Ollanta Humala

Esos estudios de opinión electoral han coincidido en que Humala -quien plantea en su proyecto de gobierno transformaciones sociales inéditas en esa nación- es actualmente el candidato más popular para ser elegido como presidente, con un 32 por ciento de preferencias frente a Lourdes Flores, representante de la derecha peruana, con solo un 28 por ciento.

Humala, a quien la prensa de su país define como un nacionalista, inició su campaña hace 8 meses y su plataforma es el partido Unión por el Perú, fundado por el ex secretario general de la Organización de Naciones Unidas Javier Pérez de Cuéllar.

Un análisis en la prensa de Lima sobre Humala citó al sociólogo Julio Cotler, quien atribuyó la popularidad del candidato a que en Perú existen “problemas no resueltos entre clases sociales con un mejor ingreso y acceso a la educación, entre regiones como Lima y el resto del país y, además, étnico-raciales, entre los indígenas, los mestizos llamados “cholos“ y los blancos”.

“La gente vota por Humala porque siente una identificación étnica hacia él, no dice ninguna propuesta concreta sólo dice acabemos con los corruptos, en cambio ven en Lourdes Flores, el símbolo del poder, así no lo sea”, expuso.

Los análisis indican que el apoyo a Humala reside en las áreas rurales e indígenas peruanas, un país de más de 27 millones de habitantes. Se calcula que el 51.2 por ciento de esa población sufre de pobreza y el 48 por ciento es indígena.

El ex militar tiene entre sus planes, si gana las elecciones, convocar a una Asamblea Constituyente para hacer una Constitución “que no sea neoliberal”.

Por su parte, la candidata Flores atacó directamente a Humala al señalar que “yo no quiero para mi país la incertidumbre de estas ideas trasnochadas”. Usando viejas armas políticas tradicionales, Flores definió su competencia con Humala como “una lucha entre la democracia y el autoritarismo”.

Flores negó los pronósticos de que su principal contrincante podría ganar en una primera vuelta: “No. Creo que las cosas se perfilan para una segunda vuelta y hay solo dos caminos: uno que conduce al retroceso y la violencia y hasta la tolerancia al terrorismo, y otro camino sereno y de progreso”, dijo.