Con la participación de educadores, movimientos sociales, estudiantes, entidades sindicales, organizaciones no gubernamentales, funcionarios e instituciones educativas de distintos países latinoamericanos, y frente a una gran multiplicidad temática, el pasado 4, 5, y 6 de mayo se debatió sobre la dirección que deben asumir las políticas públicas para que otra educación y otra sociedad sean posibles.

“El Foro Mundial de Educación es un espacio de encuentro, deliberación y construcción democrática entre quienes luchamos por la defensa irrestricta del derecho a una educación pública de calidad para todos, entre quienes llevamos adelante proyectos educativos populares, enfrentando y resistiendo cotidianamente a las políticas neoliberales y conservadoras impulsadas en nuestros países”, explican los organizadores desde el documento que dio base a este nuevo encuentro.

El Foro tiene una estructura constituida por el Consejo Internacional (lo integran entidades que se desempeñan en el área de educación y es el responsable de la articulación de los encuentros y foros que se desarrollan en distintos países) y el Comité Organizador, integrado por instituciones locales y nacionales, en este caso lo conformaron Abuelas de Plaza de Mayo, la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CETERA), el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, el Laboratorio de Políticas Públicas y la Secretaria de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

En la mesa central de apertura se destacó la presencia de Estela Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo y del brasileño Emir Sader, doctor en Ciencias Políticas y director del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad del estado de Río de Janeiro, Brasil.

Carlotto, ante una gran ovación, abrió la mesa luego de que se leyeran los nombres de docentes desaparecidos durante la última dictadura militar argentina y entre las frases destacadas de Sader, se pudo oír: "La gente no puede descifrar su situación en el mundo con una educación que evita el tema de la explotación, la dominación, la discriminación y la alienación". Posteriormente, tal como se realiza en cada uno de los Foros y con una importante convocatoria, se desarrolló la marcha por la educación, que en este caso enarbolaba las banderas que dan nombre a esta edición del Foro.

Durante los tres días se proyectaron diversos documentales, videos y películas y se llevaron a cabo mesas, paneles y actividades autogestionadas con las más variadas temáticas, como educación y trabajo, políticas de inclusión educativa, educación pública y popular, educación y credos, la lucha por los derechos humanos como experiencia educativa, educación y género, educación y cultura, violencia en la escuela, educación y medio ambiente, entre otros.

En un año en que los gobiernos de Argentina, Bolivia y Venezuela impulsan una reforma en sus actuales y nefastas leyes educativa nacidas en los años 90 y amparadas en políticas neoliberales, el Foro contó con una mesa especial sobre el tema de la que, entre otros, participó Atilio Borón, Secretario Ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y en la que se hizo alusión a la imperiosa necesidad de rever el sistema actual para generar cambios.

En el caso de Argentina, por ejemplo, las políticas neoliberales educativas que se aplicaron desde la última dictadura militar y que se profundizaron y consolidaron en la década de los ’90, generaron profundas modificaciones en la estructura del sistema educativo. El proceso de “Reforma Educativa”, que implicó la descentralización compulsiva de la administración y financiamiento de los sistemas escolares desde el Estado nacional a los estados provinciales fue acompañado por una redefinición de las funciones de los distintos actores del sector, plasmada en la Ley Federal de Educación de 1993, que apuntaló las desigualdades existentes.

Tal como expresan los organizadores desde el documento base: “El capitalismo neoliberal concibe la educación como mercancía, sataniza el espacio público, reduce nuestras identidades a la condición de consumidores y niega la dimensión humanista del proceso educativo. Oponiéndose a esa perspectiva, el Foro Mundial de Educación defiende una concepción de la educación liberadora, que respeta y convive con la diferencia, promoviendo la interculturalidad, la crítica a cualquier forma de desigualdad social y que reconoce la educación como derecho social universal ligado a la condición humana. Nos pronunciamos por los derechos humanos en tanto que no sólo refieren a los derechos civiles y políticos, sino que esencialmente comprenden los derechos económicos, sociales y culturales. Es aquí donde cobra sentido la convocatoria a discutir cuál es el recorrido que debemos hacer para que los derechos humanos se extiendan como experiencia cotidiana en la escuela y en todos los ámbitos de formación, de modo que cada niño, joven y ciudadano se apropie de ellos y los defienda no importando el contexto”.

En el documento final los organizadores rindieron homenaje a “todos aquellos que dejaron su vida en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria”; se manifestaron “contra toda forma de privatización de la educación” y contra los Tratados de Libre Comercio (TLC) y en relación al problema de las papeleras que tiene en vilo a los pueblos de Argentina y Uruguay. Reivindicaron “el principio de unidad de los pueblos latinoamericanos y su capacidad de resolución de todo conflicto por medio de estrategias que consoliden lazos regionales de solidaridad y fraternidad”.

De esta manera, y con la realización de los próximos Foros, se abren debates y propuestas para, y tal como sostiene desde el documento base, oponerle a la “actual etapa del sistema capitalista grosera y espantosamente injusta, de negación de derechos y de desencanto, otros modos de pensar, mirar, nombrar, hacer e imaginar el mundo, y la educación que queremos para nuestras sociedades. Sólo la lucha colectiva abrirá las barreras de la esperanza y hará fecunda la convicción de que estamos urgentemente convocados a construir un nuevo proyecto histórico para una nueva sociedad, basado en la felicidad y la dignidad humana”.

El Foro Mundial de Educación nació en enero de 2001, en Porto Alegre, durante la realización del Primer Foro Mundial Social. En aquella oportunidad la presencia de los sectores vinculados a la educación no fue para nada preponderante y se vio la necesidad de darle mayor empuje al área. La Secretaría municipal de Educación de Porto Alegre tuvo la iniciativa de convocar a entidades y movimientos para constituir un Comité Organizador y a partir de allí se desarrollaron, en Porto Alegre, las tres primeras ediciones del FME: la primera, en octubre de 2001, tuvo como tema central “La Educación en un Mundo Globalizado”, la segunda en enero de 2003 fue sobre “Educación y Transformación”, y la tercera, en julio de 2004, sobre “Educación para que Otro Mundo sea Posible”.

El antecedente más cercano al Foro de Buenos Aires 2006 es el Foro Mundial de Educación Temático de Nueva Iguazú, Río de Janeiro, Brasil, que reunió a más de 30 mil personas de 25 países, bajo el lema “Una educación ciudadana para una ciudad educadora”.

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