Frente a este casete, la primera constatación es que Bin Laden seguía vivo a fines de 2005. La segunda es una interrogante: ¿por qué no hay imágenes, para un hombre que le gusta tanto la televisión y que sabe utilizarla? Tercera constatación, encuentro su voz algo débil, lo que me hace pensar que quizás esté enfermo, convaleciente o deprimido. También me hago la pregunta siguiente: después de 13 meses de silencio, esperábamos ver a Bin Laden en la pantalla, pero, para nuestra gran sorpresa, no apareció. Eso puede significar que hay algo que ocultar.
Luego, propone una tregua al pueblo estadounidense; lo que significa que quiere representar a la esfera árabe-musulmana y que desea convertirse en el interlocutor de esa esfera con Washington, y, por ende, sustituir a todos los jefes de Estado que están hoy en la escena. También percibo que esas amenazas le prestan un servicio a George W. Bush frente a sus detractores, quienes deben constatar que la amenaza no ha desaparecido. Con una amenaza externa, la opinión pública se vuelve más tolerante respecto de los malos resultados de sus dirigentes. En el fondo, la aventura norteamericana en Irak va mal. Países como Siria e Irán cercan a los estadounidenses en alguna parte en Irak, y Zarkaui, el hombre de Bin Laden en Irak, torpedea la empresa de los Estados Unidos en la región, lo que provoca una situación desfavorable para la estrategia estadounidense.
Se ha producido una extensión y consolidación de la ideología fundadora de Al-Qaeda a través del mundo. Por esa razón, como lo vimos en Londres en julio pasado, es harto posible que haya iniciativas independientes de los partidarios de Bin Laden. Ello no impide que otro proyecto de mayor alcance, como el de septiembre de 2001, esté en su fase preparatoria porque la materialización de ese tipo de proyectos requiere mucho tiempo. Además, hoy día, Al Qaeda está muy vigilada y es difícil moverse tan libremente como antes del 11 de septiembre. Por consiguiente, puede haber dos planes al mismo tiempo: uno, que sería dirigido y en preparación por los cercanos a Bin Laden y otro, que sería una exhortación dirigida a los partidarios de Bin Laden para que actúen.
En realidad, Bin Laden ya no necesita perpetrar atentados. Le basta con dar directrices para que todas las personas enroladas en cualquier organización bajo la bandera del «Takfir» ejecuten sus órdenes. En la actualidad, sus partidarios son numerosos sin que sean todos, necesariamente, miembros de las células pasivas o activas de Al-Qaeda.
La relación que existe entre Osama bin Laden y Zarkaui debe ser difícil porque Zarkaui se ha convertido en alguien casi tan importante como Bin Laden. Todos los días, organiza atentados devastadores, formula reivindicaciones, graba casetes, pronuncia discursos… Por lo tanto, es en realidad el frente activo de Al-Qaeda.
Zarkaui está muy presente y es muy popular en los medios yihadistas y takfiristas, y puede también hacerle sombra a Bin Laden. En el plano doctrinal, deben existir divergencias porque Bin Laden es más político que Zarkaui. Bin Laden sabe cuándo hay que tener en cuenta a los chiítas y cuándo puede golpearlos, mientras que para Zarkaui el combate contra los chiítas parece tener más prioridad que el combate contra los estadounidenses, y, en ese punto, pueden existir discrepancias en cuanto a escoger el mejor momento para golpear a los «heréticos» chiítas.
La desaparición de Bin Laden no puede poner fin al terrorismo en el mundo, pues ese fenómeno está descentralizado y sobrevivirá a la desaparición de los dirigentes actuales. Es evidente que revestirá otras formas. Veremos si la sucesión se hará en provecho de un hombre tan carismático como Bin Laden y si tendrá la misma legitimidad para evitar toda disputa en torno a su herencia que engendraría la división o el derrumbe. Sin embargo, esta doctrina no fue creada por Bin Laden. Sólo fue el primero en aplicarla.

Fuente
La Gazette du Maroc (Marruecos)

«Les menaces de Ben Laden rendent service à Bush face à ses détracteurs», por Antoine Basbous, La Gazette du Maroc, 23 de enero de 2006.