Las caricaturas danesas sacan a relucir el más importante problema de nuestra época: la libertad de expresión. ¿Vamos los occidentales a ceder a las presiones de una sociedad de mentalidad medieval o defenderemos nuestro bien más preciado: la libertad, la libertad de expresión, una conquista por la que millares de personas han sacrificado sus vidas?
Una democracia no puede sobrevivir sin libertad: libertad de debatir, de no estar de acuerdo e incluso de insultar y ofender. Es una libertad de la que está totalmente desprovisto el mundo islámico y sin ella el Islam permanecerá imperturbablemente recluido en su fortaleza dogmática, fanática y medieval. Sin esta libertad fundamental, el Islam continuará reprimiendo el pensamiento, los derechos humanos, el individuo, la originalidad y la verdad. Si no proclamamos nuestra solidaridad con los dibujantes daneses, de forma pública y en voz alta, sin sentir vergüenza, entonces las fuerzas que en este momento tratan de imponer una ideología totalitaria al Occidente libre habrán vencido: habrá comenzado la islamización de Europa. Ante todo no debemos pedir disculpas.
Esto saca a la luz otro problema más general: la incapacidad de Occidente para defenderse cultural e intelectualmente. Siéntanse orgullosos de no pedir disculpas. ¿Debemos continuar pidiendo perdón por los pecados de nuestros padres? ¿Debemos pedir perdón por ejemplo por lo que hizo el imperio británico cuando en realidad la presencia británica en la India permitió el renacimiento indio, permitió luchar contra el hambre, construir líneas ferroviarias, carreteras y sistemas de riego, aniquilar el cólera, crear el servicio público, implementar un sistema de educación universal donde antes no había nada de eso? Y sobre todo implantar sólidamente la democracia parlamentaria frente a los reyezuelos y la fuerza de la ley frente a la arbitrariedad real. Los ingleses permitieron incluso a los indios que reencontraran su propio pasado: fueron las becas de estudio, la arqueología y la investigación europeas las que sacaron a la luz la antigua grandeza india; fue el gobierno británico el que trabajó para salvar y conservar los monumentos testimonios de esta gloria. El imperialismo británico preservó allí donde el imperialismo islámico anterior destruyera millares de templos hindúes.
A nivel mundial, ¿debemos pedir disculpas por el nacimiento de Dante, Shakespeare y Goethe? ¿Por Mozart, Beethoven y Bach? ¿Por Rembrandt, Vermeer, Van Gogh, Breughel, Ter Borch? ¿Por Galileo, Huygens, Copérnico, Newton y Darwin? ¿Por haber inventado la penicilina y las computadoras? ¿Por los juegos olímpicos y el fútbol? ¿Por los derechos humanos y la democracia parlamentaria? Occidente ha sido la fuente de las ideas de libertad individual, democracia política, de la ley, los Derechos Humanos y la libertad cultural. Occidente ha impuesto el estatus de las mujeres y luchado contra la esclavitud, defendido la libertad de investigar, expresarse y creer. Occidente no tiene que recibir lecciones de virtud por parte de sociedades que mantienen a sus mujeres en la sumisión, les cercenan el clítoris, las lapidan hasta la muerte por sospecha de adulterio, les lanzan ácido al rostro o niegan los Derechos Humanos de quienes consideran pertenecer a castas inferiores.
¿Cómo podemos pedir a los inmigrantes que se integren en la sociedad occidental cuando simultáneamente se les enseña que Occidente es decadente, corrupto, fuente de todo mal, racista, imperialista y despreciable? ¿Por qué, según palabras del autor afroamericano James Baldwin, abordarían un barco que se hunde? ¿Por qué toda esta gente trata de emigrar hacia nuestros países y no hacia Arabia Saudita? Haríamos mejor enseñándoles la historia de siglos de lucha que han permitido las libertades de que disfrutan hoy; la historia de los individuos y los grupos que combatieron por esas libertades y que hoy son despreciados, denigrados y olvidados. Haríamos bien en enfatizar las libertades que una gran parte del resto del mundo nos envidia, admira y trata de emular. Cuando los estudiantes chinos murieron por la democracia en la plaza de Tienanmen en 1989, llevaron con ellos no imágenes de Confucio o Buda, sino una copia de la Estatua de la Libertad.
La libertad de expresión es nuestro patrimonio occidental y debemos defenderlo o sucumbirá a los ataques totalitarios. Esta libertad es igualmente indispensable en el mundo islámico. Al defender nuestros valores, enseñamos al mundo islámico una lección importante, los ayudamos permitiéndoles confrontar sus antiguas y preciadas tradiciones con los valores de las Luces.

Fuente
Der Spiegel (Alemania)
Tirada: 1 100 000 ejemplares. Una gran revista de investigación aparecida en 1947, fuente de múltiples escándalos políticos. Conocida por haber desarrollado su propia jerga periodística, también publica cuatro suplementos especiales al año. El sitio del Spiegel es la revista en línea de mayor éxito en Alemania.>

«Democracy in a cartoon», por Ibn Warraq, Der Spiegel, 5 de febrero de 2006. Texto adaptado a partir de una entrevista.