Desde este espacio, comienzan a realizar un trabajo cultural, social y político en toda la parroquia, con el fin de tratar de organizar a la comunidad, y debido a este compromiso, empiezan a tener confrontaciones y pasan a ser blanco de persecución política, por parte de diversas estructuras de poder de aquel momento (jefatura civil, junta parroquial, cuerpos de seguridad del Estado), siendo la principal amenaza el desalojo del local que habían conquistado.

Surge entonces la idea de tener otro frente de lucha, ya que si perdían el espacio de la Casa de la Cultura, seguirían haciendo un trabajo político en la parroquia, y así es como nace el Cine Club Manicomio, entendiendo este como una herramienta audiovisual importantísima para hacer trabajo con la comunidad pues era entendido que, es a través de los medios de comunicación, el sistema económico imperante los aliena y les crea necesidades de consumo totalmente diferente a sus intereses de clase.

El cine club Manicomio hacía una proyección de película semanal en las gradas de la cancha deportiva del Molino, con películas prestadas por el Consejo Nacional de la Cultura (Conac), mientras que la Federación Venezolana de Centros de Cultura Cinematográfica (Fevec) les vendió por cuotas un proyector de 16 milímetros con el cual podían realizar el trabajo. Más adelante lograron conseguir prestado un video proyector y es allí donde deciden grabar con una cámara de video prestada actividades de la propia comunidad para proyectarlas en la cancha en lugar de las películas que solían pasar.

Nace Catia TVe como proyecto

La primera grabación fue una "Paradura del Niño" organizada por la Casa de la Cultura Simón Rodríguez, donde anunciaron la proyección en el barrio. A esta función llegaron más de mil personas en lugar de las 80 o 100 que asistían regularmente. Esto los impresionó muchísimo, pues la gente demostró ese día que si quería ser protagonista de su historia pero jamás se lo habían permitido. Es así como ese mismo día nace el sueño de organizar un canal de TV para que la gente pudiera verse.

Así, en función de sus objetivos, comenzaron a entrevistar a la gente del barrio con la "camarita", para realizar denuncias y reportajes sobre los problemas de la comunidad. Aprovecharon entonces la cultura "beisbolítisca" de nuestro Pueblo, y transmitían los partidos en la cancha, pero en lugar de colocar en los intermedios la publicidad del medio comercial del cual "tomában la señal", colocaban los videos que ellos hacían. Y así lograron poco a poco crear conciencia en la comunidad. Ya no era la actriz europea o el actor norteamericano. Ya no eran las calles de París o Nueva York. Ya no eran las realidades simuladas de otras latitudes. Era ahora la gente de carne y hueso que todos conocían. Eran los callejones de "Las Barracas". Era su realidad con sus alegrías y tristezas, logros y conflictos.

Después de 7 años de la fundación de la Casa de la Cultura, crearon el Centro de Cultura Cinematográfica Linterna Mágica (1996) con la finalidad de trabajar todo lo relacionado con lo audiovisual pero ahora con los niños. Inclusive viajaban a varios estados de Venezuela proyectando películas. Permanecía el sueño de crear la televisora e inicialmente hasta se les ocurrió hacer un circuito cerrado para el barrio pasando los cables entre las casas. Les dijeron que "estaban locos, que eso era muy difícil", pero cuando el presidente Chávez gana las elecciones, hicieron un encuentro en la ciudad de Maracay con otros grupos y se enteraron que unos compañeros del estado Táchira tenían una televisora desde hacía varios años y que se las habían ingeniado para hacerla funcionar. Conversaron con uno de estos compañeros y colaboró con ellos a nivel técnico para arrancar. Y entonces, a mediados del año 2000, el sueño se hace realidad, aunque en nuestro país no existía en ese momento un marco legal que permitiese la existencia de medios comunitarios.

El marco legal que les permite salir al aire

La lucha por la creación de un marco legal que permita la creación de medios comunitarios en Venezuela fue ardua, y es recién en el año 1999 cuando el presidente Hugo Chávez asume el poder, que se comienza con el movimiento de medios comunitarios. Cuando se discute y aprueba la Ley Orgánica de Telecomunicaciones en la naciente Asamblea Nacional, se abrió el camino para construir todo un marco legal que diera pie al fortalecimiento de ese movimiento de medios comunitarios que antes daban la lucha para democratizar la comunicación y extenderla a todo el Pueblo, y fue en enero del 2002, luego de un año de discusiones con el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel), cuando se aprueba el Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias, que más allá de ser un conjunto de reglamentos de funcionamiento de estos medios, significa un vehículo para cumplir con los principios participativos y democráticos consagradas en nuestra Carta Magna, además de la posibilidad de realizar una comunicación para la transformación social, siendo el único país del planeta que tiene un reglamento de medios comunitarios tan avanzado y donde un Estado trabaja para legalizarlos y consolidarlos.

