“Era difícil soportar la angustia que significa la desaparición forzada de nuestros hijos, sin saber por qué ni a dónde. Yo tenía un nieto chiquito y no hallábamos palabras para explicarle qué había pasado con su padre. Fue atroz. De a poco nos fuimos ayudando con las madres, unas con otras, y así creció el grupo, con el dolor”, relata Cortiñas en la nota realizada por el periodista Carlos Pardo.

También asegura que “el armazón del genocidio no era casual, sino producto de una fría planificación; alrededor de una mesa confeccionaban las listas, ayudados por sindicalistas, empresarios y miembros de la iglesia. Hasta monseñor Antonio Plaza, Obispo de La Plata, denunció a su propio sobrino. Todo este plan siniestro no permite el perdón ni la reconciliación con los genocidas, nunca. Sólo admite el pedido de Justicia y Verdad”.

El periódico también incluye una nota que recorre la biografía del escrito Rodolfo Walsh, en la que se hace mención a la reconocida “Carta Abierta de un Escritor para la Junta Militar”.

“Nuevos Aires” también incluye informes sobre la suspensión de las exportaciones de carne y uno llamado “Tapicuer: el corazón de la fábrica de Avellaneda”, el cual abarca la situación de 60 trabajadores que resisten el despido masivo.