenciadas por más de 500 extranjeros, entre ellos 160 observadores de la Unión Europea (EU), 7 diputados del Parlamento Europeo, 60 veedores de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros 200 espectadores que incluyen representantes de organismos electorales del continente y delegados de observatorios privados.

Siguiendo el libreto diseñado antes, Tomás Sarmiento de la británica agencia Reuter, anunció en la víspera “calma y preocupación por la abstención antes de elecciones en Venezuela”. Desde 1999, el acto de votar no es obligatorio en Venezuela, la abstención suele ser históricamente alta en los comicios no presidenciales, pero en rigor, los datos de esta jornada se conocerán quizás el lunes, mientras el único incidente grave reportado en la víspera fue un incendio provocado por un atentado contra el oleoducto Ulé-Amuay, controlado rápido por los bomberos de la empresa Petróleos de Venezuela.

El vicepresidente José Vicente Rangel calificó la voladura de “atentado contra la nación y contra la industria petrolera, algo que no tiene justificación de ninguna especie”. La agencia EFE dijo a media tarde que no hubo incidentes pero sí una “participación irregular, más abundante en las zonas populares y muy escasa en las de clase media y alta”.

Y ahora ¿qué?

Existe una suerte de convicción de que el sorpresivo “paro electoral” preludia otros preparativos golpistas ocultos. Después que EEUU condujo a la oposición a este nuevo callejón oscuro, la pregunta es ¿qué harán ahora los seguidores de los partidos que no desean estar en el parlamento unicameral? ¿En qué esferas ejercerán su oposición legítima a un gobierno que no les gusta, si el único ring legal en democracia es el Parlamento?

El Presidente Hugo Chávez, quien habló en varias ocasiones durante las últimas 24 horas, citó un informe del Centro de Asuntos Hemisféricos (COHA, por su siglas en inglés), una ONG de EEUU, que lisa y llanamente indica que “la oposición venezolana intenta un golpe de Estado”, junto con señalar la complicidad de Washington en los propósitos desestabilizadores de los partidos que se marginaron a última hora de las elecciones. “...La actuación de los partidos opositores venezolanos demuestra una actitud oportunista (…) Es sorprendente que la oposición grite fraude antes que sea emitido ni un solo voto”, señaló el COHA.

Chávez también se refirió al Plan Georgia, la estrategia utilizada en esa ex república soviética para generar una crisis política a partir de unas elecciones, anunciando que un modelo similar será activado en las próximas elecciones presidenciales del 2006. “He allí el formato Georgia, quisieron activarlo aquí con el referéndum y más adelante van a activarlo de nuevo, sobre todo, en diciembre de 2006. Lo que está ocurriendo ahora es una estrategia activadora del 2006 muy similar a lo que ocurrió en el paro de 2001, que fue la iniciación del golpe del 2002”, dijo.

Tras afirmar que “nos van a llevar a los límites a los que nos llevaron (en 2002), no nos van a quitar la Navidad, ni la paz, son dos situaciones sumamente distintas 2002 y 2005”, Chávez advirtió que “el imperialismo está tratando de activar un formato parecido al que activaron en Haití, en donde ocurrió algo casi exactamente igual a lo que está ocurriendo acá. Unas elecciones y los partidos renuncian y así pudieron crear una crisis política”, pero aclaró que en Venezuela las instituciones están consolidadas.

Los partidos se retiraron de la contienda después de sostener intensas “consultas” con el embajador de EEUU. Ya el domingo 27 de noviembre, José Vicente Rangel advirtió que “una embajada foránea” financiaba la campaña de abstencionismo. A estas alturas no hace falta demasiado rigor para demostrar la injerencia estadounidense.

Los dirigentes de los partidos tradicionales AD y Copei —que iniciaron el “paro electoral”— no necesitan viajar a cada rato a EEUU, como lo hace la jefa de Súmate, María Corina Machado, quien aparece frecuentemente en la prensa venezolana recibiendo el sonriente respaldo de Bush. Para evitar tanto viaje está en Caracas el embajador William Brownfield.

El dirigente del MEP Arbeni Urdaneta acusó a Súmate de estar detrás “de este juego antinacional”, no sólo porque recibe descarada y públicamente financiamiento de la NED, el Fondo Nacional para la Democracia creado por Ronald Reagan que también pagó los gastos de las bandas militarizadas que desestabilizaron al gobierno de Haití.

Luis Vicente León, director de la encuestadora Datanálisis —quien no tiene un pelo de chavista—, le dijo al británico Financial Times que el retiro de esas organizaciones significa “una verdadera catástrofe para la oposición” porque se quedarán sin representación en el parlamento, “desmoralizará más de lo que ya está” a la población que los sigue y hará perder a sus líderes “la poca influencia que todavía tenían sobre la población”. Para León, la oposición creó “... el peor de todos los escenarios y van a perder los pocos representantes que hubiesen podido ganar”.

