Cerca de una publicidad para el último juego de vídeo en consola financiado por el Pentágono y cuyos diseñadores «no recurren a su imaginación», la última carta de información del ejército estadounidense anuncia que un representante republicano del Congreso por el Estado de New Hampshire, James Splaine, propuso disminuir el límite de edad legal de consumo de alcohol en ese Estado... únicamente para los llamados al servicio. Así, mientras que sus conciudadanos civiles deben esperar a tener los 21 años para consumir legalmente alcohol so pena de ser castigados con una multa de 500 dólares, los soldados entre 18 y 21 años sólo pagarán una modesta multa de 10 dólares, lo que significa concederles un privilegio para «recompensarlos por su coraje», explica el artículo.

Cuando se sabe que algunos jóvenes estadounidenses con frecuencia recorren cientos de kilómetros para consumir alcohol en los Estados donde su edad les da derecho a hacerlo, imaginamos el poder de atracción que semejante ley puede representar para los potenciales reclutas de los que tan dolorosamente necesita el ejército. Sin contar con que los soldados de regreso de Irak y Afganistán encontrarán en ello la forma de ahogar sus traumas de guerra sin molestar a nadie.