¿Qué ocurre en América Latina? ¿es la izquierda la que está ganando los procesos electorales?

Como MPD miramos con mucho optimismo lo que ocurre en América Latina y en el mundo. La campaña antiizquierda, anticomunista que tuvo auge en inicios de la década del 90, ha sido derrotada en gran medida, y eso ha dado lugar ahora a un resurgimiento y a un desarrollo de la lucha social y de la lucha política desde los sectores populares y de izquierda. Lucha que ha alcanzado victorias importantes; victorias sociales porque los pueblos han conseguido derechos significativos en varios países: han resistido, enfrentado e incluso derrotado en algunos aspectos a la política neoliberal; y victorias políticas, como aquella de echar abajo gobiernos corruptos en varios países de América Latina, ahí están los casos de Argentina, Bolivia y Ecuador, victorias que han sido logradas desde abajo, con el levantamiento popular, con la acción de las masas.

También hay victorias electorales que se han producido, aunque no podemos encasillarlas en un solo calificativo, como se suele hacer, diciendo que son victorias y por tanto gobiernos de la izquierda. No podemos uniformarlos en una caracterización concreta. Pensamos que lo que ocurre en América Latina es que hay una tendencia democrática, patriótica, progresista, de izquierda, que se expresa con mucha fuerza y que muestra el gran anhelo de cambio que existe.

¿Qué piensa el MPD acerca de esos criterios que dicen que existe una nueva izquierda, renovada, incluyente, democrática?

Pienso que la izquierda lucha por el cambio revolucionario en nuestros países. Lucha por poner fin a la dependencia, a la injusticia social, sobre la base de socializar la propiedad privada sobre los medios de producción. Esa es la izquierda que pienso yo tiene perspectiva en el Ecuador, en América Latina y en el mundo. Pero es obvio que para oponerse a esa izquierda que lucha por cambios profundos, radicales, estructurales, han surgido expresiones que han querido deformar el contenido de la izquierda, y entonces se ha hablado de la izquierda democrática, supuestamente para hacer entender que hay una izquierda totalitaria, para decir que la izquierda marxista, que cree en el socialismo científico, tiene esas características. Se habló en su tiempo del socialismo democrático, del socialismo comunitario, eran versiones de la socialdemocracia y de la democracia cristiana para oponerse supuestamente al socialismo revolucionario, que es el socialismo científico. En el fondo hay un hecho claro: no es posible construir una nueva sociedad, un nuevo sistema en el marco del sistema anterior, caduco, manteniendo intactas las causas de la injusticia social: la explotación del hombre por el hombre, la propiedad privada sobre los medios de producción, la explotación y dominación imperialista.

Ahora también están surgiendo términos como este de la ‘izquierda incluyente’, porque supuestamente hay una izquierda excluyente, dogmática. Lo que se quiere con este término es borrar las diferencias de clase, dejar de lado, omitir en el análisis –porque no se puede anular- el principio de la lucha de clases y la necesidad de que esa lucha inevitablemente desemboque, con un grado de agudización, en una nueva sociedad y de que esa sociedad es el socialismo. Es evidente que esa ‘izquierda incluyente’ lo que busca es engañarle al pueblo y hacerle creer que es posible un cambio estructural con una acción de conciliación de clases, con una acción en la que los ricos y los pobres supuestamente lleguen a “acuerdos” y lleguen a “consensos”. No puede haber consensos entre explotados y explotadores, no puede haber unanimidad entre traidores y patriotas, es evidente que la lucha de los explotados, la lucha de los oprimidos en el Ecuador pasa necesariamente por la derrota de los privilegios, de quienes detentan el sistema de explotación y de saqueo.

Hay candidatos que se presentan como representantes de la sociedad civil, a los cuales algunos sectores de la izquierda los ven como carta de salvación. Algunos hablan de hacer con esos candidatos y con los candidatos de las fuerzas de izquierda una elección primaria, para definir con qué candidato mismo es que se camina ¿cómo ve el MPD este escenario y esta propuesta?