Nadie se explica por qué se dejaron arrastrar en la estrategia de “paro electoral” cuatro agrupaciones políticas bisoñas que precisamente alegaban estar deslastrándose de la tutela de AD y Copei: Primero Justicia, Proyecto Venezuela, Fuerza Liberal y Un Nuevo Tiempo. A los dos viejos partidos ya les queda “poco hilo en la cañuela”, sólo arriesgan perder a un electorado de suyo exiguo y están condenados a acumular más polvo del recuerdo en el cuarto de los juguetes fuera de uso, como si siguieran al pie de la letra la sentencia del Génesis “Polvo eres y en polvo te convertirás”.

¿Por qué cambiaron repentinamente de opinión? ¿Cuál es su proyecto extra-parlamentario? Para el Presidente Hugo Chávez, el sabotaje electoral es la primera escena del guión de un nuevo proyecto de golpe cuyo objetivo final es él mismo. El presidente Hugo Chávez, cuando concurrió a votar, dijo que la maniobra de las renuncias aceleró la muerte política de la oposición.

Quizás se abra paso una nueva oposición todavía en ciernes. En la Iglesia Católica también aparece un nuevo lenguaje. Rangel al arzobispo de Caracas, Monseñor Jorge Urosa Sabrino, por haber manifestado que el ejercicio del sufragio debía ser el punto de partida para el diálogo y el entendimiento entre los venezolanos. “Me parecen excelente las declaraciones del Monseñor Urosa; las acabo de oír por radio”, dijo. De inmediato, Rangel hizo un llamado “a renovar el diálogo a partir de este momento”. Tanto Rangel como el ministro de Interior Jesse Chacón expusieron antes al prelado la preocupación del gobierno ante la nueva situación.

Partidos fuera del Parlamento

Los únicos partidos que participaron en la contienda son Movimiento V República (MVR), fundado en 1998, que agrupa a las corrientes bolivarianas que apoyan al gobierno, y el Movimiento al Socialismo (MAS), una escisión del partido Comunista fundada en 1971, hoy de orientación más bien socialdemócrata, cuyo presidente es Leopoldo Puchi.

Y estos son los partidos que decidieron quedarse fuera del parlamento unicameral, aquellos que se habían desvinculado del golpismo y la llamada “guarimba”, o desórdenes públicos masivos, para volver a la lid democrática legal:

 El partido sociáldemócrata Acción Democrática (AD), fundado en 1936. Con siete mandatarios (Rómulo Betancourt, Rómulo Gallegos, Betancourt de nuevo, Raúl Leoni, los dos períodos de Carlos Andrés Pérez y Jaime Lusinchi), es el partido que más ha disfrutado del poder y ha tenido los presidentes más corruptos, como Andrés Pérez y Lusinchi, quienes se convirtieron en millonarios a costa del erario. Su secretario general es Henry Ramos Allup.

 Partido Social-Cristiano (COPEI), que simplemente es el nombre del partido demócrata-cristiano internacional, fundado en 1946, que sólo ha tenido dos presidentes, el primer período de Rafael Caldera (que en su segunda presidencia fue elegido contra los deseos de su tienda originaria) y Luis Herrera Campíns. Su actual secretario general es César Pérez Vivas.

 Un Nuevo Tiempo (UNT), o partido de la “Zulianidad”, del gobernador del estado Zulia, Manuel Rosales, ratificó el 29 de noviembre que sí iría a las elecciones —por boca de sus candidatos Elías Mata, Julio Montoya y Juan Carlos Fernández—, pero hizo lo contrario. El gobernador Rosales fue de AD, pero reculó en el tono de su oposicionismo y, como dice el vicepresidente Rangel, “no es ni gobierno ni oposición”. Propuso “una comisión de alto nivel”, con representación de todos los sectores, “para buscar una salida...” pero postergando las elecciones “para un mejor momento”.

 Proyecto Venezuela (PRVZL) fue fundado en 1998 por el ex-socialcristiano Henrique Salas Römer, ex-gobernador del estado de Carabobo (Valencia), quien resultó el candidato presidencial favorito de los grupos empresariales para enfrentar a Chávez en las elecciones del mismo año de su constitución con el apoyo “pleno e incondicional” de AD y COPEI, que en esa ocasión abandonaron a sus propios candidatos. El Secretario Nacional del MEP Arbeni Urdaneta lo describió como “un partido de abolengo, reaccionario, tradicionalista, conservador y profundamente clasista”. Su actual presidente es Jorge Sucre.

