La manifestación realizada con bloqueo a la Y, vía hacia los Alpes, fue su respuesta al aviso de desalojo que se anuncia para este mes de mayo. No importan sus más de quince años de habitación y construcción de sus casas y barrio, como siempre las autoridades están con quien más papeles de «propiedad» demuestre.

Construyendo la ciudad

Brisas del Volador es un barrio localizado en el sector oriental de la localidad 19, o Ciudad Bolívar, en Bogotá, ubicado entre los barrios Paraíso, Los Alpes, Vista Hermosa y Bella Flor, e integrado de manera principal por campesinos, que han llegado a Bogotá forzados por el desplazamiento.

El barrio lo conforman dos zonas: la baja y la alta, que al parecer deben su nombre a la permanente y suave brisa que golpea un enorme risco voladizo, en el que avanza de manera inclemente la erosión.

Pero lo que otrora fue un esfuerzo de decenas de familias por solucionar la falta de vivienda, se convierte desde hace año y medio en incertidumbre. Ahora, tras tantos años de posesión de sus inmuebles, muchos de ellos con pisos en tierra, paredes de lata y tela asfáltica o casas prefabricadas, se ven otra vez forzados al desplazamiento, en esta ocasión interno, fruto de la presión de los supuestos dueños de los terrenos donde se encuentra situado el barrio.

Estos «dueños», más conocidos como “piratas o tierreros” hacen parte de un “gremio” que debe su existencia al padrinazgo, anuencia y complicidad de políticos y autoridades distritales. Su «derecho» sobre los terrenos de Brisas del Volador lo sustentan en escrituras públicas protocolizadas en notarias, con pruebas elaboradas mediante la trampa y el chantaje.
Así ocurre con las 165 familias de la zona alta, de quienes José Roberto Lagos, uno de los mercaderes de la tierra urbana, pretende su desalojo desde hace año y medio mediante querella de policía, apoyado en una simple escritura pública.

Estas familias, de estrato 0 y 1, integradas por numerosa población infantil, ve amenazado su futuro inmediato. La protección y el apoyo de la administración distrital, brilla por su ausencia.

El Estado en traje oscuro

El bloqueo al transporte público fue el último recurso que encontraron para hacerse escuchar, por un Estado indiferente y una administración que no da muestras de cambiar la historia de la ciudad. No era para menos, El aviso de desalojo no les brinda otro espacio. Pero más allá de los buenos deseos, la respuesta oficial no fue la esperada. Como si se trataran de criminales, decenas de integrantes del Escuadron Móvil Antidisturbios, al mando del Mayor Julio Cesar Alvarado Díaz, los hostigó, persiguió y golpeó. El Estado siempre ausente se hacía presente.

Niños, jóvenes y adultos que se encontraban en el lugar, relatan que fueron golpeados con bolillos en diferentes partes del cuerpo, empujados e insultados de manera indiscriminada. El lider de la Junta de Acción Comunal, Álvaro Forero, fue retenido por varias horas. Al momento de su detención fue golpeado, arrastrado y forzado a ingresar a una patrulla policial sin conocer el destino a donde sería trasladado. Al mismo tiempo se le negaba a la comunidad conocer de su paradero.

Después de varias horas de los desmanes del ESMAD, y cuando la gente se retiraba en el transporte público, recibió una nueva arremetida de los hombres de negro, quienes a punta de bolillo, diezmaron esta justa manifestación contra la desprotección de una comunidad que trabaja y resiste la adversidad de particulares que tienen hoy el respaldo de las autoridades locales y distritales.

Al final la enseñanza fue más que elocuente: si sus habitantes quieren seguir con sus casas, deben alistarse para una lucha no sólo larga sino dura. El Estado no está con ellos, y contra él y por sus familias deben imponerse.


Artimañas legales

Los denominados “piratas o tierreros”, siempre aparecen con escrituras públicas sin validez alguna, como el caso presente. No acompañan el certificado del número de matricula inmobiliaria donde debe aparecer el nombre del verdadero propietario, quién para recuperar los terrenos o inmuebles debe iniciar una demanda reivindicatoria en un juzgado civil del circuito. Ante esta acción puede anteponerse una demanda de pertenencia por los poseedores.

La evasión de lo anterior se da mediante la presión, engaño y amenazas sobre los poseedores, que terminan reconociendo una falsa calidad de arrendadores a los “piratas o tierreros”, lo que los habilita para provocar acciones policivas, que amenazan con el desalojo de habitantes, que superan el tiempo que les otorga la ley para constituirse en verdaderos dueños.
Estas y otras muchas formas usan los mercaderes de la tierra urbana a lo largo y ancho de las ciudades, quienes con las autoridades distritales y municipales se oponen a cualquier asomo de reforma urbana.
Se hace urgente termine la indiferencia del alcalde Lucho Garzón, a quién no lo han conmovido las dos visitas de los habitantes de Brisas del Volador a la Alcaldía Mayor, pues como dice el mismo inspector de policía Gustavo Venegas Ruiz, de la inspección 19A de policía que ha ordenado el desalojo, “Si me traen una carta del Alcalde Mayor suspendo el desalojo”.


¡O desaparecen o mueren!

La presencia de la ESMAD cogió por sorpresa de Brisas del Volador. Esperando por años al Estado, lo vienen a conocer con su sello real.

En múltiples ocasiones habían escuchado sobre este cuerpo de la policía, pero nunca lo habían visto ni sufrido. Han escuchado que los señalan como culpables de multiples asesinatos en medio de manifestaciones públicas, lo que confirma que fue creado para reprimir las manifestaciones y protestas del pueblo, lo que fue ratificado por un miembro del ESMAD, a la comunidad de Brisas del Volador cuando dijo: “¡Aquí los líderes se desaparecen o se mueren!”

Los manifestantes incorporan a su denuncia los números de las placas de los siguientes agentes del ESMAD, que arremetieron con furia contra la multitud: 98475 – 94569 – 93326 – 92885 – 88248 – 88141 – 88061 – 20605 – 19766 – 03491 – 02368 – 02252 – 02229 – 02212 – 02188 – 02131- 02092 – 02085 – 02084 – 00765 – 00564.