PAUL DEL RÍO, El Cartero, 1994

Realmente, como brasileño, sólo hablaría en contra de la internacionalización de la
Amazonia. Por más que nuestros gobiernos no cuiden debidamente ese patrimonio, él es
nuestro. Como humanista, sintiendo el riesgo de la degradación ambiental que sufre la
Amazonia, puedo imaginar su internacionalización, como también de todo lo demás, que
es de suma importancia para la humanidad. Si la Amazonia, desde una ética humanista,
debe ser internacionalizada, internacionalicemos también las reservas de petróleo del
mundo entero.

El petróleo es tan importante para el bienestar de la humanidad como la Amazonia
para nuestro futuro. A pesar de eso, los dueños de las reservas creen tener el derecho de
aumentar o disminuir la extracción de petróleo y subir o no su precio. De la misma forma,
el capital financiero de los países ricos debería ser internacionalizado. Si la Amazonia es
una reserva para todos los seres humanos, no se debería quemar solamente por la voluntad
de un dueño o de un país. Quemar la Amazonia es tan grave como el desempleo provocado
por las decisiones arbitrarias de los especuladores globales. No podemos permitir que
las reservas financieras sirvan para quemar países enteros en la voluptuosidad de la especulación.
También, antes que la Amazonia, me gustaría ver la internacionalización de los
grandes museos del mundo.

El Louvre no debe pertenecer solo a Francia. Cada museo del
mundo es el guardián de las piezas más bellas producidas por el genio humano. No se
puede dejar que ese patrimonio cultural, como es el patrimonio natural amazónico, sea
manipulado y destruido por el sólo placer de un propietario o de un país.
No hace mucho tiempo, un millonario japonés decidió enterrar junto con él, un
cuadro de un gran maestro.

Por el contrario, ese cuadro tendría que haber sido
internacionalizado. Durante este encuentro, las Naciones Unidas están realizando el Foro
Del Milenio, pero algunos presidentes de países tuvieron dificultades para participar,
debido a situaciones desagradables surgidas en la frontera de los EE.UU. Por eso, creo que
Nueva York, como sede de las Naciones Unidas, debe ser internacionalizada.
Por lo menos Manhatan debería pertenecer a toda la humanidad. De la misma forma
que París, Venecia, Roma, Londres, Río de Janeiro, Brasilia... cada ciudad, con su belleza
específica, su historia del mundo, debería pertenecer al mundo entero.

Si EEUU quiere internacionalizar la Amazonia, para no correr el riesgo de dejarla en
manos de los brasileños, internacionalicemos todos los arsenales nucleares. Basta pensar
que ellos ya demostraron que son capaces de usar esas armas, provocando una destrucción
miles de veces mayor que las lamentables quemas realizadas en los bosques de
Brasil. En sus discursos, los actuales candidatos a la presidencia de los Estados Unidos
han defendido la idea de internacionalizar las reservas forestales del mundo a cambio de
la deuda.

Comencemos usando esa deuda para garantizar que cada niño del mundo tenga la
posibilidad de comer y de ir a la escuela. Internacionalicemos a los niños, tratándolos a
todos ellos sin importar el país donde nacieron, como patrimonio que merecen los cuidados
del mundo entero.

Mucho más de lo que se merece la Amazonia. Cuando los dirigentes traten a los
niños pobres del mundo como Patrimonio de la Humanidad, no permitirán que trabajen
cuando deberían estudiar; que mueran cuando deberían vivir. Como humanista, acepto
defender la internacionalización del mundo; pero, mientras el mundo me trate como
brasileño, lucharé para que la Amazonia, sea nuestra. ¡Solamente nuestra!

Fuente
Cristovao &8220;Chico&8221; Buarque