La conferencia de prensa anual de Vladimir Putin provocó reacciones diversas. En el extranjero, por ejemplo en Estados Unidos, la respuesta a las declaraciones del presidente ruso fue grosso modo irónica. Las agencias de prensa, como Associated Press, se burlaron de que Putin elogiara los dispositivos rusos en materia de misiles. En realidad se trata de reacciones inapropiadas.
El presidente ruso habló de algunos misiles estratégicos provistos de diferentes opciones en extremo desarrolladas que no cuentan con equivalentes en otros lugares, de ahí la legitimidad del orgullo del gobierno de Moscú.
Este orgullo no es un signo de tiranía, snobismo o amenaza para alguien por los siguientes motivos: en primer lugar, los sistemas nucleares mencionados por Putin no han sido concebidos para atacar un blanco determinado. Además, dichos sistemas no amenazan a nadie puesto que Rusia no ha hablado nunca de un posible recurso a las armas nucleares. La tercera característica de la industria nuclear rusa es que no forma parte de la actual carrera armamentista nuclear.
Rusia está satisfecha con la cantidad, en su opinión suficiente, de misiles nucleares. Ello justifica que el dispositivo nuclear no sea considerado un medio de presión o de terror sino un arma política siempre válida. Pero esto no impide que Moscú, de conformidad con el acuerdo estadounidense-ruso, deba reducir sus capacidades estratégicas «ofensivas» para 2012.
Para esa fecha, y en opinión de algunos expertos, el número de ojivas nucleares rusas será inferior al que tiene derecho. Elección justificada por un solo motivo: el país no necesita un flujo «nuclear». Otra razón más de orgullo para Putin ya que ha podido conservar una lógica «nuclear» pacífica a pesar de los riesgos característicos del mundo actual.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)

«مفخرة روسيا الصاروخية», por Víktor Litovkin, RIA-Novosti, 4 de febrero de 2006