Compañeros, Madres queridas, compañeras, amigos, todos los que vinieron de otros países a acompañarnos, todos los que vinieron de otras ciudades a acompañarnos, a sentir como propia a esta Plaza, a esta Plaza que habitan nuestros hijos.

Hemos tomado una decisión en el mes de septiembre, que nadie escuchó, pero que las Madres la pusimos en la Internet: no vamos a hacer más la Marcha de la Resistencia porque el enemigo no está más en la Casa de Gobierno. El enemigo habita en las multinacionales, el enemigo es el imperialismo, el enemigo es Menem, son los que traicionaron, los mafiosos como Duhalde, los enemigos están en otro lugar.

Las Madres cuando tomamos esta decisión en septiembre, sabíamos que iba a haber polémica. Pero la misma polémica que se instaló en 1981 cuando nos decían que no usáramos la palabra “resistencia” porque era peligrosa con la dictadura. Y alguien se atrevió a decir “vamos a llevar una persona inteligente a las Madres para que les expliquen qué quiere decir resistir”. Y nosotras le dijimos “resistir tiene una sola acepción, que es resistir frente al enemigo estoicamente, sin bajar la cabeza”.

Ustedes saben compañeros, que los jueves van a seguir porque faltan muchas cosas conseguir. Las Madres pensamos que es un momento de construir, no todo está mal ni todo está perfecto. Pero es un momento histórico, único en nuestro país y con este Presidente y en Latinoamérica. No lo podemos desperdiciar. Es único este momento. Debemos construir una patria más libre y más justa.

Como decía el compañero, tenemos que recuperar nuestras empresas. Es mentira que daban pérdida. Mi marido era obrero de YPF, y los obreros, además del aguinaldo, las vacaciones y un buen sueldo, teníamos dos veces por año la participación en la ganancia. Quién dijo que las empresas del Estado dan pérdida: los atorrantes que las vendieron y las regalaron. Las empresas en manos del Estado no dan pérdidas, es mentira, desde aquí se lo podemos comprobar.

Las Madres pedimos y exigimos distribución de la riqueza, ya. Ahora ya no está más el Fondo para que nos diga qué hay que hacer. Si no está el Fondo, entonces pongamos el dinero donde hay que ponerlo, que es en el hambre de los niños, porque el hambre es un crimen que no debemos permitir.

Sabemos que se están haciendo muchas cosas, muchas cosas que no salen en los diarios a veces. Ni hablemos en el tema de derechos humanos. Esto de cambiar los planes de estudio de los militares. Años lo pedimos las Madres y recién con este gobierno lo estamos consiguiendo, para ver si les cambiamos la cabeza podrida. Planes nuevos de estudio, donde los militares que ingresen, que van a ser los únicos a los que se les pueda cambiar la cabeza, esos que ingresen piensen que no pueden ser tropa de ocupación del propio pueblo; están para defender a la patria.

Las Madres sentimos un orgullo inmenso cuando vemos este Presidente, que es un amigo y que nos trata como tal. Yo el otro día, cuando estuve mucho con él, les contaba a las Madres que faltaba un pucherito en el medio para comerlo juntos, porque me sentía en mi casa. Cuando el Presidente firma convenios con Venezuela, como éste de Astilleros, donde va a haber 2500 compañeros con trabajo. Nos parece una maravilla que no podemos desperdiciar y no podemos criticar, tenemos que apoyar, porque es la única manera que tiene el país de crecer. No podemos ser necios. Es cierto que las empresas son de los trabajadores, es verdad que hay que expropiarlas. Pero todo lleva pasos.

Las Madres hace 28 años, casi 29, que estamos en esta Plaza, no esperando pacíficamente, esperando con bronca. No sabíamos que íbamos a poder ver esto que estamos viendo. No lo soñábamos. Ellos (mirando la Pirámide de Mayo cubierta con las fotos de los 30000 desaparecidos) no lo vieron. Nos dejaron a nosotros la posta. En otro tiempo y de otra manera nos fuimos haciendo revolucionarias. Estamos construyendo un mundo mejor. De a poco, algo hemos hecho para dejarles a los hijos que tenemos, a los que nos están naciendo y a nuestros nietos. Un mundo mejor, un país mejor. Y este momento, que es único, compañeros, no los desperdiciemos, no lo dejemos pasar. Tomémoslo en nuestras manos y vamos, exijamos, no nos callemos. Seamos una oposición constructiva, si ustedes quieren. Muchos critican a las Madres por esto de no hacer más Marchas de la Resistencia. Casi todos los que no se pelaron los pies caminando 24 horas por la Plaza.

