La lámpara de Aladino, de la que sale el genio de la democracia y todo bajo el slogan: «El tema en el que Bush tiene razón» ilustra la portada de The Economist del 4 de febrero de 2006.

El semanario de los medios de negocios anglosajones sabe que el bombardeo a Irak, y luego su ocupación militar, no tienen ninguna relación con la instalación de la democracia. Esta es un proceso político que emerge del pueblo y no de la violencia sufrida por éste.

The Economist no confunde la «democracia de mercado» de Bush con la democracia ateniense, pero aprueba en la política del presidente estadounidense su objetivo fundamental: imponer regímenes políticos que acepten someterse a las exigencias de las transnacionales. Si además pueden pasar como democracias, entonces todo será más agradable.