Uno de los represores es Eduardo Cabanillas, quien durante la última dictadura estuvo a cargo del centro clandestino de detención “Automotores Orletti”, que funcionaba en el barrio porteño de Flores, lugar a donde fue trasladada María Claudia García Iruretagoyena, la madre de María Macarena, quien se encontraba de siete meses de embarazo.

Oyarbide llamó a indagatoria a los implicados por la “sustracción, retención y ocultamiento” de la nieta del poeta, quien finalmente nació en la República Oriental del Uruguay.

Los demás implicados son Honorio Martínez Ruiz, actualmente preso por el robo de las cajas de seguridad del Banco Nación; el ex vicecomodoro Néstor Guillamondegui, uno de los máximos responsables de la Secretaría de Inteligencia durante la dictadura; Eduardo Rufo se encontraría prófugo, y se cree que Juan Ramón Nieto Moreno y Marcos Alberto Carlmon fallecieron.

El secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, fue quien realizó el anuncio, y adelantó que la cartera que representa reiterará el pedido de extradición de los militares uruguayos que están implicados en el caso, de acuerdo a una nota publicada por el diario porteño Página/12.

María Claudia García Iruretagoyena, junto a su marido, Marcelo Gelman, fueron detenidos por un “grupo de tareas” en agosto de 1976; Marcelo fue asesinado y su cuerpo fue encontrado en las costas de Buenos Aires, en tanto que María Claudia fue trasladada a Montevideo y enviada a la Secretaría de Inteligencia, que en ese entonces funcionaba como centro de detención.

En tales condiciones dio a luz a María Macarena Tauriño Vivian; quien fue entregada a la familia de un policía y recién pudo recuperar su identidad hace unos años, gracias a la ferviente búsqueda emprendida por Gelman, la familia de María Claudia y diversos organismos de derechos humanos.