Ayer hicieron catorce años de la desaparición de la URSS. Mikhail Gorbatchev dimitía de la presidencia y Boris Yeltsin se convertía en el primer presidente de la Rusia independiente. Era el fin de lo que Ronald Reagan había llamado «el Imperio del Mal», dando lugar a Rusia y a 14 Estados independientes.
¿Quién hubiera podido imaginar que el Imperio del Mal desaparecería sin guerra, que el comunismo se derrumbaría sin revolución? ¿Quién hubiera podido pensar que el fin del mundo bipolar se produciría tan tranquilamente y que una dictadura totalitaria se transformaría en una sociedad en transición «normal» como Brasil, Venezuela, Indonesia o Nigeria? ¿Quién hubiera podido pensar tras las declaraciones de Dick Cheney, entonces secretario de Defensa, en 1991, que ningún arma nuclear de la antigua URSS caería en malas manos? ¿Quién pensaba que el gobierno ruso sería rico y que Rusia tendría un crecimiento económico promedio del 7% anual tras la crisis financiera de 1998? ¿Quién habría pensado que el presidente ruso presidiría el G8 a partir de 2006?
Rusia sigue siendo un caleidoscopio de contradicciones y los estadounidenses continúan viéndola como un vaso medio vacío más que como un vaso medio lleno. Los ataques de Vladimir Poutine contra las ONG no son tranquilizadores, pero comparados con nuestros mayores temores, ¿quién hubiera podido imaginar que Rusia sería lo que es hoy?

Fuente
The Boston Globe (Estados Unidos)

«14 years after evil empire, a stable Russia, por Graham Allison, Boston Globe, 26 de diciembre de 2005.