El pasado jueves, en un discurso dirigido a la tripulación del submarino nuclear «Le vigilant», el presidente francés Jacques Chirac dio muestras de un terrible y teatral sentido del humor. Pero nadie se rió, todo el mundo estaba perplejo.
Ello iba en contra de la tradicional doctrina nuclear francesa, ya que el Presidente enfocó la posibilidad de un ataque preventivo contra Estados no nucleares. ¿Qué le ha ocurrido a este país europeo moderado e independiente y a su dirigente, que se opuso a la guerra contra Irak? La mayoría de las 350 ojivas nucleares francesas están en submarinos en estado de alerta constante como fuerza de disuasión ante cualquier eventual agresor. Francia dedica el 10% de su presupuesto militar a su programa nuclear, o sea, tres mil millones de euros, lo cual es mucho para un país tan endeudado. Chirac justifica este gasto amenazando a un enemigo imaginario.
Hasta ahora, Francia se atenía a la doctrina de la destrucción mutua garantizada. Cualquier ataque nuclear de Francia provocaría la aniquilación del adversario. Pero esa coyuntura resulta improbable desde la Guerra Fría. El surgimiento de protagonistas no estatales ha modificado profundamente el juego geoestratégico y Francia busca hoy otra forma de disuasión. París ha adoptado la amenaza de una guerra nuclear limitada mediante el empleo de armas nucleares tácticas. Esta doctrina se asemeja a la del gobierno de Bush. Así, hoy Chirac, dirigente de un país de la «vieja Europa» según Donald Rumsfeld, declara que un país acusado de realizar un golpe terrorista contra Francia podría ser atacado.
Su actitud subestima la utilización de las armas nucleares y pone en manos de Francia una doctrina peligrosa.

Fuente
Tehran Times (Irán)

«Chirac’s nuclear faux pas», redacción del Tehran Times, Tehran Times, 23 de enero de 2006.