Once periodistas han sido asesinados en
seis países de América Latina en los siete
meses transcurridos de 2005, en tanto que
un millar de crímenes contra informadores
permanecen en la impunidad en todo el
planeta según denuncias de organismos
responsables.
Hasta finales de abril ultimo fueron muertos
ocho profesionales en Brasil, Colombia,
Ecuador, Haití y México, señaló un recuento
de la CIAP, adscripta a la Federación Latinoamericana
de Periodistas (FELAP).

En ese cuatrimestre, México, con dos caídos y un desaparecido, aportó la mayor cuota de víctimas.

Impunidad Fatal

Un estudio de UNESCO apuntó en 2003
que el 95% de los crímenes en contra de periodistas
permanecía en la impunidad, mientras
que el 12 de mayo de 2005 la Asociación
Mundial de Periódicos (AMP) denunció que
más de 500 asesinatos de comunicadores cometidos
en la última década no han recibido
sanción y los autores permanecen en libertad.
La AMP propicia una campaña que ha llamado
“Los asesinos andan sueltos”.
La AMP se refiere a la década 1995-2005, y se alude solamente a Europa, Asia
y Africa, sin mención a Latinoamérica y el
Caribe. Estadísticas de CIAP-FELAP indican
que desde 1970 a la fecha han sido eliminados
en esta última región más de 700
trabajadores de la prensa lo cual permite
asegurar que al menos son mil los casos de
impunidad en el planeta.

Casos

Al margen de las matanzas de periodistas
durante las dictaduras militares latinoamericanas
desde los años sesenta hasta los ochenta
que en todos los casos se caracterizan por la
impunidad, hay otras situaciones recientes y
emblemáticas.

Jean-Leopold Dominique, conocido periodista
haitiano, fue muerto de siete tiros el 3
de abril de 2002. Claudy Gassant, el primer
juez designado para el caso, se fue a Estados
Unidos bajo el argumento de que no tenía
protección adecuada... El segundo juez, Bernard
Saint-Vil procesó y encarceló en 2003 a
seis personas acusadas del crimen, pero luego
la Corte de Apelaciones ordenó una tercera
investigación y liberó a tres de los imputados.
Los otros tres escaparon de la Penitenciaría
de Port-au-Prince. Ahora, el juez Jean Perez
realiza la cuarta investigación...

En octubre de 2004, Luis C. Molina Yepes,
uno de los asesinos del periodista colombiano
Guillermo Cano, quedó en libertad después
de permanecer sólo seis años encarcelado -de
una condena a 16 a que fue sentenciado en
1995-, pero que empezó a cumplir dos años
después cuando fue aprehendido. Cano, director
del diario “El Espectador” y enconado
enemigo del narcotráfico, fue muerto de ocho
disparos el 17 de diciembre de 1986. El crimen
se atribuyó a órdenes de Pablo Escobar,
entonces jefe del Cártel de Medellín.

En Argentina ya abandonó la cárcel toda la
banda que asesinó con sevicia al reportero
gráfico José Luis Cabezas el 25 de enero de
1997; en Chile hay un proceso, mas nadie ha
sido castigado por el asesinato del reportero
José Carrasco ocurrido el 8 de septiembre de
1986. En la República Dominicana, aún no
hay una sentencia clara por el asesinato de
Orlando Martínez perpetrado por militares de
Balaguer el 17 de marzo de 1975. En México,
penan en los tribunales las muertes sin sanción
de numerosos periodistas y permanecen
las dudas acerca de los culpables del asesinato
de Manuel Buendía ocurrido en 1984.

En fin, la trágica nómina es tan extensa como extremada
es la impunidad.