Así llegaron al 30 de marzo del año 2001, cuando Catia TVe sale al aire de manera oficial y con la habilitación otorgada por parte del Estado venezolano, y es el mismo presidente Hugo Chávez quién, enterado y motivado por la intención de un grupo de habitantes del Oeste de Caracas de fundar una televisora, decide inaugurarla en el hospital de Lídice en "El Manicomio". Siendo Catia TVe la primera estación de televisión comunitaria de Venezuela habilitada legalmente por Conatel.

Hacia la construcción del socialismo

La lucha de los medios comunitarios es en el fondo una lucha por la socialización del espectro radioeléctrico, que pertenece a la humanidad, y sigue siendo usufructuado por las corporaciones trasnacionales y que debe ser rescatado por los pueblos del mundo a favor de la humanidad.

Cada "Equipo Comunitario de Producción Audiovisual Independiente" (Ecpai) que se conforma en Catia TVe se organiza por sector territorial o sector social, donde pertenecen a una organización y así como cualquier organización comunitaria o de trabajadores usa el volante, la cartelera u otro medio de comunicación, la televisión era de difícil acceso para estas comunidades. La función de Catia TVe es de servir como herramienta para la organización y para la profundización de discusión en torno a la comunicación que tenemos, de carácter mercantilista, hacia la comunicación que queremos como Pueblo, de carácter democrático y participativo, donde las comunidades construyen sus propios discursos audiovisuales haciendo suyo el espectro radioeléctrico.

Es así como comienza un largo camino hacia el socialismo, donde cada Ecpai va desarrollándose a partir del contacto directo con su realidad y con la participación de las comunidades. Cada equipo, como organización democrática y participativa, discute los audiovisuales con su comunidad, proyectándolas a través de Catia TVe y compartiendo experiencias con las otras comunidades.

Pero la idea de que las comunidades realicen sus audiovisuales no es cosa de filantropía, es cosa de organización de los pobres, como clase explotada, para la liberación. La comunicación es organización y la comunicación de clase es la revolución. Hace mucho tiempo se dijo que no existía opinión pública sino opinión de clase, en este momento se requiere la construcción de la opinión de la clase explotada de Venezuela.

Catia TVe es la primera televisora Comunitaria permisada en Venezuela, además estuvo presente en los acontecimientos del Golpe de Estado del 11 de abril de 2002, así como la retoma del poder por parte del pueblo el 13 de abril y el Sabotaje Petrolero en 2002 y 2003. Esto ha convertido a Catia TVe en una referencia nacional e internacional la cual da fuerzas para seguir creciendo junto a las otras televisoras comunitarias de Venezuela, pero también los ha convertido en blanco de la clase privilegiada venezolana, que es también la misma clase que los ha oprimido durante años, ocasionando esto acciones desesperadas en contra de esta televisora del Pueblo como lo fueron el cierre de su anterior sede (Hospital de Lídice, Dr. Jesús Yerena) en julio del 2003 por parte del golpista y ex alcalde mayor Alfredo Peña, y el ataque del periodista Noé Pernía (RCTV) en el mes de julio del 2005, obedeciendo ambos actos a intereses de la clase que en los actuales momentos quiere truncar el proceso de cambios que se vivió en nuestro país.

Actualmente se encuentran ubicados al oeste de la ciudad en la Calle Principal de Caño Amarillo, cerca del Museo Armando Reverón, exactamente en la avenida Oeste 2, Urb. Caño Amarillo. Casa Nº 53 a media cuadra de la estación del Metro.

Ofrecen talleres

Catia TVe pretende crecer, pero no bajo el esquema de los medios comerciales, sino, sumando comunidades y poblaciones al movimiento de televisoras comunitarias. En este momento existen más de treinta televisoras comunitarias por todo el territorio nacional. Sin embargo consideran que falta mucho por hacer. Es un medio alternativo que imparte talleres de producción audiovisual en su sede y en el resto del país, con la intención de que se organicen nuevos grupos que sirvan para fundar más televisoras de este tipo.

El plan de formación de Catia TVe se fundamenta en dos líneas estratégicas: La formación y capacitación en la construcción de discursos audiovisuales y la discusión de un modelo comunicacional desde, por y para el pueblo.

En los talleres se trabajan con técnicas participativas que se convierten en "pretexto" para facilitar que el grupo participe, reflexione, dialogue, comparta y analice, partiendo de la propia realidad y experiencia de los participantes, con sus propios códigos, y de una forma amena, motivadora, que suscite y mantenga su interés.

Los talleres tienen una duración de tres fines de semanas consecutivos.

Celebración

El 30 de marzo Catia TV cumple 5 años de hacer comunicación comunitaria. En esta trayectoria, se ha constituido como una herramienta para la organización, siempre apuntando hacia la comunicación que necesitamos como Pueblo, de carácter democrático, participativo, donde las comunidades construyen sus propios discursos audiovisuales haciendo suyo el espectro radioeléctrico.

Esa y otras experiencias las compartirán con los compañeros y compañeras de lucha para celebrar un año más de comunicación comunitaria.

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