Marcha del jueves 2 de febrero de 2006. Hebe de Bonafini

Qué rápido que pasó la semana. A mí me duelen todavía las piernas, me duele acá, en los costados de la garganta. El jueves pasado estábamos acá, eufóricos, esperando la hora de los discursos, ya cansadas porque habían pasado 24 horas. Y para los malintencionados que dijeron que las Madres habíamos bajado las banderas… Hoy vino gente de la RAI a hacerme un reportaje porque me dijeron que allí había salido mal la información. Allá dijeron que las Madres no marchábamos más. Es que esta Plaza, que es el bastión de las Madres y bastión del mundo tiene muchas cosas que decir. Muchísimas cosas que decir.

Hoy leíamos que existe un tal Taselli, que es el dueño de la empresa Gándara, a quien le han perdonado muchas deudas. No quiero pensar que sea amigo de alguno de los que están en la Casa de Gobierno. Espero que no porque si es amigo de alguno de ellos tenemos que empezar a escupirlo. Y nosotras siempre dijimos que los amigos de nuestros enemigos también son nuestros enemigos. Si Taselli tiene algún amigo en la Casa de Gobierno ése pasará a ser enemigo de los trabajadores de Gándara, de los trabajadores de las minas –que también él las negoció- y también pasará a ser enemigo de las Madres. Porque Taselli es un atorrante; es peor que Yabrán, es peor que Monetta y que todos estos atorrantes juntos. Ojalá que ninguno sea amigo y si lo es ya empezaremos a decir lo que tenemos que decir, que lo decimos ahora: los amigos de nuestros enemigos son también nuestros enemigos. Las Madres no queremos tener amigos que tengan amigos ladrones, chorros, coimeros, que se hacen ricos a partir del trabajo de los hombres y mujeres que trabajan en sus fábricas.

Estamos con bronca por la represión que hubo en Tartagal, por todo lo que pasó, por la represión que hubo con la gente de Gándara. No sirve que echen al tipo que reprimió, lo tienen que meter preso. No nos acostumbremos a decir “ah, bueno, ahora que reprimió este comisario tal lo sacamos”. No, no. No se puede cambiar la basura de lugar, ni la mierda de lugar. Si ellos reprimieron hay que echarlos. A todos, a los que tiraron la bala y a los que dieron la orden, y a los que miraron para otro lado. No se puede reprimir a los trabajadores que hace cuatro meses que no cobran.

Esta Plaza sirve para eso. Para decir lo que hay que decir. Para exigir lo que hay que exigir. Seguimos exigiendo la distribución de la riqueza, ya. Estamos esperando que algo se haga con los niños, que haya un gesto, una participación, un dinero de esta riqueza que se está acumulando, para que los niños no se mueran de hambre. Todos los jueves lo vamos a repetir en esta Plaza: un niño que se muere de hambre es un crimen, y alguien alguna vez lo tendrá que pagar.

Gracias.