La prohibición total de la tortura, piedra angular de la estructura internacional de los derechos humanos, está hoy en peligro. Nadie niega a los gobiernos el derecho e incluso el deber de defender a sus conciudadanos. El terrorismo constituye, de hecho, una grave amenaza y ante un peligro inmediato, algunos derechos pueden ser limitados temporalmente. No obstante, el derecho a no ser torturado no forma parte de esos derechos susceptibles de suspenderse. Es un derecho inalienable.
Muchos países miembros de la ONU desconocen esta prohibición. Existe una tendencia insidiosa en la afirmación de que el mundo ha cambiado y que hay que reanalizar el tema de la prohibición. Hay dos fenómenos que ejercen un efecto corrosivo sobre la prohibición de la tortura. El primero es el traslado de prisioneros hacia países que practican la tortura a cambio de «garantías» diplomáticas de que no serán torturados. El segundo fenómeno es la creación de un número desconocido de centros de detención secretos. Estos tipos de detención facilitan el empleo de la tortura.
Yo exhorto a todos los gobiernos a:
 Condenar la tortura.
 Prohibir los traslados de prisioneros a países que practican la tortura.
 Juzgar a los responsables de la aplicación de la tortura.
 Prohibir la utilización de informaciones obtenidas bajo tortura.
 Ratificar el Tratado de prohibición y sus protocolos adicionales.

Fuente
International Herald Tribune (Francia)
El International Herald Tribune es una versión del New York Times adaptada para el público europeo. Trabaja directamente en asociación con Haaretz (Israel), Kathimerini (Grecia), Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania), JoongAng Daily (Corea del Sur), Asahi Shimbun (Japón), The Daily Star (Líbano) y El País (España). Además, a través de su casa matriz, lo hace de manera indirecta con Le Monde (Francia).

«No exceptions to the ban on torture», por Louise Arbour, International Herald Tribune, 5 de diciembre de 2005.