No fue fácil llegar a este punto. Las arremetidas violentas de la policía no fueron pocas ni de pequeño tamaño: los heridos se cuentan por cientos y uno de sus hijos fue asesinado.

El Acuerdo firmado el 29 de noviembre precisa entre sus puntos principales:

  1. Constituir una mesa de trabajo entre indígenas, AICO y el Gobierno que permita identificar paquetes y recursos para viabilizarlos en proyectos, y definir la estructura de la concertación.
  2. Se acogen como puntos de la agenda para la mesa:
     Tierras y territorios;
     Mecanismos y modelo de negociación,
     Judicializaciones y derechos humanos
     Actualización de los acuerdos identificando temas como educación, salud, producción, transformación, minas, planes de vida y medio ambiente.
  3. El gobierno se compromete a buscar los mecanismos para complementar recursos e identificar las fincas incautadas por estupefacientes, acordando que las discusiones giren en torno a propuestas que permitan revisar el problema estructural de tierras.
  4. Trabajar de manera conjunta el tema indígena fue criterio central, es decir CRIC, AICO, Gobierno, así en el proceso se realicen relaciones independientes.
  5. La mesa quedó instalada desde el día 29 de noviembre del 2005 a las 3 de la tarde
  6. Se nombrarán comisiones temáticas, y el día sábado 3 de diciembre en la gobernación del Cauca, a las 3 de la tarde, un equipo compuesto por delegados de CRIC, AICO y el secretario de la gobernación del Cauca, concertarán temáticas y metodologías.
  7. El lunes 5 de diciembre, a las 9 de la mañana en el Salón de los Espejos de la Gobernación del Cauca, se reúne oficialmente la Mesa de concertación, para lo cual la autoridades tradicionales indígenas nombraron los delegados y se aceptó convocar a PNUD, Defensoría Nacional del Pueblo, Procurador Agrario Nacional y Comisión Interamericana de Derechos Humanos como facilitadores del proceso.
  8. Se estima como tema prioritario la búsqueda de recursos para la compra de los terrenos en litigio, para el decreto 982 CRIC y para la compra de los terrenos que priorice AICO,
  9. Por ser Nasa Kiwe la institución que cuenta con procedimientos que pueden hacer eficiente el proceso, el Gobierno ajustará su situación jurídica para agilizar sus actuaciones. Aclarando que se hará una consulta a PNUD en la perspectiva de pedir su colaboración en este sentido.
  10. Se acoge la idea de dar a los acuerdos un tratamiento integral y la propuesta del Gobierno de tratar los temas de forma estructural
  11. Se comparte la decisión de la comunidad de permanecer en los límites del Japio, recordando que existe el compromiso gubernamental de entregar una definición específica sobre este proceso para el 15 de diciembre del 2005
  12. Ante la necesidad de aclarar la constitucionalidad de los acuerdos municipales que impiden la venta de terrenos a indígenas se propuso al gobierno enviar una directiva nacional a los alcaldes y concejos mostrando la inconstitucionalidad de la decisión o proceder a demandar este acto administrativo ante la Corte Constitucional.

Un mundo dos visiones

El Acuerdo firmado es un avance, pero aún falta mucho por lograr. En verdad, entre la visión que alimenta al Gobierno y la que gobierna la vida de los indígenas, hay una distancia colosal.

Por eso, el Acuerdo debe servir para que los Nasa difundan su visión sobre tierra, territorio, vida, alimento y otros aspectos centrales de la vida, entre todos los colombianos. Pero además, para dejar claro que este gobierno protege y estimula el latifundio.

Como nos explicó Manuel Rosental (Consejero en comunicaciones de los Nasa, actualmente exiliado), además del derecho ancestral pre-colonial que asiste a las comunidades indígenas en esta lucha, hay algo más profundo y trascendental en disputa. Una diferencia que explica y justifica el levantamiento indígena en el continente entero frente al neoliberalismo, desde Chiapas hasta la Patagonia:

Para los indígenas territorio es madre tierra, todas sus criaturas y la relación, el equilibrio y armonía que constituyen la vida, su preservación y promoción. La vida no es un medio para acumular sino un fin, el único fin posible. Se tiene, se genera riqueza, se trabaja, para ser. Mientras que para el Capital, se es, para acumular: la vida es un medio, un bien dado, expandible, explotable, para acumular. Todo se transforma en mercancía para que algunos acumulen.

La Libertad de la Madre Tierra no propone solamente una redistribución ni una reivindicación de derechos dentro del capital Ni siquiera le basta con sumarse a la justa y necesaria y real lucha de clases para que los medios de producción y la riqueza se redistribuyan a través de un cambio de relaciones sociales. Es mucho más, más que la lucha de clases es una clase de luchas. Las luchas por poner en libertad la Vida.

Por eso, no importa cuantos cupos escolares, cuantas hectáreas, cuántos carnés del SISBEN ofrezca el Gobierno en las negociaciones en curso, cuántos empleos de maquila, cuántas soluciones de vivienda, cuántos cuartos en el hotel Tequendama, no importa cuánto pague y regale el Gobierno, lo que los indígenas exigen no tiene precio, no cabe en la fórmula de oferta y demanda. No son para tener, Tienen para Ser y no los pueden comprar.

Esta pelea se resuelve cuando la defensa de la Vida y la Vida misma estén por encima de todo lo demás. Cada lugar y cada ritmo de cada ser y de cada cosa y todo en movimiento: LIBERTAD PARA LA MADRE TIERRA. No es un problema de indios: las masas de pájaros, árboles, minerales, aguas, mares, insectos... están unidas.