Las elecciones celebradas ayer en los territorios palestinos marcarán con toda seguridad la historia del militantismo de todo un pueblo. Son el primer gran acontecimiento ocurrido desde el asombroso regreso de Abu Amar, «Yasser Arafat», y sus hombres a Cisjordania y a la franja de Gaza en 1994.
Con excepción del Yihad Islámico, todos los componentes de la vida política palestina dieron pruebas a lo largo de estas elecciones de una madurez que confirma que el pueblo de Abu Mazen ha dado pasos concretos en su lucha de liberación.
Los últimos diez años han sido dolorosos y hubieran podido hacer que los palestinos perdieran este momento histórico. Sobre todo porque Ariel Sharon hizo todo lo que estuvo a su alcance para debilitar su voluntad. A partir de ahora, el mensaje dirigido a todos los dirigentes israelíes se resume a la necesidad de reconocer a este pueblo el derecho de construir su Estado independiente.
Después de veinte años en el escenario político, Hamas se dio cuenta de que debía cambiar su política «agresiva» y unirse a los restantes protagonistas políticos que anhelan una vida pacífica, lo que le permitirá al movimiento participar plenamente en el establecimiento de las instituciones que el país requiere.
Pero ese movimiento se sigue negando a reconocer que se vio obligado a cambiar su línea política al participar en estas elecciones. Una posible victoria de Hamas en las elecciones le permitiría formar parte del Consejo Legislativo sin dejar de negarse a unirse a las filas de la Autoridad Palestina. Pero, en caso de victoria, el movimiento se verá obligado a adoptar la misma política de su predecesor, Al Fatah. Si no fuera posible formar un gobierno de unión nacional, lo mínimo que podría hacerse sería fomentar un clima de cooperación y, sobre todo, de respeto entre el gobierno y la futura oposición.

Fuente
Asharqalawsat

«الانتخابات الفلسطينية: حتى لا تضيع الفرصة الجديدة كما ضاعت فرص سابقة..!», por Saleh Alkallab, Asharqalawsat, 26 de enero de 2006.