Ha sentenciado con bronca y sabia voz, la no tan flamante y sí muy muda Defensora del Pueblo, Beatriz Merino, que los candidatos presidenciales tienen que proponer ideas y proyectos magnos y elevar el nivel del debate y una que otra cosa más. ¿Puede alguien limitar la capacidad de expresión de la funcionaria? ¡Absolutamente nadie! Pero sería mucho más interesante y pertinente que la Merino se ocupara de los gravísimos problemas que su institución, y ella en particular, parecen no tomar en cuenta porque debe tener otras ocupaciones burocráticas más importantes. ¿Se acordará Merino que la eligieron para la Defensoría del Pueblo y no para emitir opiniones resobadas y profundamente comunes?

Hace una semana que hice de conocimiento que el criminal derrame de mercurio en Choropampa, Cajamarca, producido por la empresa Ransa (de San Dionisio Romero Seminario, el banquero de los banqueros) y que transportaba en junio del 2000, mercurio de Minera Yanacocha, continúa produciendo estragos entre la población de ese valiente poblado nor-andino. ¡Ni de oficio, o por casualidad siquiera, la DP Merino se ha tomado la molestia de interesarse en el asunto! ¡Hay que ensuciarse los zapatos no sólo en las mullidas alfombras de los bancos sino también en el barro espeso del interior del país!

En noviembre del 2005, se verificó, la cuarta e inexplicable falla del gasoducto que viene de Camisea. El caradura contador público argentino, que funge de experto en energéticos y petróleos, Norberto Benito, gerente general de Pluspetrol (que con Techint y TGP tienen que rendir cuentas exhaustivas de qué adefesio han construido), dijo que el problema era debido a la periodicidad de sismos en la zona. Frente al hecho, ningún partido, ninguna agrupación u ONG de esas que dicen velar por los derechos humanos, ha expresado o solicitado investigación y escrutinio exigentes. ¡Por supuesto, la DP Merino tampoco está en la lista –y debiera ser la lideresa- de reclamantes porque ella –se supone- está en el puesto como defensora del pueblo!

¿Es más importante conseguir fondos para sufragar los abultados sueldos de burócratas que aún permanencen en la Defensoría, que los interereses legítimos y santos del pueblo agredido por empresas mineras abusivas y corruptas como Minera Yanacocha en Cajamarca o Pluspetrol, Techint y TGP en Cusco y Ayacucho?

¿Qué clase de pacto fue el establecido cuando las capillas electorales del Congreso dieron su “consenso” –majadería que encubre el conchabo- para elegir a la señorita Beatriz Merino a la DP? ¿Perdón y aquí no pasó nada? Que se sepa, los cómplices de la mediocrísima gestión de Walter Albán, el caviar oscuro que estuvo durante largos años a cargo de la Defensoría, siguen donde estaban. ¿Quiénes más han entrado? Se entiende que los nuevos encargados de la DP necesitan sindicar y trabajar con personal de su absoluta confianza. Lo que NO se entiende es que eso configure un silencio cómplice e inextricable con respecto a los fundamentales motivos que dan sustento a una Defensoría y que es ¡simplemente! defender al pueblo de agresiones criminales como en Cajamarca, Ayacucho y Cusco.

Hasta hoy no se sabe qué quiso decir la DP Merino cuando asumió el cargo y habló de fondos y recursos, conversaciones y trabazones con organismos internacionales para temas de agua y saneamiento. De repente nos tiene una sorpresa y ya están en camino contratos y tratativas con entidades foráneas que ella, Beatriz Merino, conoce muy bien como que era una excelentemente rentada funcionaria del Banco Mundial. Hay que recordarle, por si se olvida –y habemos algunos que no lo haremos jamás- que ella fue elegida para defender los intereses del pueblo peruano. En modo alguno o plataforma posible es ella, mediadora, embajadora, gestora o portaestandarte de organizaciones internacionales acostumbradas a expoliar las economías latinoamericanas.

¿Por causa de qué la DP Merino no aplica todo el inmenso bagaje de sus conocimientos aprendidos en varias universidades y ratificados en algunos diplomas, al cargo estupendo que hoy tiene? ¿No entiende que la DP siendo pequeña es grande per se y que debería ser el gran tribunal para sentar a los cacos de cuello y corbata del Estado y sus cómplices acostumbrados a hacer pagar al pueblo, sus trampas y cohechos? ¡Ya es hora que se sacuda de modorras y silencios! ¡De una buena vez!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!