Tal como se ve en las fotos, Michelle Bachelet aparenta lo que realmente es: una pediatra de sonrisa segura y franca, a la que cualquier madre confiaría la salud de sus hijos y a quien hoy se le ha confiado Chile.
El día del golpe de Estado contra Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, el padre de Michelle Bachelet, el general del Ejército del Aire, Alberto Bachelet, fue capturado por sus propios compañeros de armas y murió en la cárcel a consecuencia de las torturas sufridas. Michelle Bachelet y su madre fueron también arrestadas y torturadas antes de que se les permitiera salir al exilio.
Cuando ocupó el cargo de ministra de Defensa y sostuvo su primera reunión con los jefes del Estado Mayor, ella les dijo: «Soy socialista, agnóstica, separada y mujer… pero trabajaremos juntos». Michelle Bachelet no les ha recordado quién fue su padre y deja en manos de los tribunales la tarea de ocuparse del pasado. En cambio, sí les ha recordado que es una mujer la que ocupa ese cargo, y una mujer separada, lo que ofende al machismo chileno. Asimismo, les ha recordado que es socialista y agnóstica. Pero se entendieron bien y la Ministra pudo hacer que las investigaciones sobre los asesinatos cometidos por el ejército fueran llevadas adelante mediante el acceso a los archivos de las fuerzas armadas.

Fuente
El Tiempo (Colombia)

«En manos de una mujer», por Sergio Ramírez, El Tiempo, 17 de enero de 2005.