Adolfo Pérez Esquivel

Es necesario que en cada lugar: escuelas, universidades, fábricas, hogares y espacios donde nos encontremos, a pesar del feriado nacional, podamos debatir y analizar los acontecimientos vividos y la situación actual del país, que nos afecta a todos.

Que el 24 de marzo se transforme en una jornada nacional, que nos ayude a preservar la memoria, para saber por qué se implantó el terrorismo de Estado en la Argentina y en todo el continente latinoamericano; que podamos reflexionar sobre el país que tenemos y el que queremos, que podamos encontrar nuevos caminos y esperanzas en la construcción de una verdadera democracia participativa en la que impere el derecho y la igualdad para todos y todas.

Cuando el día 24 de marzo, a 30 años del golpe militar, se inicie la marcha a las 5 de la tarde, desde el Congreso Nacional hacia la Plaza de Mayo, sería importante que el pueblo en todo el país, en cada provincia y lugar, se manifieste y haga sonar campanas, bocinas, cacerolazos, palmas, voces para decir, exclamar y gritar con toda la fuerza: -¡Nunca mas!- ¡Memoria, verdad y justicia! ¡No a la impunidad de ayer y de hoy! ¡30 mil desaparecidos: presentes, ahora y siempre!

Que nunca más las atrocidades cometidas vuelvan a producirse en la Argentina, y en ningún pueblo del mundo.

No podemos ignorar las fuertes presiones, los intentos de dividir el movimiento popular, los intereses en juego para capitalizar políticamente el 24 de Marzo.

Queremos manifestarnos en libertad, sin imposiciones de ningún tipo, sin manipulaciones de ningún gobierno, grupo o sectores políticos. Queremos manifestarnos democráticamente, en Paz, y hacer oír el clamor del pueblo.

Es necesario saber que las decisiones que se toman son fruto de la reflexión y la articulación de las organizaciones populares que participan, construyen y luchan por una sociedad justa y fraterna. La convocatoria a la marcha en repudio al golpe de estado, se está organizando en todo el país, en cada provincia, con la participación activa de organismos de derechos humanos, sectores sociales, religiosos, políticos, manifestándose y articulando a través de los consensos y el respeto mutuo en la diversidad y la unidad.

Se cumplen 30 años de lucha y resistencia contra el modelo neoliberal, impuesto a través del terror por la dictadura militar y sus aliados, dejando un alto costo de pérdidas en vida humanas, de desaparecidos, torturados, exiliados, marcando profundas huellas de dolor que permanecen en la vida del pueblo.

Las consecuencias del terrorismo de Estado perduran hasta hoy. Han dejado un país saqueado y desintegrado, una deuda externa inmoral e injusta generadora de hambre, pobreza y marginalidad; sin embargo, el gobierno continúa pagando la deuda externa a costa del hambre y la miseria del pueblo. En la democracia que vivimos continúan asignaturas pendientes, y el pueblo debe estar alerta y reclamar sus derechos para poner fin a las injusticias, a la represión en las provincias, transformadas en feudos medievales, donde los gobernadores hacen lo que quieren y no lo que deben, con total impunidad.

Es necesario denunciar el saqueo de los recursos del pueblo, como la represión y expulsión de los indígenas y campesinos de sus tierras, para venderlas y extranjerizarlas. Reclamar por el cese de la represión a los trabajadores petroleros en la Patagonia y la represión a los chicos y chicas en riesgo social, que son tratados como delincuentes y no como víctimas sociales.

Es un largo camino a recorrer, para luchar contra la impunidad de ayer y de hoy.

A 30 años la resistencia continúa.
Quisieron silenciarnos y no lo lograron,
quisieron dominarnos y resistimos en la esperanza,
quisieron destruirnos y renacimos en la resistencia.
Buscaron ocultar sus crímenes tras leyes de impunidad,
con la complicidad de gobiernos y políticos.
El pueblo los sacó de sus madrigueras,
exigiendo Verdad y Justicia,
luchando contra la impunidad de ayer y de hoy.
Su clamor es un grito de la libertad, memoria y dignidad,
reclamando por sus 30 mil desaparecidos,
¡¡¡Presentes, ahora y siempre!!!.
La dictadura quiso matar la memoria y arrastrarnos al olvido.
No comprendieron que la semilla guarda su vida y memoria,
30 años de resistencia no bastan, hay que seguir andando.
La tierra fecunda la simiente de vida e historia,
y su fruto renace en cien por uno.
Recuerda que en cada semilla estás tu, yo, ella y él.
Todos y todas somos simiente de vida y resistencia,
memoria del pueblo en marcha, para construir un nuevo amanecer.

Buenos Aires, 20 de marzo del 2006