El año entrante no promete ser momento en que Rusia y Estados Unidos lleguen a un acuerdo sobre la defensa antimisiles.

El pasado 19 de enero, el teniente general Henry Obering, jefe de la Agencia Misilística de Defensa de la Secretaría de Defensa de EE.UU., anunció el éxito logrado en el primer ensayo de un propulsor del futuro misil interceptor basado en el uso de energía cinética. El interceptor, que tiene que entrar en servicio a comienzos de la próxima década, llegará a ser elemento clave del sistema norteamericano de defensa antimisiles.

Hoy día este sistema cuenta ya con 10 misiles antimisiles emplazados en Alaska. La corporación “Boeing”, empresa matriz que fabrica dichos interceptores, se compromete a construir este año varios misiles de esta clase y a realizar una serie de pruebas de sistemas de defensa antimisiles. Además, el patriarca de la industria aeroespacial norteamericana se propone integrar activamente en el sistema de defensa antimisiles el complejo radar SBX y el laser aéreo cuya serie de ensayos la Corporación la llevó a cabo con éxito en el polígono de las Fuerzas Aéreas “Edwards” que se encuentra en California.

Al preguntarle a Vladimir Putin sobre nuevos misiles rusos, éste hizo de paso una apreciación indirecta del sistema de defensa antimisiles norteamericano.

“Son sistemas muy serios que - de expresarlo de forma más suave – no son respuesta a los sistemas de defensa antimisiles. No les importa si hay o no un sistema de defensa antimisiles porque, como ya he dicho, funcionan a base de hipersonido, cambiando de trayectoria según el rumbo y altura. El sistema de defensa antimisiles está destinado a batir misiles balísticos que atacan, mejor dicho, que pueden atacar, siguiendo una trayectoria balística”, dijo el presidente en una rueda de prensa celebrada en el Kremlin.

¿A qué se refería? A este interrogante los expertos tienen esta respuesta: el novedoso complejo misilístico intercontinental “Topol-M” creado en el Instituto de Termotecnia de Moscú.

Su desarrollo empezó a base de concurso a fines de los años 1980. Se pensaba crear misiles balísticos intercontinentales de doble uso: de lanzadores móviles y en silos subterráneos. De la versión lanzada desde silos se encargó la oficina de diseños “Yuzhnoie” en Dniepropetrovsk (Ucrania). El Instituto de Termotecnia, especializado en el diseño de misiles terrestres, comenzó a desarrollar la versión móvil. Pero en 1991 todo el trabajo lo tuvo que asumir el instituto de Rusia, y ya no se trataba de crear un sistema nuevo sino de modernizar a fondo el misil “Topol” que tenían en servicio las Tropas Coheteriles Estratégicas.

Según la clasificación de la OTAN, el complejo “Topol-M” obtuvo el índice de SS-X-27 Topol-M2. A diferencia de su prototipo móvil, estaba destinado inicialmente a estar emplazado en silos. Los primeros dos misiles fabricados en serie se hicieron operacionales en Tatischevo (provincia de Saratov) en diciembre de 1997. Actualmente ya son cinco regimientos dotados de misiles “Topol-M”.

En los años 2004-2005 concluyeron las pruebas del lanzador móvil de “Topol-M”. El reame de las Tropas Coheteriles Estratégicas y su dotación de misiles terrrestres comenzará a partir de 2006. Según manifestó el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Ivanov, este año se piensa adquirir 7 misiles con lanzadores móviles.

La versión móvil garantiza el sigilo en las acciones, maniobrabilidad y alta viabilidad de lanzadores, así como la autotomía de funcionamiento durante largo tiempo. El misil “Topol-M” tiene bastante mejorada la precisión de tiro en comparación con el “Topol”. Tiene más alta resistencia del propulsor y otros elementos en vuelo a diversos efectos de destrucción, incluida el arma nuclear.

Actualmente EE.UU. emprende medidas prácticas a fin de emplazar sus radares y medios de intercepción cerca de las fronteras con Rusia para poder registrar el lanzamiento y destruir misiles en un sector activo y más vulnerable para ellos, antes de que se separe el bloque de combate.

Los tres propulsores sustentadores a propelente sólido de que dispone el misil

“Topol-M” le permiten ganar velocidad con mucha mayor rapidez que las versiones anteriores de misiles balísticos intercontinentales, lo cual reduce mucho su vulnerabilidad. Además, decenas de propulsores auxiliares y un moderno sistema digital de control le permite al “Topol-M” ejecutar maniobras tanto en el plano vertical como horizontal, lo que hace su vuelo impredecible desde el momento del lanzamiento.

Y, por último, otra ventaja reside en la existencia del bloque nuclear hipersónico de maniobreo. Se trata de hecho de un misil crucero con propulsor tipo aerorreactor que lo acelera hasta velocidades supersónicas. Luego se pone en acción el propulsor de sustentación que asegura el vuelo de crucero a una velocidad que supera 4-5 veces la velocidad del sonido.

En su época EE.UU. estimó demasiado costosa la creación de estos misiles, limitándose a crear aparatos subsónicos. Según datos oficiales, en Rusia los trabajos en crear misiles supersónios se suspendieron en 1992 pero, según se supo más tarde, no fue por mucho tiempo.

Ya en julio de 2001 la prensa discutió activamente el lanzamiento del misil “Topol” durante el que se registró un comportamiento de la ojiva que se consideraba imposible en materia de la balística. Se expresó la hipótesis de que estaba dotado de propulsores que le permitían maniobrar a altas velocidades en la atmósfera
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Pero una verdadera noticia sensacional fueron los ejercicios “Seguridad-2004” durante las que fue lanzado el misil balístico intercontinental RS-18 a bordo del cual estaba montado cierto dispositivo experimental que ora salía al espacio ora entraba en la atmósfera de la Tierra. Aquella maniobra parecía inconcebible para la técnica moderna. En el momento en que la ojiva nuclear entraba en las densas capas de la atmósfera su velocidad equivalía 5000 mps, pero el ingenio tiene un sistema de protección especial contra sobrecargas y sobrecalentamiento. La velocidad del aparato ensayado no era menor pero no sólo cambiaba fácilmente de dirección de vuelo sino que no quedó destruido.

La maniobrabilidad superalta no le permite al adversario prever la trayectoria de vuelo de este ingenio con una precisión necesaria para destruirlo. Al decir del General Coronel Yuri Baluievski, Jefe del Estado Mayor General, “Este ingenio puede obviar medios de control y cumplir misiones de superar sistemas de defensa antimisiles, incluidas los futuros. A diferencia de las ojivas balísticas ordinarias, en el último instante este ingenio puede cambiar de trayectoria independientemente, según lo programado, y cambiar de objetivo sobre el territorio enemigo”. Hablando en lenguaje sencillo, la ojiva creada a base de esta muestra experimental es capaz de superar cualesquiera sistemas de defensa antimisiles, incluido el futuro sistema de defensa antimisiles norteamericano.

Es de señalar también que la ojiva monobloque del misil “Topol-M”, a diferencia de otros misiles balísticos intercontinentales estratégicos, puede quedar reequipada con ojiva de reentrada múltiple que pueda portar hasta tres cargas de guiado individual, capaces de batir objetivos situados a 100 km del lugar de separación. La separación de ojivas se producirá con el cambio de movimiento de la ojiva a un intervalo de 30-40 segundos. Durante este período a ningún sistema de información no le dará tiempo para registrar ni el momento de la separación ni las propias ojivas.

Fuente
RIA Novosti (Rusia)