Gracias a infiltrados dentro de los grupos de extrema derecha, el gobierno detectó que continúan los encuentros entre conspiradores civiles, militares y "hasta gente de la Iglesia" y funcionarios del Gobierno estadounidense, expresó Chávez.

Mediante una llamada telefónica anoche al programa "Contragolpe", de Venezolana de Televisión, el gobernante precisó que en esas conversaciones participa también el ex líder empresarial y presidente de facto durante el golpe de Estado de 2002, Pedro Carmona.
El presidente venezolano reveló que las evidencias de la conspiración previa a las elecciones del pasado 4 de diciembre, lo llevaron a llamar a algunos cuarteles, a desplegar la Fuerza Aérea y a disponer de helicópteros artillados durante esos días.

"No me van a agarrar como el 11 de abril de 2002", aseguró Chávez, en alusión al golpe de Estado que lo apartó del poder durante tres días.

Precisó que las denuncias presentadas por parlamentarios la semana pasada sobre un plan terrorista, en el que los complotados estimaron morirían 15 mil personas, constituyen la punta del "iceberg" de un movimiento internacional para provocar la violencia.

Según su denuncia, algunos militares golpistas que participaron en los sucesos de 2002 llamaron a varios batallones en el estado de Guárico como parte de los planes desestabilizadores, que incluyen la posibilidad de un magnicidio.

Chávez denunció también la que calificó de grosera maniobra de observadores electorales internacionales que convocaron a renovar a las autoridades electorales luego de los comicios.

El jefe de Estado venezolano consideró asimismo que la baja participación en las elecciones (25 por ciento) obedeció a fallas en los comandos de campaña, la falta de un debate profundo y el triunfalismo.
Criticó en particular que en algunas regiones las acciones se centraron en una operación electoralista con bailes y fiestas, sin un discurso político, sin ideología y sin propuestas coherentes.

Al respecto convocó a sus seguidores a realizar un análisis objetivo de esa situación y no enmascararlo con índices históricos ni comparaciones con los comicios parlamentarios de otros países.

Al mismo tiempo ratificó el propósito de ganar las elecciones presidenciales de 2006 con casi 10 millones de votos: "Estoy seguro de que lograremos ese objetivo con un trabajo duro hecho con el alma", expresó Chávez.

Prensa Latina