El empleado eficiente de Hunt Oil que a la vez representa a la aristocrática Sociedad Nacional de Minería y Petróleo, SNMPE, club selecto de asalariados con muy buena renta, Carlos del Solar, ha dicho, refiriéndose a declaraciones del candidato Ollanta Humala: “la mayoría de planteamientos de ese partido –como la revisión de los contratos de estabilidad jurídica- no tiene sustento técnico….. calificó de demagógica y antitécnica la propuesta de nacionalizar las reservas del gas en Perú –entre ellas Camisea-”. Nadie duda en nuestros pagos de la autoridad científica y moral del señor de marras. ¿Sabe alguien si su firma, la de los tramposos hermanos Hunt de Texas, ya devolvió el íntegro al Estado por los robos que cometió en el rubro de plata en la década de los 80? ¡Eran varios cientos de millones de dólares que estos pillos hurtaron al pueblo peruano!

El ex ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, ha dicho que “La posibilidad de que el Estado tenga mayor participación en la explotación del gas debería contemplarse para nuevos contratos. No miremos esto con una interpretación excesiva de patriotismo”. Parece un llamado sensato que parte de la premisa que el Estado tiene que ver con cualquier recurso no renovable o renovable que esté dentro de sus confines porque le pertenecen al pueblo. Y en esto no tiene nada que ver la técnica porque se trata de la dignidad política de las colectividades. El primero en cuestionar la cláusula 8.6 del contrato de Camisea porque no precisaba con detalle firme las regalías correspondientes al Estado peruano fue, precisamente el ingeniero Herrera años atrás.

Prescindamos de la selectividad memoriosa que luce cierto candidato de diminuta figura jurídica o política porque su oportunismo no puede ser más abyecto como condenable. El firmó lo que hoy pretende desarrollar como parte de un mea culpa que borraría su inicial torpeza que tiene que ser enjuiciada y castigada si existen jueces probos que practiquen una justicia no comprable. ¿Es concebible que se hable de las consecuencias de lo que fue un inicio malo o poco claro y no se identifiquen las taras príncipes o corrupciones en que se incurrió en los prolegómenos? ¡La viveza es un arte criollo de fina estampa!

Cada vez que se habla de la revisión de los contratos de estabilidad jurídica, los representantes de las transnacionales pegan de gritos, se jalan los pelos y anuncian el apocalipsis de la inversión y el fin del mundo peruano. Y si lo dice Ollanta Humala ¡mucho peor! porque es un candidato con un porcentaje fuerte. Pero, nada de lo que ha dicho Humala es nuevo. Con mucho mejor subrayado y firmeza, desde la tribuna parlamentaria y en denuncias continuas durante los años, Javier Diez Canseco, ha puesto en el tapete dicho tema. Ha escrito sobre el particular de Camisea y ayer mismo lo reiteró frente a cámaras. A veces la democracia tiene sus lados flacos e incomprensiones indigestas: Javier sólo concita un 3 ó 4% de intención de voto. Pero ¿porqué tanto brinco si el suelo está parejo?

Los contratos de estabilidad jurídica son una forma legal de no pagar impuestos y llevarse en paila las ganancias sin afectar demasiado rentabilidades erogando lo menos posible al Estado. Así, la paga de empleados y asalariados, entre ellos bufetes de abogángsteres que trabajan contra su país, es abultada y asimétrica con lo que ganan los obreros en los campos y en las obras. Mientras que pandillas de minorías privilegiadas tienen aire acondicionado y analizan la “realidad” peruana a través de encuestadoras y en la compra de periodistas pro domo sua, los trabajadores se mueren cuando explotan los tramos del gasoducto (la cuarta falla fue en noviembre del 2005) y hay más de 56 víctimas en La Convención y Ayacucho, mientras que se contruía ese mismo artefacto transdepartamental. Como son del pueblo llano, que se mueran no es un asunto importante, basta con pagar el seguro, un entierro “decente” y una indemnización –cuando la hay- de algunos miles de soles para silenciar cualquier protesta. ¡Sin duda con todos los papeles firmados, por si las moscas! ¡De eso no hablan los expertos porque urtica y delata las terribles falencias que en derechos humanos se evidencia en todas esas obras!

Como las decenas de muertos no son “relevantes” para el “futuro del país”, sino mera estadística de archivos; como tampoco que un gasoducto falle cuatro veces en apenas un año y un pobre diablo, contador público, como Norberto Benito, gerente general de Pluspetrol, le diga al Perú que esto se debe al territorio sísmico; los expertos pueden darse el lujo de decir que Camisea anda de mil maravillas. ¡Qué vergüenza de tecnócratas vendepatria los que tenemos aquí!

¡Basta que del Solar o cualquiera de esos señorones salga a hablar en defensa de sus contratos de estabilidad jurídica como para deducir que en realidad la protesta sí tiene asidero de justicia porque ellos sólo representan el azúcar caro y el cholo barato, la producción por la producción y no el futuro del hombre o la mujer peruana con decencia y proyecto de vida en un medio ambiente sano y rentas reales al fisco!

¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

¡Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz!