«¿La abolición de la tortura?», titula el Weekly Standard del 5 de diciembre de 2005, haciendo alusión a «la enmienda McCain aprobada por el Senado de los Estados Unidos con 90 votos a favor y nueve en contra. Se podría pensar que la revista de los neoconservadores estadounidenses se pregunta sobre el hecho de saber si esa enmienda será suficiente para poner fin a una práctica ahora generalizada por las fuerzas armadas y la CIA, pero el propósito de Weekly Standard es otro bien diferente.

Para el autor del tema, Charles Krauthammer, la tortura se justifica en dos casos: en primer lugar, cuando una acción terrorista inminente no puede contrarrestarse respetando los largos procedimientos judiciales, y es posible obtener rápidamente informaciones utilizando métodos duros; en segundo lugar, cuando la persona interrogada es un pez gordo y la tortura es proporcional al mal del cual es responsable. Y concluye que, en ambos casos, la tortura no es sólo la posibilidad que autoriza la moral, sino un deber moral para salvar vidas.

Charles Krauhammer es un médico psiquiatra convertido en editorialista de publicaciones neoconservadoras. También es miembro fundador del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano.