El año pasado dije que Israel entraba en el período más peligroso de su existencia como nación. Ese peligro se ha incrementado aún más este año con la pérdida de Ariel Sharon. Individualmente Sharon es una persona muy agradable. Estoy triste por verlo en ese estado, pero pienso también que debemos acudir a la Biblia, al Libro de Joel. El profeta Joel dice claramente que Dios golpea con su cólera a aquellos que –cito– «repartieron mi tierra». Dios considera que esta tierra es de él. Lea la Biblia, él lo dice, «Esta es mi tierra». Y a cualquier primer ministro de Israel que decidiera despedazarla y ceder sus pedazos, Dios dice «No. Esto es mío».
Ya ocurrió eso mismo –tuve un maravilloso encuentro con Yitzhak Rabin en 1974. Fue asesinado de manera trágica, y lo que se produjo fue terrible, pero, no obstante, está muerto. Y ahora, Ariel Sharon, y lo digo de nuevo, que era alguien amable, una persona de un trato encantador. Personalmente, oré con él, pero helo ahí, en el umbral de la muerte. Estaba despedazando la tierra de Dios, y, digo, pobre de cualquier primer ministro de Israel que trate de hacer lo mismo para tranquilizar a la Unión Europea, a las Naciones Unidas o a los Estados Unidos de América. Dios dijo, «Esta tierra me pertenece, no te aconsejo que la toques».

Fuente
Christian Broadcasting Corporation (Estados Unidos)

«Robertson blamed Sharon stroke on policy of "dividing God’s land"», por Pat Robertson, Christian Broadcasting Corporation - The 700 Club, 5 de enero de 2006.