Los análisis realizados acerca de los problemas que enfrentan las poblaciones en las cuatro regiones del país, así como de sus potencialidades y acciones positivas, han ido en la línea de aportar a la integración de los pueblos, a su crecimiento.

El factor común en los pueblos del Ecuador es el abandono por parte del Gobierno central, que ha impulsado políticas inequitativas para los distintos sectores sociales. En la agricultura y ganadería, por ejemplo, ha provocado una brecha abismal entre productores grandes y medianos por un lado, y campesinos pequeños y asalariados por otro, pues mientras los primeros por su posición alcanzan préstamos del Banco de Fomento para satisfacer sus necesidades, éstos llegan a cubrir menos del 8% de la población productora. La mayoría de campesinos pobres, por su condición precaria, es obligada a dejar sus tierras para migrar a las ciudades o al exterior en busca de mejores condiciones de vida, cosa que no siempre consiguen, y más bien enfrentan dramas dolorosos cuando caen en manos de las autoridades nacionales y extranjeras.

Una de las muestras de esta falta de apoyo gubernamental a los campesinos pobres del país es que pese al decreto de Estado de Emergencia agrícola, a causa de las heladas y la sequía, por cuestiones burocráticas y quién sabe inmoralidades, a un mes de la emergencia nada se ha hecho y cerca de 100 millones de dólares se han perdido.

Pero esas políticas antipopulares aplicadas por los gobiernos no afectan solo a los agrícolas y ganaderos, que significan el 5,3% de la población total, esas medidas han empobrecido aún más a la sociedad media y pobre del país, obligándola a trasladarse hasta Quito para reclamar apoyo.

Varias acciones de rechazo a los gobernantes y sus políticas han protagonizado en todas las provincias sectores organizados, que reclaman servicios básicos, vías de acceso, y respeto al derecho a la educación, a la salud y a una vida digna que todo ecuatoriano tiene.

Se ha luchado por la salida de empresas transnacionales como la OXY, OCP, YPF, de regiones y territorios en los que se desarrolla una de las mayores megadiversidades del planeta.

Se han producido luchas contra madereras como Botrosa, que está acabando no solo con los bosques protegidos sino con las vidas que se oponen a sus intereses, como ocurre en Esmeraldas y en el parque Yasuní, donde acabaron con la vida de los Taromenane.

En sus grandes proyectos de “desarrollo” a costa de la vida de pueblos enteros, la empresa CEDEGE, por ejemplo, está interesada en el mayor proyecto hidroeléctrico del país, con la construcción de la represa BABA, que en la práctica acabaría con las mejores tierras agrícolas del país, a más de incrementar la pobreza en el sector.

El país entero, de distintas formas, ha rechazado al Plan Colombia y sus perjuicios en los pueblos fronterizos. El tema de las fumigaciones y de los desplazados por el conflicto armado han generado graves problemas de salud y empobrecimiento mayor de estas zonas que, paradójicamente, albergan la mayor riqueza hidrocarburífera del país

En la lucha contra la OCP, la OXY y demás compañías hidrocarburíferas, Acción Ecológica ha sido una de las organizaciones más consecuentes. Así mismo se han movilizado otros sectores, como trabajadores estatales y privados, estudiantes, inclusive gobiernos locales que, desde sus trincheras, defendieron la naturaleza y rechazaron las acciones autoritarias del gobierno reaccionario de Gustavo Noboa, que arremetió brutalmente contra ambientalistas extranjeros y líderes populares.

En este camino se debe resaltar la unidad y fortaleza de los pueblos de Sucumbíos y Orellana, que organizados lucharon para conseguir el agua potable, el alcantarillado, la energía eléctrica, vías de acceso, obras que muchas veces se quedaron solo en ofrecimientos. Junto con sus líderes populares han realizado aproximadamente un paro por año desde 1996, para exigir el cumplimiento de los compromisos, a costa, muchas veces, de vidas valiosas que lucharon para mejorar la vida de los suyos.

Los médicos, por su parte, y los miles de trabajadores de la salud en todo el territorio patrio han realizado marchas pacíficas y paros reclamando se cumpla con la Constitución, esto es un sueldo justo e incremento de presupuesto para la salud del pueblo, pero la sordera de los presidentes es cada vez más crónica y ha costado la vida de inocentes.

El pueblo negro ha sido referente en la lucha por la dignidad, con sus movilizaciones, sus manifestaciones exigiendo derechos democráticos y políticos, así como reconocimiento de su identidad como pueblo.

Una lección de hidalguía y organización dieron los esmeraldeños en el 2005. Su “Marcha por la Dignidad de Esmerladas” estremeció la conciencia de los ecuatorianos al demostrar que no hay distancia que separe a un pueblo de su victoria, que no sea salvable.

Entre las comunidades y pueblos que merecen también un reconocimiento y han recibido la solidaridad no solo de ecuatorianos sino de otros países, está el de Yasuní, que se resiste a que la petrolera Petrobras y las madereras acaben con el parque milenario, que posee especies únicas en el mundo en flora y fauna, por lo que ha sido considerado como el pulmón del mundo. Y el pueblo Sarayacu, que ha mostrado en el Ecuador y, a través de sus representantes, en Estados Unidos y otros lados, la resistencia del pueblo, la fortaleza, la rebeldía y la decisión de seguir viviendo sanos, en su selva virgen, libre de contaminación y petróleo.

Es por toda esta lucha que organizaciones internacionales como Oilwatch han reunido a varios países, afectados y no por trabajos hidrocarburíferos, con el propósito de unir y crear una red de resistencia latinoamericana, a la que nos unimos y respaldamos porque los pueblos tienen el derecho de decidir su destino y trabajar por su desarrollo sin poner en riesgo su vida.

El renacimiento, hace 5 años, de la prensa escrita alternativa en el Ecuador fue un proyecto que tomó forma y cuerpo con el apoyo del pueblo, que le ha dado su respaldo en las 22 provincias ecuatorianas. Con sus organizaciones sociales han contribuido para que trabajadores, estudiantes, indígenas, campesinos, cholos, montubios, negros y mestizos opinen, y puedan discernir mejor las reales causas de la crisis general que agobia al país y lo que produce seguir estando atados a los designios del imperialismo.