En el caso de las organizaciones políticas de diversa denominación lo que primero hay que hacer es saber cuál es su propuesta política programática, y en segundo lugar tenemos que juzgar su práctica, y sobre esa base determinar quiénes son o no de izquierda y quiénes son de derecha, por ejemplo, Roldós quiere aparecer como candidato ciudadano ¿qué es la ciudadanía? Una cosa indefinida, en la que entran explotadores y explotados, en la que entran oprimidos y opresores, en la que entran viejos politiqueros, responsables de la crisis del país, ex conservadores, como los que le auspician a él por ejemplo en la provincia de Tungurahua, como es el ex diputado Nieto, entonces, si ese es el criterio de la ciudadanía, evidentemente esa ciudadanía no nos sirve, no es útil para el desarrollo del país y no puede ser considerada izquierda.

Yo he visto en el periódico que Roldós plantea que el TLC no es un problema de soberanía, que atenta contra el desarrollo del país, sino que es un problema de negociación, si lo negociamos bien es útil, si lo negociamos mal es inútil, eso dice toda la burguesía, todos los explotadores, todos sabemos que el TLC va a ser la sepultura del aparato productivo del Ecuador. Entonces no podemos nosotros entrar en primarias con ese tipo de candidatos.

En el caso de Correa, de lo que he escuchado hasta ahora, se ha definido como demócrata cristiano (así lo hizo en el noticiero de Ecuavisa), se ha definido como un candidato que quiere agrupar a todo el mundo, desde la centro derecha hasta la izquierda, se opuso a la entrega de los fondos de reserva a los afiliados, contraviniendo un sentimiento y un derecho, que creo que era respaldado por lo menos por un 95% de los ecuatorianos, entonces no podemos juzgar a una persona sino por lo que dice y por lo que hace, y por lo que dicen y lo que hacen, pensamos que hay candidatos presidenciales como los que hemos señalado, que no responden a los intereses de los pueblos y de la izquierda.

Nosotros hemos planteado un proceso de unidad, pero plenamente caracterizado, con un programa de izquierda que tenga perspectiva socialista, que se proponga cambios estructurales en el Ecuador y que efectivamente sea representado por un binomio de izquierda, por hombres y mujeres que surjan de las filas de nuestros partidos, del MPD, de Pachakutik, del Partido Socialista, que sean combatientes probados, luchadores probados y no prestados.

¿Al MPD le interesan más los candidatos que el programa?

Hemos conversado bilateralmente tanto con Pachakutik como con el Partido Socialista cuando hicimos la propuesta de unidad: planteamos que debíamos sentarnos colectivamente para avanzar en la estructuración de un programa unitario, y hemos dicho que no solo los partidos que tenemos registro electoral, sino que debemos incorporar a los partidos sin registro electoral, deben estar el PCMLE, el MIR, la organización política La Comuna, el Movimiento Bolivariano Eloy Alfaro, el Partido Comunista del Ecuador, es decir todos aquellos partidos y movimientos grandes o pequeños que hayan tenido y tengan expresión política en el Ecuador. Luego planteamos buscar los candidatos que estén comprometidos con esa propuesta, pero no en las palabras, no hay que olvidar lo que ocurrió con Gutiérrez; cualquier candidato puede firmar documentos si quiere acceder a una campaña. El problema principal es que en su vida política, en su práctica social, haya demostrado estar luchando por eso, no sea un advenedizo en la acción política revolucionaria.

¿Y las elecciones primarias?

Las elecciones primarias son un método, pueden haber otros, creo que los métodos es más fácil discutirlos, el problema no es tanto el método, el problema, si se dan las elecciones primarias por ejemplo, es entre quiénes. El MPD no solo que ha planteado, sino que ha dado muestras en el pasado de que trabaja y le interesa sinceramente la unidad, pero no una unidad totalmente sin principios, no una unidad ecléctica, sino definida claramente, con una posición de izquierda, con candidatos que nos representen en esa posición. Y si para concretar ese proyecto el MPD tiene que hacer renunciamientos, no hay problema, porque en el pasado lo ha demostrado y hoy no será la excepción; el principal problema es que tengamos la voluntad política de construir un proyecto de izquierda, un proyecto transformador, y por qué no decirlo, revolucionario, que le ponga fin a este sistema de injusticia social, de miseria, y que trabaje para construir uno nuevo, que apunte a la construcción de un sistema social distinto: el socialismo.