Las Madres siempre sentimos una gran necesidad de comunicarnos. Imagínense ustedes 1976, 77, 78, donde no había espacio posible. Donde para que te sacaran un Hábeas Corpus tenías que rogarle y pedirle a los diarios más fascistas. No teníamos como comunicarnos con la gente, como decirle que pasaba y que hacíamos.

Y un buen día en La Plata decidimos, un grupo de madres y de padres, hacer un pequeño boletín. Yo lo había planteado en la comisión, pero como todavía estaban algunas de las personas que después se fueron, pensaban que no había necesidad. Y nosotros nos retobamos y lo hicimos igual en La Plata.

De a pedacitos, sin saber, pegando. Dan vergüenza, porque si uno los lee ahora dice "mirá qué porquería hicimos". Sin embargo, cuánto sirvió... Y aquí hay un compañero - se llama Luis y hoy trabaja con las Madres, pero trabajó desde siempre - que vivía en Suecia y que nosotros le mandamos el primer boletín y reprodujo como 300 de estos boletines y los repartió por toda Europa. Y fue una manera que mucha gente nos empezara a conocer un poco más. Y después ya los Grupos de Solidaridad lo fueron difundiendo.

Después ya se hizo en la Capital (Federal) e hicimos una cantidad de números. Se dejó de hacer, se volvió a hacer. Algunos dicen "Che ¿cómo hay dos números 17?". Y bueno, las Madres somos eso: dos números 17, dos números 19, no nos acordábamos, no llevábamos tanta cuenta de cada boletín que editábamos.

Esa fue la primer parte del sentimiento profundo de comunicación de las Madres: comunicar qué hacíamos, hasta los cumpleaños. Claro, luego salió el periódico. Y aquí tenemos que acordarnos de aquel gran hombre que fue Tito Paoletti, que fue el alma del principio del periódico, que nos enseñó a las Madres y a muchos un montón de cosas. Ese hombre que no resistió, su corazón no resistió lo que pasaba y le estalló un día en mil pedazos, casi sin terminar un libro que estaba haciendo. Así que desde aquí, hoy, el amor más grande para Tito que seguro nos sigue acompañando en esta lucha (aplausos).

Y después, como decía Herman Schiller, todas esas dificultades que pasamos. Sin saber, los tironeos, unos que querían una cosa, otros otra... Pero fue muy lindo, porque de las discusiones salían estos periódicos que han hecho historia. Mucha gente tiene las colecciones completas y muchas bibliotecas también.

Después, por una moción política, por alguien que quería colgarse del periódico y darle otro carácter, las Madres cerramos el periódico. Estuvimos un tiempo sin periódico y después sacamos una revista. Y cerramos la revista y sacamos otra vez un pequeño periódico mensual, chiquito, de circulación interna más que nada.

Y ahora sentimos la gran necesidad, a partir de la prensa, o lo que dice la prensa que no es periodismo. Yo recién le comentaba a un compañero de Radio Ciudad que no se le puede llamar periodistas a los obcecados de las multinacionales, a los postrados, a los forros, a los que cobran por una noticia. Esos no son periodistas: son sirvientes del sistema capitalista (aplausos).

El periodismo es otra cosa. Tenemos que seguir llamándole periodistas a los hombres que dieron su vida como Rodolfo Walsh, a los hombres que dieron su vida y su esencia y que la siguen dando. Por eso hay más de 150 periodistas desaparecidos, porque no se resignaron a ser sirvientes e hicieron lo que creían que tenían que decir y hacer.

Y yo veo muchos pibes que estudian periodismo y que a mí me dan mucha lástima, porque cuando vienen a hacerme un reportaje todos preguntan lo mismo: "Señora, hágame una evaluación de los 26 años de la Plaza". Imagináte vos, en tres minutos que el pibe tiene para hacer un informe, una evaluación de 26 años. Es que no en todos los lugares se forma bien a los pibes que estudian periodismo. Así que yo les digo que estén en la calle, practiquen, que la práctica es lo más hermoso.

En esta Universidad Popular de las Madres tenemos una experiencia muy pequeña de periodismo de investigación, pero estamos orgullosas porque ya de esta Universidad se han hecho varias películas, pero una última ha tenido mucha repercusión -"Uso mis manos, uso mis ideas"- que tiene que ver con la educación popular y con la alfabetización.

Así que las Madres, que conocemos de comunicación, estamos muy orgullosas de todos los Compañeros que hicieron el periódico en la misma hora y que están hoy aquí como si no hubiera pasado ni un solo paso de tiempo. Con la misma sonrisa, con las mismas ganas, con la misma fuerza, con la misma voluntad y sintiéndose cada vez más compañeros de esos Compañeros que dieron su vida porque amaban un país diferente.

Así que yo estoy sumamente orgullosa de que esté Herman (Shiller), que esté Raquel (Angel), que esté Carlitos (Rodríguez), que esté Carmen (D Elía), que esté Alberto (Guillis). ¡Me parece que es hermoso! Y que ellos le hayan pasado la posta a esos otros jóvenes que van a hacer el diario hoy.

Estos son muchísimo más jóvenes y van a tomar esta patriada con ayuda, con el apoyo de ellos, con los alumnos de la Universidad, con ayuda de Carlos Aznárez, de Carlitos Rodríguez. Creo que todos los que están acá los van a ayudar. Pero yo creo que hay que dejarlos también un poco si se equivocan, que se equivoquen solos. Porque eso es lo lindo: que aprendan en el camino. Que aprendan que ser periodista y editar un periódico no es una cosa fácil.

Todo el mundo dice que la prensa es el cuarto poder. Yo no sé si es el cuarto o el primero. En este momento y para las guerras, casi hizo mucho más daño que las bombas que tiró Bush.

Por eso nosotros tenemos que tener nuestro propio periódico, nuestra propia radio, nuestro propio canal de televisión, que es la manera de comunicarnos con la gente.

Los Pueblos también podemos. ¡Y tenemos que hacerlo!

Gracias.