Sentencia No. 1

Jueces:

  1. Francois Houtart, Presidente
  2. Gilberto López y Rivas
  3. Reverendo Lucius Walter
  4. Héctor Díaz Polanco
  5. Reverendo Raúl Suárez
  6. Salim Lanrani
  7. Michael Avery
  8. Belén Gopegui
  9. Gloria La Riva
  10. Beinusz Szmukler

Ministerio Fiscal:

José Luis Toledo Santander

El 26 de enero de 2006, en Caracas, capital de la Republica Bolivariana
de
Venezuela, y en el marco del VI Foro Social Mundial, se constituyó el
Tribunal Hemisférico contra el Terrorismo y en Defensa de la Humanidad,
en correspondencia con el compromiso asumido en La Habana, Cuba, en
ocasión del Encuentro Internacional "Contra el Terrorismo, por la verdad
y
la justicia".

Este Tribunal es continuación de los Tribunales de conciencia, que se
integraron en el pasado reciente, siguiendo la tradición del Tribunal
Russell,
el cual, sin tener un carácter vinculatorio jurídico, fue en su tiempo
expresión de dignidad de los pueblos y de condena mundial por los
crímenes de lesa humanidad del imperialismo estadounidense en Viet Nam.

En este momento, en que la Administración Bush ha proclamado e
intensificado una política de "guerra preventiva", caracterizada por
ocupaciones neocoloniales de naciones independientes y ante la crisis y
franco deterioro del orden jurídico internacional; es fundamental el
establecimiento de formas de resistencia de los pueblos y de la sociedad civil frente a la política criminal de los gobernantes de EEUU.

Este Tribunal conoció en su día de los cargos imputados y las pruebas
practicadas por testigos y expertos, lo que le permite dar por probada
la
acción sistemática de un terrorismo de Estado global por parte del
gobierno
imperialista de EEUU, así como la comisión de graves crímenes contra la
humanidad, que se manifiestan en golpes de Estado, guerras de agresión,
ocupación neocolonial, una amplia gama de acciones clandestinas o
encubiertas: atentados a Jefes de Estado y dirigentes políticos,
sabotajes,
espionaje, incluso de los ciudadanos estadounidenses, apoyo logístico y
asesoramiento a la acción represiva de algunos Estados, infiltración y
provocación de organizaciones sociales y políticas, secuestros,
torturas,
asesinato de luchadores sociales, entre otras muchas variadas formas de
su actuar terrorista.

El terrorismo de Estado global se pone también de manifiesto en la
diaria y
permanente guerra económica mediante la cual se pretende doblegar a los
pueblos y que causa la muerte de millones de personas por hambre,
enfermedades curables, deterioro de servicios públicos y perdida de
conquistas sociales; deviniendo en un verdadero acto genocida.

El Gobierno de los EEUU utiliza cuantiosos y poderosos recursos
militares,
económicos, de inteligencia, políticos y de subversión ideológica y
cultural,
en esta guerra permanente contra los pueblos y los gobiernos que osan
defender su soberanía y su independencia con proyectos propios de
desarrollo. Múltiples vías y organismos utiliza como fachada para el
apoyo
material y político de las actividades de grupos afines a su política
intervencionista.

Asimismo, la Administración estadounidense no ha tenido escrúpulos en
utilizar y fomentar el narcotráfico para poner en práctica políticas
contrainsurgentes y lograr el control de las fuerzas armadas, y los
aparatos
policiales y de inteligencia locales. Este Tribunal ha constatado el
papel
protagónico desempeñado por el Gobierno de los EEUU en la llamada
Operación Cóndor, que fue una macabra campana de exterminio en el
ámbito internacional de miles de hombres y mujeres e incluso, niños y
niñas
durante décadas.

El Tribunal constata que a la humanidad le corresponde vivir en estos
momentos un tiempo muy especial. A casi seis décadas del fin del
holocausto nazi fascista, un nuevo monstruo más poderoso materialmente
que aquel, amenaza a la humanidad con su destrucción, sin distinguir
naciones ni personas. El derecho internacional, el derecho humanitario,
los
derechos humanos, proclamados en los pactos y resoluciones de la ONU,
nunca estuvieron en una contradicción tan flagrante con la realidad. La
propia Organización de Naciones destinada a la salvaguarda de la paz y
la
seguridad internacional, sobre la base de la igualdad soberana de los
Estados, la solución pacifica de los conflictos, la cooperación para el
desarrollo y la liberación de los seres humanos del flagelo de la
guerra, se
pretende usar por el gobierno imperialista de EEUU como una agencia
convalidante de sus ansias hegemónicas.

En los propios Estados Unidos, su noble pueblo sufre la dictadura
imperial,
con la limitación a sus derechos constitucionales y sus libertades
civiles,
sus hijos se ven arrastrados a ser usados en las guerras de conquistas
viéndose obligados a perder sus vidas por defender los intereses del
imperio.

De igual manera, se evidencio la protección y ayuda que brinda el
Gobierno norteamericano al connotado terrorista internacional Luis
Posada
Carriles, negando su extradición a la Republica Bolivariana de Venezuela

para su sometimiento a la justicia y preparando condiciones para su
pronta
puesta en libertad. Mientras, mantiene en sus cárceles, injustamente, a
los
compañeros Rene González, Gerardo Hernández, Ramón Labanino,
Antonio Guerrero y Fernando González, luchadores contra el terrorismo,
en
contra del dictamen del Comité de Detenciones Arbitrarias de la Comisión

de Derechos Humanos de la ONU, que estimo ilegal sus prisiones, así
como de la sentencia emitida en su día por la Corte de Apelaciones del
Onceno Circuito de Atlanta.

EN TAL VIRTUD: este Tribunal, por acuerdo unánime de sus integrantes,
declara culpable al Imperialismo, encabezado por el Gobierno de EEUU, a

sus aliados, corporaciones y monopolios, de crímenes de lesa humanidad,
de permanente agresión terrorista contra pueblos del mundo, incluyendo
el
propio pueblo estadounidense.

Encontramos culpable y condenamos a George W. Bush y todo el grupo
gobernante de EEUU; los consideramos genocidas y reales amenazas
contra la especie humana y su sobrevivencia en el planeta.

Este Tribunal considera pertinente destacar que la resistencia de los
pueblos, con todos los medios a su disposición y por todas las vías
posibles, es la única respuesta a esta agresión y amenaza imperialistas.

Los Jueces consignados en el encabezamiento de la presente sentencia suscriben la misma.