A fines de 2005 estuvo en Buenos Aires para la fotografía de un proyecto multimedia de A.N.F.E. (el ente italiano de familias emigradas) sobre la emigración siciliana a la Argentina, "Dársena Norte. Sicilia - Buenos Aires", que dirige Gaetano Calá junto al cineasta Sandro Dieli y el escritor Roberto Alajmo. El proyecto se presentará en la Feria del Libro de Buenos Aires este mes de abril.

"Cuba -dice Bazan- cambió mi vida en lo personal (allí me casé, tuve mellizos) y profesional. Llegué en un momento clave, la crisis de 1992 tras el colapso soviético, y el llamado Período Especial. Y el Gobierno me habilitó para que pudiera fotografiar desde entonces las prácticas del Ejército, los ingenios azucareros y el sistema de salud y de educación", áreas a las que no accede cualquier reportero.

Bazan trabajó para las más famosas publicaciones: París Match, Life, Time, News Week, entre otras. Maestro del foto-reportaje, que estuvo en la célebre agencia Magnum, fundada por Henri Cartier-Bresson y otros colegas; que ganó el premio Guggenhein, el World Press Photo y otros de renombre, que dicta talleres itinerantes a reporteros gráficos de toda Améria Latina, incluida Argentina, que expuso en el MOMA de Nueva York o en otros museos de Europa y América, pese a su fama transmite sencillez y calidez.

La misma con la que se ganó a las máximas autoridades cubanas para que le permitieran retratar la tierra que ama. Lleva 13 años allí en su proyecto fotográfico. "Siempre me pasa. Es algo creativo y a la vez intuitivo, madura por dentro hasta que me doy cuenta de que ahí tengo un proyecto", dice, y en eso anda, tomando ángulos de Fidel Castro marchando por el Malecón o en un acto masivo, o a los soldados o educadores cubanos trabajando por su país. Sobre todo, tomando fotos populares, él que se define como "fotógrafo callejero, que busca momentos de la vida cotidiana para atrapar en una imagen la esencia de la existencia".

Llegó a la isla del Caribe por Gazzeta dello Sport de Italia. Y un día decidió escribirle una ingenua carta a Fidel pidiéndole permiso para fotografiar más. Se lo dieron. Aclara, humilde, que no tiene acceso privilegiado. Pero que pudo reflejar en estos años "la dignidad de los hombres y mujeres cubanos. No me interesa mostrar la pobreza, todos sabemos eso, sino otro costado de esa gente". Bazan dice que nunca le pidieron nada. "Sólo una vez, cuando Raúl Castro me autorizó a exponer en el Museo de la Revolución, me sugirieron que en las fotos de tropas incluyera a una mujer soldado".

Para Leticia, su madre, sus imágenes "capturan la vida misma. En sus manifestaciones más esenciales como el alimentarse, el respirar, el de procrear. En una sola palabra el acto de ser". Los trabajos de Ernesto Bazan se pueden ver en la dirección de internet www.bazanphotos.com.