Compañeros, ambicionamos, porque somos ambiciosas. Desde este lugar, desde esta Plaza que nos contiene y que habitan nuestros hijos, y que la sostienen y la entienden ustedes, los convoco a que no dejemos pasar el momento. Hablamos mucho de unidad latinoamericana, en este país donde los partidos de izquierda sacan menos votos que Moria Casán. Por eso, desde aquí convoco a que nos unamos de verdad para este proyecto latinoamericano, de Chávez, de Lula, de Tabaré, del queridísimo Evo Morales, del presidente Kirchner, de Fidel y del queridísimo Comandante Chávez. No dejemos pasar el momento. Es una unidad increíble. Falta la presidenta de Chile, que ya está llegando también.

Hay diferencias, algunas pequeñas y algunas grandes. La gran diferencia de este momento es que estamos obteniendo revoluciones por el voto democrático, cosa nunca vista. Pasó en Venezuela y en Bolivia. El Evo llegó por el voto de la gente. Sin derramar sangre, compañeros, pero sobre la sangre de millones y millones que dieron su vida para la liberación de Latinoamérica.

Si dejamos pasar este momento fracasaremos como pueblo. Nunca más podremos mirarnos a la cara. Nunca más podremos mirar en la cara a nuestros hijos, porque si dejamos pasar el momento es que somos mezquinos y cobardes. Y este pueblo ha dado miles y miles de hombres y mujeres con unas pelotas, que nos dijeron “esta es la revolución, este es el socialismo, esto es lo que amamos, esto es lo que queremos, y ahí ponemos la vida”. Y la dieron, y la dieron con ganas, porque amaban la vida del otro. Querían vivir.

Yo quiero agradecer aquí en la Plaza, a los compañeros de algunas organizaciones que no están de acuerdo con esta decisión de las Madres, pero que vinieron a estar en la Plaza. Y eso me parece maravilloso. Y les agradezco a los compañeros porque es una manera de decir queremos unirnos, queremos lo mismo, aún con las diferencias.

Mis hijos me enseñaron cuál es el valor de la vida. A nosotros nos quedan pocos años para luchar. Algunos nos preguntan quién va a seguir. Las Madres estamos sembrando trigo, en todos los jóvenes que nos acompañan sentimos que es un germen, que es el trigo que estamos sembrando; de repente aparece también una maleza en el trigo. Pero cuando uno siembra trigo sale trigo, y ellos serán, sin ser herederos, los que van a continuar en esta Plaza, que es eco de todos los reclamos desde 1810, estas cosas que nos fueron mostrando...

Aquí hubo muchas maneras de pelar, pero las Madres hace 28 años largos, 1500 jueves, que no nos planteamos para mañana el triunfo. Los triunfos a veces están lejanos, pero no tenemos que dejar de luchar una sola hora. Esto no es una reunión por semana en el comité, o en el barrio, o en el comedor. Esto es una lucha diaria, sin recibir un solo peso; un revolucionario no puede cobrar por luchar, tiene que laburar en lo que pueda y después poner todo lo que tiene para liberar a su pueblo, que es liberar a los hijos, que es liberar a los nietos. No podemos dejarles un país donde tenga que volver a correr sangre, compañeros.

Por eso el momento es único. Por eso no vamos a hacer más Marchas de Resistencia, pero vamos a seguir peleando por lo que queremos. Le estamos pidiendo al Presidente, que haga algo por los niños. Ningún niño puede ir a la escuela y estudiar si tiene hambre. Y eso lo vamos a seguir reclamando. Las fábricas ocupadas y en producción, que estén en manos de los trabajadores. No nos vamos a callar, no nos vamos a quedar, no vamos a olvidar, no vamos a perdonar, pero vamos a seguir escuchando este vientito que sopla, estas voces de los hijos que nos enseñaron qué era el socialismo. El socialismo que llegó, primero, de la mano del amado y queridísimo pueblo cubano y de Fidel. ¡Viva Fidel! ¡Viva Chávez! ¡Viva Lula! ¡Viva Evo Morales! ¡Viva el Comandante Chávez! ¡Viva Kirchner! ¡Viva Tabaré, compañeros!

Hasta siempre, hasta el jueves que viene. Gracias.