Según algunos de los sectores, en América Latina se está imponiendo una nueva izquierda, que se aleja de la verticalidad de un partido político y promueve la participación ciudadana ¿Cuál es su interpretación sobre este tipo de criterios?

Para el PCMLE este tema es realmente muy importante, ocupa un lugar central en el debate ideológico y político, teórico y a la vez práctico del movimiento social. Hay que decir primero que independientemente de la voluntad de los marxistas leninistas, de su visión, la sociedad se divide en clases sociales. No es posible decretar, con el término “ciudadanía”, la eliminación del concepto de clase, si no queremos cometer una grave equivocación desde el punto de vista teórico y práctico. El término ciudadano cobija a todo el mundo, pero desde el punto de vista económico, social, político, ideológico, espiritual, no es lo mismo el ciudadano trabajador, obrero, jornalero, que el ciudadano banquero, ejecutivo de grandes empresas petroleros, o de grandes monopolios internacionales.

¿Los comunistas piensan que hay que incorporar a esos sectores autodefinidos como movimientos ciudadanos, que buscan reformas políticas, en un proceso político liderado por la izquierda?

Bueno, en primer lugar valdría ubicar qué es la izquierda. Y ésta ha sido históricamente la corriente ideológica, política que ha representado en todo momento el cambio. La corriente de las ideas más avanzadas, la corriente de las transformaciones necesarias para llegar a un nuevo estadio del desarrollo económico, social y político. La reforma, los adornos de maquillaje del actual sistema, el cambio de un modelo por otro, pero dentro de los cauces del capitalismo, es para nosotros reformismo y el reformismo no es izquierda.

¿Es decir que dentro de la acción de la izquierda no está el criterio de la refundación del país, de la que hablan quienes proponen ese tipo de reformas?

Una refundación de la república democrático-burguesa, de la democracia representativa, lo único que significa para nosotros es la reimplantación del mismo sistema que algunos llaman occidental cristiano, que ahora está en procesos grave de desinstitucionalización. Esa república fundada en 1830 bajo los auspicios de la oligarquía, del militarismo extranjero, que después se convertirá en el imperialismo extranjero, ese modelo político está en crisis y no se va a resolver simplemente con una reforma política, se la resuelve con una reforma radical de estructuras, que siente las bases de una nueva forma de democracia, donde el soberano sea el pueblo, sea el auténtico protagonista de los cambios.

Para eso es necesaria la existencia de un partido político, no para que él mismo haga esos cambios, esas transformaciones, porque entendemos que los cambios los hacen los pueblos. Si ese partido está a la altura de las necesidades históricas del movimiento social, lo único que puede hacer es agitar, incentivar, desarrollar un trabajo para permitir que el pueblo haga conciencia y trabajar con esos sectores para esas transformaciones. Hablamos de una organización política intensa y estrechamente ligada a los sectores populares.

De cara a las elecciones, ¿quiénes cree usted que son los sectores que deben integrar la unidad para una propuesta de la izquierda en el Ecuador?

En el momento actual es una cuestión reclamada por muchos sectores que realmente están interesadas en la transformación del país, la unidad de las fuerzas de izquierda, vale decir la unidad de los partidos como Pachakutik, el Partido Socialista, El MPD, pero también si queremos ser consecuentes con esta corriente ideológica y política, estaríamos otras organizaciones que si bien no tenemos registro electoral, también formamos parte de la corriente de izquierda, vale decir el PCMLE, el MIR, el PC, las diferentes corrientes de los que se llaman el Movimiento Bolivariano, y otras organizaciones regionales, locales, que se reivindican de izquierda. La tesis del PCMLE es que propiciemos un escenario en el que podamos sentarnos todos los representantes de estas organizaciones y partidos de izquierda para discutir la problemática y la necesidad de la unidad. No deberíamos entrar, según nuestra opinión, a la discusión de problemas doctrinarios, de perspectiva, porque ahí tenemos desencuentros, divergencias, tenemos problemas, pero sí a discutir qué es lo que debemos hacer ahora las fuerzas de izquierda en el escenario político en el Ecuador, en pie de igualdad, tanto las organizaciones que tienen registro electoral como las que no tenemos, tanto las que se reivindican como grandes como las que somos pequeñas.

Ni el que asume que tiene el mejor candidato, con más opciones...

Planteamos la necesidad de, sobre la base de esta visión de igualdad, discutir un programa de gobierno actual, en las condiciones concretas, no los programas que cada partido u organización de izquierda tiene, sino un programa para las actuales condiciones del país, un programa que surja de la discusión, del debate y del aporte de cada uno. Y tercero, unos candidatos para las próximas elecciones -aunque nosotros entendemos que ojalá este proceso unitario trascienda el tema electoral-, que salgan de nuestras filas, porque creemos que la izquierda ecuatoriana, unificada en este momento no tiene por qué pedirle prestado candidatos a otras personalidades, que por más importantes que sean, nosotros entendemos que no son mejores que aquellos que deben salir de las filas de las organizaciones involucradas en la unidad. El programa no tiene por qué maquillarse frente a la derecha, para mostrarse simpático hacia determinados sectores de la burguesía, la izquierda en el Ecuador tiene un perfil de consecuente y nuestras propuestas deben ser mostradas en el conjunto de los trabajadores y los pueblos del Ecuador y ganarlos a esa propuesta.