El Daily Telegraph, diario conservador británico, dedicó un largo artículo, firmado por su responsable de asuntos internacionales, Anton La Guardia, al más reciente informe del Combating Terrorism Center de la academia militar estadounidense de West Point. Intitulado «Los documentos del Pentágono proporcionan una imagen interna del mundo escondido de Al-Qaeda», («Pentagon papers offer insight into al-Qa’eda’s hidden world of terror»), el artículo se basa en documentos que el centro afirma haber encontrado en bases de Al-Qaeda en Afganistán y que publica sólo parcialmente. El diario afirma así que el funcionamiento interno de Al-Qaeda es comparable al de una empresa occidental. Anton La Guardia afirma entonces que los «yihadistas» están obligados a firmar un contrato que estipula que el interesado acepta los principios que defiende la organización de Osama bin Laden. Después de la firma, el «empleado» dispone de un salario establecido según una escala de remuneración que favorece el matrimonio y la paternidad. Las condiciones de reembolso de los pasajes de aviones adquiridos por los miembros de la organización también se precisan en el documento.

Uno no puede menos que preguntarse qué podría llevar a una organización clandestina e ilegal a establecer un sistema de contratos tan preciso cuando se trata de documentos que no tienen ningún valor jurídico. El lector se siente casi decepcionado al imaginarse a los «fanáticos yihadistas» de Al-Qaeda regateando para que les devuelvan el costo de sus pasajes de avión.
En realidad, el informe del Combating Terrorism Center tiene como función esencial confirmar la tesis de la superestructura terrorista, concepto que la propaganda de la administración Bush explota o abandona según la imagen que más le convenga proporcionar sobre la «nebulosa Al-Qaeda».
El informe del centro de estudio de West Point también otorga validez a otros aspectos de la propaganda de la Casa Blanca. En efecto, asegura que Al-Qaeda ha sido duramente afectada por la acción estadounidense después del 11 de septiembre de 2001, que la organización de Bin Laden tiene una subsección nuclear y que el Combating Terrorism Center incorpora datos sobre Sadam Husein a su base de datos sobre Al-Qaeda.

El diario británico no pone en duda en ningún momento la validez del informe.
No resulta ocioso recordar que el presidente del Combating Terrorism Center es el ex general Wayne Downing, quien participó en la formación del Iraqi National Congress, grupo que desempeñó un papel protagónico en la fábula sobre las armas iraquíes de destrucción masiva.