Pero medio siglo después la historia se empecinó en mostrar que algo anduvo al revés por las vías de lo político, lo social y lo económico.

Los números dicen que en la ciudad feliz los chicos ya no son los únicos privilegiados sino los primeros perjudicados.

En menos de un año, aumentó la indigencia infantil en Mar del Plata, la ciudad feliz.

Había 24.480 chicas y chicos que no comían bien todos los días en 2004. Un año después, la cifra creció a 30.450. Hay cinco mil novecientos setenta nenas y nenes más que forman parte del universo de la urgencia, de la desesperación. Es necesario repetir que es una cuestión sencilla escribir el número, ya sea en cifras como en letras, lo difícil es ponerle un cuerpo, imaginar una historia, detrás de cada uno de esos 30.450 pibas y pibes que son iguales a las hijas, los hijos, las sobrinas, los sobrinos, las nietas y los nietos de cualquier argentino.

La información sostiene que “Mar del Plata es la ciudad del país que registró los mayores índices de crecimiento de la pobreza y la indigencia en niños menores de 14 años, según datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos correspondientes al segundo semestre de 2005”.

Pero no se trata de un castigo divino, sino de una suma de desidias e indiferencias cultivadas.

Para el concejal Gustavo Pulti, de Acción Marplatense, fue la municipalidad marplatense la que decidió inmovilizar desde hace casi dos años el dinero necesario para implementar el llamado “Programa de Protección del Desarrollo Infantil”.

Según Pulti, "el problema de la desigualdad afecta a una amplia población menor de 14 años, con dificultades extremas para acceder, no sólo a la alimentación adecuada, sino el conjunto de bienes sociales y culturales que permiten un desarrollo armónico e integrado".

Cuando se conocieron las cifras del INDEC, Pulti pidió un informe para saber por qué no se concretó el programa. Por ahora no hay respuestas oficiales.

Por su parte, Alejandro Garis, secretario de Salud de Mar del Plata, cuestionó las cifras del INDEC. El funcionario dijo: "Leer histéricamente una cifra fuera de su contexto, es autoengañarse y además si se lo transmite, significa engañar a los demás. Es una lectura insuficiente, si tenemos cinco o seis datos y rescatamos uno sólo. Además que hay que compararlo en el tiempo".

Dijo además que en otras ciudades de la Argentina, como Córdoba, Paraná y Rosario, los números son parecidos. “Esto no nos hace ni alegrar ni entristecer, en el sentido que no podemos sacar conclusiones”, sostuvo al mismo tiempo que acusó a los migrantes de ser portadores de la indigencia que revelaron los datos del Instituto.

En Mar del Plata, la ciudad feliz, chicas y chicos se asoman a la oscuridad de la indigencia como consecuencia de políticas que no se cumplen y funcionarios que se ocupan más de sí mismos que de sus hipotéticas funciones.

# Agencia Pelota de Trapo (Argentina)