En el acto que se llevó a cabo en las instalaciones de facultad se descubrió un mural alusivo en la fachada de la instalación y se anunció que se encuentran a disposición de los alumnos y público en general los archivos personales de los 39 desaparecidos, en la biblioteca de la alta casa de estudios.

Jorge Jaunarena, secretario de Derechos Humanos de la institución educativa dijo: “Es muy importante tener acceso a cada uno de los archivos. La memoria es un recurso político que implica verdad y justicia”.

Los archivos fueron confeccionados por el trabajo de investigación realizado por docentes y alumnos, además de la colaboración de organismos de derechos humanos y familiares de víctimas.

El trabajo realizado es un racconto personal acerca de sueños, anécdotas, militancia de cada uno de ellos. Pero además, es un aporte de datos certeros acerca de sus detenciones, torturas, centros clandestinos; datos que se encuentran a disposición de la justicia argentina.

Por ejemplo, se dio a conocer que tres de las victimas de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social, como el docente Silvio Frondizi, fueron asesinados por la organización paramilitar conocida como la Triple A, durante el gobierno de Isabel Perón. “No concluimos ningún trabajo. Al contrario se espera que esos archivos se completen cada vez con más información”, prosiguió Jaunarena.

El acto contó, entre otros, con la presencia del rector de la Universidad, el arquitecto Gustavo Aspiazu, el decano de la Facultad de Periodismo, licenciado Alejandro Verano, el secretario de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires, Edgardo Binstock.

Cada uno de ellos manifestó la importancia de la comunicación y la reflexión de la historia como herramientas indispensables contra el olvido. También se hizo hincapié en la función del periodismo comprometido en oposición de un periodismo cada vez menos preocupado por el contenido que por la forma y la estética.

Los compañeros desaparecidos fueron víctimas de un plan estratégico económico que tenía como único objetivo la implementación del proyecto neoliberal que dejó como consecuencia no sólo 30 mil desaparecidos, sino un país desvastado por la pobreza y la falta de empleo y sectores enriquecidos a costa de ello.

Las 39 victimas, junto con los más de 100 trabajadores de la comunicación desaparecidos en todo el país, creían que desde su lugar de comunicadores podían hacerle frente a semejante maquinaria. Cada uno de ellos conocía su compromiso político y lo realizaba desde una maquina de escribir, desde un aula o desde los pasillos de una universidad.

30 años después queda mucho por hacer, pero no perder la memoria y lograr que las nuevas generaciones de periodistas comprenda la importancia del compromiso político y social en cada ámbito de la vida es tal vez el comienzo de una nueva etapa lejos del silencio y más cerca de la justicia.

# Agencia Periodística del Mercosur (Argentina)