El anuncio iraní de una reanudación de su programa de enriquecimiento de uranio ha provocado una oleada de reacciones a favor de ataques aéreos preventivos urgentes por parte de los mismos que habían apoyado la guerra en Irak. Si hubiera un nuevo ataque terrorista contra los Estados Unidos, veríamos aparecer las acusaciones contra Irán a fin de atizar la histeria colectiva contra Teherán. Sin embargo, existen cuatro razones que deberían llevarnos a rechazar un ataque militar a Irán, a saber:
 En ausencia de pruebas de amenazas inminentes, el ataque sería un acto de guerra unilateral que haría de Estados Unidos, y de Israel en caso de complicidad de su parte, un fuera de la ley internacional. Por otra parte, si este ataque se realizara sin acuerdo previo del Congreso, la Casa Blanca sería culpable de un acto anticonstitucional que justificaría una medida de impeachment.
 La reacción iraní aumentaría las dificultades que tenemos en Irak y Afganistán. El Hezbolah retomaría la lucha armada y el conflicto contra un país de más de 70 millones de habitantes podría durar una década.
 El precio del barril de petróleo podría aumentar de forma vertiginosa, minando el crecimiento mundial y provocando una ola de descontento contra Estados Unidos.
 Estados Unidos sería aún más afectado por el terrorismo y se vería aún más aislado en la arena internacional. La era de la preponderancia estadounidense tendría un final prematuro. Las experiencias vietnamita e iraquí demuestran que Estados Unidos, a pesar de su poderío, no puede vencer una resistencia nacional.
La agresividad de la que damos pruebas reúne el nacionalismo iraní y el fundamentalismo chiíta y fortalece el apoyo a Mahmud Ahmadineyad. Nuestra actitud estimula la intransigencia iraní. La negativa de Estados Unidos a negociar directamente, el financiamiento a la desestabilización de Irán y los rumores de envío de fuerzas especiales al territorio iraní no son acciones pertinentes.
La administración Bush debe repensar su estrategia poniendo en primer lugar los intereses estadounidenses. Es la prevención y no los ataques preventivos lo que hay que implementar. Hay que impedir que Irán fabrique la bomba, pero el mejor método es la negociación y la disminución de las tensiones. Debemos tratar de hacer del Medio Oriente una zona desnuclearizada.

Fuente
International Herald Tribune (Francia)
El International Herald Tribune es una versión del New York Times adaptada para el público europeo. Trabaja directamente en asociación con Haaretz (Israel), Kathimerini (Grecia), Frankfurter Allgemeine Zeitung (Alemania), JoongAng Daily (Corea del Sur), Asahi Shimbun (Japón), The Daily Star (Líbano) y El País (España). Además, a través de su casa matriz, lo hace de manera indirecta con Le Monde (Francia).

«Do not attack Iran», por Zbigniew Brzezinski, International Herald Tribune, 26 de abril de 2006.