En caso de que se pasee junto a los guarda-fronteras después del anochecer, en el condado de El Paso, Texas, en la frontera con México, no deje antes de revisar estas siglas porque, una vez allí, usted recibirá un bombardeo de OTMs, de MS-13s y de SIAs.
Para los que no lo sepan: un OTM es un inmigrado ilegal no mexicano. Los MS-13s son miembros de la cofradía mafiosa salvadoreña Mara Salvatrucha. Los 13 indican la región de Los Ángeles donde el grupo se ha aliado con la banda organizada de la mafia mexicana, una cofradía ultraviolenta nacida en las prisiones. Por último, están los SIA (extranjeros particularmente interesantes), los ciudadanos extranjeros de países donde se considera que está presente Al Qaeda. Resulta fácil catalogar y describir así a estos clandestinos; sin embargo, conocer sus intenciones es algo muy distinto.
Sí, cuando se recorre la frontera y se utilizan prismáticos de visión nocturna podemos observar los movimientos de esos clandestinos, sabemos que estamos ante un problema complejo que no es fácil de resolver. Es indudable que se requieren agentes adicionales para patrullar la frontera. Pero toma tiempo reclutarlos y formarlos. Y el costo que representa para el presupuesto es tal que la mayoría de los funcionarios y representantes electos esquivan esa tarea. ¿Acaso han olvidado ya la última grabación que Osama bin Laden nos dirigió desde las montañas donde se esconde?
Las organizaciones mexicanas de tráfico de personas cobran un promedio de 25 000 dólares por dejar cruzar la frontera a ciudadanos del Medio Oriente. Todos son elementos conflictivos y nada recomendable –pues ya se trate de miembros de Al Qaeda, de MS-13s, de OTMs y de SIAs, todos tienen las peores intenciones hacia nuestro país.
La amenaza que esos individuos representan para nuestra seguridad nacional y para nuestro modo de vida es real. Es urgente encontrar una respuesta para ello. La amenaza ya está presente entre nosotros, en el mismo corazón de nuestro país. Porque lo que sucede en la frontera no se queda allí. Es muy posible que el peligro esté ya en camino hacia vuestro barrio, hacia vuestro vecindario. La amenaza ya está cerca de vuestra casa.

Fuente
The Post Chronicle (Estados Unidos)

«Down On The Border The Threat Is Real and Urgent», por Salena Zito, The Post Chronicle, 29 de enero de 2006.