A pocos días del comienzo de la fase final del campeonato Mundial de fútbol unas 3 mil millones de personas se aprestan a ver en sus televisores el mayor espectáculo deportivo de los tiempos modernos. El mundo globalizado podrá ver la magia de Ronaldinho, Messi, Totti, Henry, el marfileño Drogba o el japonés Nakata y quizá en sus pies pueda jugarse buena parte de los acontecimientos políticos de sus países.

Cuando las ventas de todo lo que tenga que ver con el Mundial se disparan y todos quieren tener una parte de la torta, cuando la publicidad mete al fútbol hasta en los lugares más inverosímiles y cuando el planeta girará al ritmo de la pelota durante un mes, ¿alguien puede dudar que un mega evento como lo es un Mundial de fútbol no es un hecho político?

América Latina estará representado por seis seleccionados: por orden alfabético, para no herir susceptibilidades futboleras, ellos son Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador, México y Paraguay. Cada una de estas naciones tienen dispares expectativas de ir superando etapas en la competencia, casi las mismas que a nivel de la hoy tan discutida integración política y económica regional.

Pero veamos en qué andan la política y los políticos en algunos de los 32 países que presentan a su seleccionado de fútbol en el país germano.

Para la anfitriona del campeonato, Alemania, la organización movilizó no sólo millones y millones de euros, sino que también se metió en todos los ámbitos de la vida nacional. Hasta la canciller Angela Merckel habla de fútbol y lo compara con la política.

Cuando el diario sensacionalista alemán Bild le preguntó qué es lo que le gusta del fútbol, contestó: “A mi me fascina que se mantiene la tensión hasta el último minuto. Y eso es también lo que me fascina de la política. Tanto los futbolistas como los políticos necesitan estar en forma y tener aguante. Una y otra vez se presentan oportunidades que hay que aprovechar. Además, en el fútbol se pueden reconocer bien los diferentes caracteres. Se puede ganar con equipos muy diferentes: algunos juegan con perfección técnica y fracasan por su apego al balón, otros juegan con eficacia.

¿Habrá utilizado estas tácticas cuando derrotó el año pasado al social demócrata Gerhard Schroeder en las urnas? Más bien, por lo apretada de la elección, se pareció a un empate que definió la victoria por penales.

Costa de Marfil, primer rival de la selección Argentina en el grupo C participa por primera vez en un mundial. La nación del occidente africano sufrió un conflicto armado en 2002 que dejó el país dividido en dos; en el norte predomina el grupo guerrillero de las Fuerzas Nuevas, que agrupa a antiguos grupos rebeldes, mientras que el sur lo controlan las fuerzas leales al gobierno del presidente Laurent Gbagbo. Pese al armisticio firmado en 2003, la violencia continúa y hasta febrero la participación de “Los Elefantes” en la copa estaba en duda. Sin embargo, diversos sectores de la sociedad marfileña coinciden en que la inminente Copa Mundial de fútbol será la oportunidad ideal para conseguir la paz.

“La misma lucha política persistirá” aseguran miembros de las Fuerzas Nuevas pero, "mientras Los Elefantes jueguen bien, los marfileños podrán dejar a un lado sus preocupaciones" agregan.

Hace poco más de tres semanas políticos estadounidenses y cinco miembros del Parlamento Europeo instaron al presidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Joseph Blatter, a expulsar a la selección de Irán del mundial de Alemania, y sustituirla por Bahrein, por las declaraciones de su presidente Mahmoud Ahmadinejad, que negó el Holocausto judío.

La FIFA, multinacional que vende fútbol, lo rechazó argumentando que no mezcla la política con el fútbol. Aun así ante una versión de que el presidente iraní visitaría las canchas alemanas no se pronunció sobre la negativa del gobierno teutón. El país persa está en la mira de las potencias porque está desarrollando un programa nuclear de enriquecimiento de uranio que según las autoridades iraníes es para fines pacíficos pero para los países centrales, especialmente Estados Unidos, está destinado a fabricar una bomba atómica.

El técnico de Irán, el croata Branko Ivankovic descartó que vaya a prohibir a sus jugadores responder sobre política, porque los quiere bien concentrados en la competencia, una vez que se inicie el torneo el 9 de junio.

"Por supuesto es difícil para los jugadores desentenderse por completo de las cosas que suceden en Irán, pero nosotros tenemos un equipo joven y ambicioso y estoy convencido de que pensarán solamente en el fútbol," señaló.

En México habrá elecciones presidenciales el domingo 2 de julio. Por esa fecha ya se sabrán quienes llegaron a la semifinal mundialista, lugar al que los aztecas aspiran a llegar por primera vez. Se han preparado a conciencia, y el gobierno del presidente Vicente Fox ruega que “el Tri” llegue con vida a dicha instancia, pero no por fanatismo futbolero u orgullo nacional, sino porque una buena actuación de la selección en Alemania le daría más chance al candidato del Partido Acción Nacional, Felipe Calderón a ganar los comicios.

El humor de los mexicanos variará, según coinciden los entendidos, si no pasan la primera ronda, en la que enfrentarán a Portugal, Angola e Irán, o quedan eliminados en octavos de final, y eso podría ser beneficioso para el postulante izquierdista Manuel López Obrador, del Partido de la Revolución Democrática.

Olvidado el fútbol, la gente volvería a la vida cotidiana y allí las críticas al partido gobernante podrían favorecer a la oposición. Por las dudas López Obrador ya publicita su imagen en la televisión mexicana intercaladas con el éxito del seleccionado juvenil sub 17 y con pasadas glorias del balompié azteca.

Qué decir, de Inglaterra entonces, que aunque no tiene guerras civiles, ni elecciones, ni polémicos programas nucleares, fue allí donde el deporte más popular del mundo se modernizó y desde donde se expandió. La internacional Board, con sede en Londres, es la encargada de estudiar, discutir y aceptar o rechazar cualquier propuesta de cambiar las reglas del juego del fútbol.

A pesar de que sus países miembros no poseen gran calidad en el campo de juego, las decisiones de modificar el reglamento deben pasar por los representantes de Inglaterra, Irlanda del Norte, Escocia y Gales, es decir el Reino Unido, viejo herencia política y colonial que aun mantiene ciertas prerrogativas a nivel mundial y no tan sólo en el fútbol.

Habrá que ver si la potencia goleadora de Wayne Rooney, o la pegada del jugador y modelo publicitario David Beckham podrán con la garra y la autodeterminación paraguaya, el juego asociado Sueco (no solo en la cancha sino también en su sistema de gobierno) y la nobleza del debutante Trinidad y Tobago, en el grupo B, que dicho sea de paso fue colonia británica hasta 1962.

Históricamente los ingleses han triunfado en la política mundial, ahora deberán mostrar si son capaces de salir campeones en el fútbol fuera de las islas, pero esta vez sin la ayuda de los árbitros, como ocurrió en 1966 en su país.

# Agencia Periodística del Mercosur (Argentina)