Una técnica clásica para esquivar un debate molesto es escoger los oponentes entre los amigos.

Por ejemplo, ¿acaso el cuestionamiento francés a la política de los neoconservadores estadounidenses estaría encarnado en la persona del pintoresco «filósofo» Bernard-Henri Lévy? Evidentemente no, ya que éste es uno de los ardientes promotores de la doctrina del «choque de civilizaciones» la cual trata de justificar con la escenificación del fascislamismo en sus romanceadas investigaciones.

Sin embargo, en su edición del 25 de enero de 2006, Le Monde presentaba el meeting político conducido por William Kristol y Bernard-Henri Lévy en la School of Advanced International Studies (SAIS) de la universidad John-Hopkins de Washington como una confrontación emblemática.

Valientemente titulado «France-États-Unis, le match Lévy-Kristol» [Francia-Estados Unidos, el partido Lévy-Kristol], el artículo se basa en la actitud ambigua del pensador francés en cuanto a la invasión a Irak que se limitaba, ya fuera a cuestionar los aspectos tácticos de la operación, ya a afirmar que más bien debería haberse bombardeado otro país.

Le Monde trata de hacer aceptar a sus lectores los postulados de los neoconservadores poniendo en el lugar de una discusión de fondo un debate de tendencias.