 Fuerza Liberal, o simplemente partido Liberal, presidido por Haydée Deutsch, dice que propicia un “nuevo modelo social para Venezuela y el mundo”. Fue fundado en 2002 pero obtuvo reconocimiento legal en 2005. Según el acta de reconocimiento del Consejo Nacional Electoral del 1 de abril de este año, sus demás dirigentes son José Rigoberto González (secretario general), más los “secretarios ejecutivos nacionales” Serafín Cabrera, Sol Marina Hidalgo Trujillo, William Deutch, Celeni Rodríguez, Brenda Moreno, Otilde Porras y Francisco Renato De Barros.

 Primero Justicia (PJ), fundado en 1992, por el magistrado Alirio Abreu Burelli, es el partido más importante del grupo. Ya tiene designado un pre-candidato presidencial (Julio Borges), cultiva la demagogia populista y se presenta como movimiento “popular”, explotando un lenguaje similar al del partido Popular de España (PP), heredero del franquismo, y de la archireaccionaria Unión Demócrata Independiente de Chile (UDI), heredera del pinochetismo, que no pudo llamarse PP simplemente porque el nombre lo registró antes el partido Demócrata Cristiano chileno, aunque no para usar todavía esa denominación.

PJ dice que “su norte es la democracia, la participación, el progreso popular y el bienestar de todos los ciudadanos”... Borges propone repartir igualitariamente el 25% de los ingresos fiscales petroleros entre todos los venezolanos, más o menos unos mil dólares (2 millones de bolívares) anuales para cada familia. Aseguró que sus candidatos eran “los mejores hombres y mujeres que Venezuela pueda convocar”, pero igual dejaron en la escatada a sus presuntos electores.

Este partido tenía cinco diputados ante la Asamblea Nacional (Julio Borges, Gerardo Blyde, Liliana Hernández, Ramón José Medina y Carlos Ocariz), con sus respectivos suplentes (María Angélica Bracho, Mónica Donhert, José Luis Mejías, Leonardo Palacios y Juan Manuel Raffalli). Posee, además, diputados regionales en los estados Miranda (Carlos Arocha, Alberto Crisafi, Ovidio Lozada y Shully Rosenthal), que corresponde al este de Caracas, y al estado Anzoátegui (Julio Jaramillo), cuyas ciudades más notorias son Barcelona y Puerto La Cruz.

Es decir, tiene presencia entre los sectores más enriquecidos del Area Metropolitana de la ciudad capital y en la zona de la ciudad balneario Puerto La Cruz, en el oriente del país. En la capital controla los municipio Chacao (Leopoldo López) y Baruta, cuyo alcalde Henrique Capriles encabezó el asalto a la Embajada de Cuba durante el golpe de 2002. También tiene alcaldes en Los Salias (Juan Fernández) y en el municipio Diego Baustista Urbaneja, Anzoategui (Gustavo Marcano).

Otros mini-partidos

En Venezuela existe, además, una diversidad de partidos y movimientos antiguos y otros de reciente fundación, aunque algunos prácticamente han salido de la escena o están reducidas a una mínima expresión. Quizás por eso, tampoco presentaron candidatos:

 Acción Agropecuaria (AA)
 Alianza Bravo Pueblo (ABP), del ex AD y ex gobernador de Caracas Antonio Ledezma.
 Alianza por la Libertad, presidido por el empresario Andrés Sosa Pietri.
 Apertura y Participación Nacional (APN), fundado en 1997.
 Bandera Roja (BR), de pasado subversivo pero que hoy se alineó en la derecha.
 Causa Radical (Causa R), de origen progresista y también hoy opositor.
 Convergencia Nacional (CN), fundado en 1993.
 Coordinadora Democrática (CD), alianza instrumental de la oposición.
 Derecha Emergente de Venezuela (DEV), 1998.
 Integración y Renovación Nueva Esperanza (IRENE), 1998.
 Movimiento Demócrata Liberal
 Movimiento de Integridad Nacional
 Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), fundado en 1967, escisión progresista de AD.
 Movimiento Republicano
 Movimiento Solidaridad Independiente
 Nueva Alternativa (NA), una alianza de grupos nuevos y antiguos que se auto define como “izquierda democrática”, integrada por Constancia Gremial (CG), Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Movimiento Patria Socialista (MPS), fundado en 1983; Movimiento Revolucionario Popular (MRP) y Vanguardia Unitaria (VU), que data de 1974.
 Opinión Nacional (OPINA), de tendencia perezjimenista, 1961.
 Partido Comunista de Venezuela (PCV), que apoya a Chávez, fundado en 1931.
 Partido Revolucionario Venezolano (PRV), refundado en 1998.
 Partido Unión (PU), 2001
 Patria Para Todos (PPT), del canciller Alí Rodrígue Araque.
 Polo Patriótico (PP), 1998
 El Secretario Nacional del MEP Arbeni Urdaneta:
 Súmate, ONG que de hecho es un partido, financiado por la NED de EEUU.
 Tradición, Familia y Propiedad (TFP), de extrema derecha, fundado en 1960.
 Unión (U)
 Unión Republicana Democrática (URD)
 Visión Venezuela (VV)