El primero en intervenir fue el Director del Periódico de las Madres, Demetrio Iramain. Periodista y poeta, Iramain leyó un sentido texto en el que comenzó preguntándose “¿qué rumia en la tarde el trabajador que pierde su empleo por haber organizado una huelga? ¿En qué piensa la mujer que cae en prisión por enfrentar una injusticia? ¿Cuál es la razón que decide a un hombre a arriesgar su vida por cambiar la vida de los otros? O mucho menos que eso: ¿por qué motivo una persona cualquiera puede estar dispuesta a exponer su comodidad máxima con tal de aliviar el mínimo padecimiento de los demás?”. Un párrafo más adelante se contestó que “en mi caso singular, no corrí riesgo alguno de muerte por la revolución, pero si eso llegara a suceder algún día sería en virtud de una motivación fundante: mis conversaciones sobre mi hija con las Madres de Plaza de Mayo”.

El periodista destacó que “cuando la historia llega a donde ellas arribaron uno o dos lustros atrás, las Madres de Plaza de Mayo ya están en otra cosa, otra batalla, otra ceremonia”. También opinó que “muchos políticos de poca monta quieren aprovechar la volada y ahora que las Madres son reconocidas desde la más alta investidura estatal, intentan lavarse la cara dándoles la mano. Miserables. Se sacan una foto como quien no quiere la cosa. Sonríen para el flash; se trabajan el jopo a la sombra del pañuelo blanco. Amontonan su silla al lugar reservado para ellas en los actos protocolares. Desde burócratas sindicales hasta alcahuetes de todos los colores”. Iramain identificó a entre ellos al gobernador bonaerense Felipe Solá.

Enseguida habló Lucía García, quien es docente de la carrera de Periodismo de Investigación de la Universidad Popular de las Madres. García subrayó que desde aquel “30 de abril del 77 en que las Madres se parieron a la historia, miles han sido los futuros que con pañuelo blanco y paso firme han alumbrado”.

Su discurso se centró, entonces, en la puntualización de esos partos tan importantes que las Madres protagonizaron durante su recorrido. “El primer parto fue aquel de los hijos”, recordó y luego detalló que otro fue “cuando se negaron a que los 30.000 sean igualados con los milicos genocidas en la nefasta teoría de los dos demonios. Y otra vez con la inquebrantable oposición a la impunidad de la obediencia debida, el punto final y los indultos”.

García no se olvidó de cuando las Madres “socializaron la maternidad y fueron mamás de todos y demostraron hasta dónde son esa revolución por la que pelearon los hijos”. Asimismo destacó el constante pedido de los pañuelos blancos por “la libertad de los presos que vuelven a ver la luz del sol”; la creación de la Universidad Popular; la apertura, siempre, de “nuevos caminos” y el “megáfono de cada jueves abierto para todos los que luchan”.

La antropóloga Inés Vázquez, Secretaria Académica de la Universidad Popular, fue la penúltima oradora. Su intervención fue una verdadera clase de historia de las Madres. “A modo de caricia o de flor para las Madres en este aniversario tan cercano a los 30, voy a comentar algunos episodios que rodearon la primer marcha que ellas hicieron para recordar precisamente su llegada a la Plaza, la conquista de la Plaza el 30 de abril de 1977”.

Vázquez repasó que en el año 1981 “había algunos cambios en derrotero sangriento de la dictadura; Videla le había cedido paso a Viola en la Casa Rosada. Y las Madres ansiaban realizar una marcha que convocara a mucha gente, pensaban que era el momento de no sólo realizar su marcha de todos los jueves a la que ocasionalmente podían venir compañeros y personas que se sintieran sensibilizadas. Ellas directamente querían convocar, con todas las letras, al pueblo para que participara de esta marcha, que vendría a ser el cuarto aniversario de su llegada a la Plaza, el 30 de abril de 1981”.

La antropóloga recordó que “el 21 de abril, unos días antes de la marcha, ellas presentan una conferencia de prensa en su propia sede donde leen un documento memorable, que es una Carta a los Periodistas. Llaman a los periodistas argentinos a abandonar la apatía, a informar con verdad, a ser valientes en la profesión que tienen, y por supuesto a convocar a esta marcha e informar sobre la realización de la misma. Les voy a leer una parte: ‘Por intermedio de ustedes extendemos una invitación a todos los hombres y mujeres de buena voluntad para que nos acompañen en esta ocasión, ya que en esa fecha nos haremos presentes una vez más en la Plaza de Mayo a partir de las 15:30 horas para desfilar silenciosamente alrededor de la pirámide para atraer la atención sobre nuestra demanda de reaparición de nuestros hijos detenidos-desaparecidos y de todos aquellos que se encuentran en igual situación’”.

Más adelante, Inés Vázquez señaló que “ese mismo 30 de abril del año 81, las Madres convocan a aquellos que no puedan participar, que no puedan acudir a la Plaza, a que realicen un paro simbólico de un minuto en sus lugares de trabajo. Ubiquémonos en la dictadura, en los más de 500 centros clandestinos de detención que funcionaban durante la dictadura y pensemos lo que significa hacer un minuto de paro en un lugar de trabajo, en un banco, en una escuela, en un colegio, en cualquier lugar de trabajo. Las Madres lo convocan en esa conferencia de prensa, a través de volantes y de otras formas de difusión, y luego por otros reportes que llegan, se sabe que en muchos lugares se hizo este paro simbólico de un minuto. Pero esto viene a subrayar el avance político de las Madres y el avance político al que querían llevar a nuestro pueblo en ese momento de la dictadura”.

Vázquez estimó que “lo que aquel paro simbólico señala, y está velado hasta el día de hoy entre nosotros, es que las Madres en ese primer aniversario, ya desde el inicio, relacionan el 30 de abril con el 1º de mayo, con el Día de los Trabajadores”.

La Secretaria Académica de la Universidad de las Madres, reflexionó que esa ligazón bien puede significar “un programa político para nosotros, que significa que la alianza de la valentía y de la lucidez de las Madres no puede estar desligada de la lucha de los obreros”.
 
La última en hablar fue Mercedes de Meroño. Visiblemente emocionada, pero sobreponiéndose, la Vicepresidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo valoró que “en esta Plaza donde hubo tantas botas, donde hubo tantas marchas militares; en esta Plaza, compañeros, hoy se toca La Internacional”. Su intervención completa se encuentra reproducida en la página 2 de este número del Periódico, debido a que las Madres decidieron que aquellas palabras de Porota sean la editorial de esta edición.